¡Búscanos en las redes sociales!

Síguenos en Twitter.com/c_indigenas o como @c_indigenas.
Búscanos en Facebook como Corresponsales Indígenas y hazte fan

4 nov 2011

Desaparece la Llorona de la cultura nahua

Por René López, corresponsal

Putla, Oax.- La llorona es un personaje que a dos años ha desaparecido durante la celebración del día de muertos en la población Nahua, Concepción Guerrero, Putla, ubicados en la región Mixteca y no así los trovadores que cantan corridos recorriendo las casas, donde los jóvenes y muchachas se unían a la cantada.

Hay alteres pero ya son pocos, ya que los pastores o nahuas hablantes del idioma Náhuatl, han ido emigrando a los Estados Unidos, principalmente los jóvenes y los adultos van falleciendo, sumándose a esta problemática las más de 7 sectas religiosas que han invadido a la población, resultado que muchos habitantes ya no ponen altares para sus muertos. Dio a conocer entrevista la señora, María Elena Hernández Núñez.

Las frutas y comida que ponen en los alteres al terminar la celebración, son tirados o dados a los animales de preferencia a los cerdos, ya que el sacerdote que llega a este pueblo recomendó que lo que se ofrece en el altar de día de muertos ya no se debe comer, por ello la gente han disminuido los tributos o de plano no ponen sus ofrendas.

Don Rosendo González Enríquez, de 75 años de edad, uno de los 8 hablantes del idioma Náhuatl en este pueblo, da a conocer que hoy a dos años, ya la tradicional llorona no se escenifica, como en años anteriores, ya los habitantes escenificaban una mujer que se paseaba por las calles llorando, era un varón que se disfrazaba de mujer y otras dos personas que en una camilla cargaban a un muñeco grande que representaba a un muerto, así recorrían y la gente salía a reírse de ellos por los parodias que hacían, en su caminar recogían las regalías de las personas, frutas o comida.

Los nahuas se establecieron en el año de 1932 en esta población con el permiso de las autoridades, eran pastores que cuidaban grandes gruesas de chivos, cabras y borregos, llegados de la cultura nahua que solo dominaban su idioma.

Ellos en los cerros cuando eran pastores hacían grandes celebraciones dedicadas al 2 de noviembre, se conjuntaban sus ofrendas en un solo altar, en una enramada ponían lo cosechado, había mole, frijoles, tamales, y la fe por recibir a sus familiares.

Lamentó que en su población, Concepción Guerrero, la escenificación de la llorona se haya perdido ante el desinterés de los jóvenes, pero también orgullosos que los trovadores o cantores como la gente les llama sigan recorriendo las cosas con sus alegres corridos y los alteres ya son pocos porque muchos han preferido las sectas religiosas que han llegado, por lo que ahora muchos tienen dudas de su tradición, pero ante ello debemos luchar por este herencia prehispánica.

Recordaron triquis a sus fieles difuntos.

Por René López, corresponsal

San José Xochistlán, Oax.- Entre música de cuerdas, rezos y velas que se derriten hasta terminarse en las tumbas, los habitantes de la población de San José Xochixtlán festejaron el día de todo santos, costumbre que mantienen a pesar que varias sectas religiosas ya los han divido, además esperan celebrar la octava.

Menos del 50% son los habitantes de este pueblo que ya no festejan a sus fieles difuntos, pero quienes aún conservan la tradición, desde el 30 de octubre al 2 de noviembre ponen sus ofrendas a sus fieles difuntos con la gastronomía del pueblo, pozole, mole de frijoles o de pollo.

Cambian algunos productos de la mesa, arco y agua bendita, lo que cosechan lo ponen en la mesa y si es posible ponen algunos platillos como es mole, o alguna comida cotidiana, frijoles o salsa, pero la octava también es esperada por los habitantes que lo celebran con cuetes durante todo el día del próximo miércoles. 

Entre los habitantes, Olegario Martínez López, da a conocer que la gente del pueblo todavía acostumbra llevarles a sus difuntos la música indígena, conviven y ofrecen flores, encienden velas y se acompañan de rezadores.

Los tiempos han cambiado, dijo Ermilo Hernández Merino, ya que antes se organizaban misas ofrecidas por el sacerdote, ahora también la gente ha disminuido ante la proliferación de las sectas religiosas.

Los católicos siguen siendo mayoría en la celebración de día de muertos, una costumbre que trae mucha comida en general para todos los vivientes dijo, Raúl Santiago López, hay pozole, mole, pan que la gente hace, se hierven los chayotes, calabazas, ejotes y se disfrutan.

Desde las 6 de la mañana los habitantes creyentes van a las tumbas, ofrecen a sus fallecidos la música de indígena de cuerdas de músicos que tocan por pareja violín y guitarra, tocan piezas tradicionales dedicadas a este día, entre ellas el pájaro volador, una clásica ofrecida para el 2 de noviembre, además melodías dedicadas a los animales del campo, como la ardilla, el conejo, los conejos, la ardillas y demás, para los muertos no tocan piezas que tenga que ver con actividades festivas.

Constantino Ramírez Ruiz, músico de más de 50 años, dio a conocer que al parecer lo que tocan es lo mismo, pero este es un lenguaje que se descifra en muchas costumbres y tradiciones, son melodías tocadas en el violín y guitarra con mensajes alusivos, un servicio social, porque no cobran o si la gente les ofrecen algo eso es todo.

La celebración de día de muertos, es una costumbre que ha cambiado porque antes era de más respeto, ante el altar se imploraba, no se decían groserías, el copal se esparcía, pero ahora empieza a proliferar la duda, ya que muchas personas ya han cambiado de parecer, agregó, Julián Martínez Salazar. Quine dijo que los catequistas recorren en la noche de los angelitos y en la noche de los difuntos grandes también, hacen rezos, pues una herencia de los abuelos que hoy conservamos.
Ahora el panteón ya cuenta de tumbas hechas de mármol o cemento, antes solo eran jardines que la gente creaba en honor a sus difuntos.

En la comunidad de San José Xochixtlán, siguen festejando con ofrendas a sus muertos desde el 30 de octubre al 2 de noviembre, fecha en que también las mujeres lucen sus huipiles como flores rojas en el camposanto a pesar que los han fragmentado las sectas religiosas.