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6 abr 2009

Hay 5 millones de personas que hablan náhuatl, pero cada día son menos: Benavides

Puebla, Pue., (La Jornada de Oriente).- “En el país hay 5 millones de personas hablantes de náhuatl, y cada día son menos por la poca valoración que se le da a esta lengua vernácula, que era el idioma oficial del imperio azteca, y que a la llegada de los españoles predominaba en todo el territorio mesoamericano”, expuso el maestro Gustavo Benavides, en su conferencia “Lenguas vernáculas en Puebla”.

Mientras, para el investigador Tomás Pérez, del Centro de Estudios Mayas de la UNAM, “la lengua náhuatl no fue más que una lengua ‘intrusa’ en Mesoamérica, pues los que habitaban la región centro del país, no hablaban más que otomangue”.

Durante las Primeras Jornadas “El Universo de la Cultura Náhuatl”, Benavides explicó que el estado de Puebla cuenta con más de 500 mil hablantes de esta lengua, que se puede encontrar con distintas variantes en la Sierra Norte y Mixteca, pero el bastión más grande por su cercanía con la capital azteca es la zona de Cholula.

“A esta lengua no todos la reconocen como náhuatl, por ejemplo en Tehuacán, algunos la conocen como ‘mexicano’, otros le dicen ‘mexicanero’. La palabra misma fue sufriendo variantes, y en algunas zonas se le dice ‘nahua’”.

Otras lenguas vernáculas que se hablan en territorio poblano son el tepehua en la Sierra Norte, colindando con Hidalgo y el totonaco, en la zona que colinda con Veracruz.

Al popoloca se le encuentra principalmente en la zona de Tlacotepec y tehuacán, el mixteco y zapoteco en diversas regiones, y existen algunas influencias de mazateco, en comunidades colindantes con Oaxaca y Veracruz.

El maestro en Lingüística lamentó que las lenguas maternas se estén perdiendo por falta de una política oficial adecuada e imposiciones sociales. “En México, la educación es en español, cuando debería haber programas bilingües en las zonas hablantes”, advirtió.

Por otra parte, está el “prestigio social” que provoca que los jóvenes de las comunidades indígenas, que llegan a la ciudad –ya sea a trabajar o estudiar–, prefieran no hablar su lengua materna, para evitar burlas y menosprecios”.

Benavides reconoció que el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) lleva a cabo un rescate importante de las lenguas vernáculas, a través de una revaloración que permita a los hablantes sentirse orgullosos de su origen. La Facultad de Filosofía y Letras de la UAP está contribuyendo a esta revaloración, puesto que anualmente recibe a estudiantes de diversas comunidades indígenas, algunos con dificultades en el habla del español, pero que con empeño y esfuerzo logran concluir una profesión.

En tanto, para Tomás Pérez, investigador de la UNAM, quien ofreció cátedra hace una semana en el Museo Amparo, para hablar del origen de la civilización, argumentó que el otomangue constituye una familia lingüística que comprende varios grupos de lenguas amerindias habladas en el centro de México y hasta Nicaragua, mucho antes de la llegada de la fusión del náhuatl.

“El otomangue fue la lengua oficial de los habitantes de Teotihuacán, y no el náhuatl, como muchos piensan. Fue antecesora al náhuatl”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lástima que no pude ir a la Catedra de Tomás, es un gra maestro y todo un conocedor en materia Maya.