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9 abr 2009

Visitan indígenas mixtecos Centro Ceremonial Chicaava'Ya



Por René López, corresponsal

Tlaxiaco, Oax.-
En la población de Santo Domingo Huendio, la Semana Santa es motivo de regreso de varios paisanos Mixtecos a la tierra que los vio nacer y desde Veracruz, Puebla y Guerrero también llegan para depositar su fe al Centro Ceremonial Chicaava’ya, donde con veladoras, casas, corrales de borregos, carros, cultivos y otros elementos son utilizados para pedir un milagro.

Personas de comunidades indígenas de la Mixteca escenifican con piedras y palitos para pedir su milagro; caminando llegan en esta Semana Santa y como cada año, desde 1860, este lugar es un espacio de ceremonia.

El centro ceremonial se ubica a un lado de la iglesia de esta comunidad, donde gentes de más de diez comunidades indígenas circunvecinas y de otros estados que acuden al centro ceremonial Chicaava’ acuden para pedir y agradecer milagros, hacer limpias, prender velas y veladoras.

Llenan este lugar peticiones que se trasforman en corralitos de palitos y maderas, casas de piedritas que escenifican corrales de borregos, casas, buena salud, matrimonios felices y demás, otros avientan piedritas a lo alto de la cueva y las que se quedan en lo alto de un borde, sus deseos serán cumplidos o tendrán suerte y milagros cumplidos.

Efrén Ortiz Miguel, originario de la población de Huendio, en entrevista, dio a conocer que esta es una cueva donde desde hace muchos años, según cuentan los abuelos, los antiguos mixtecos depositan su fe y dejan sus esperanzas, algunos se llevan la tierra de este lugar; quienes raspan este cerrito para llenar algunas bolsitas y llevárselas a sus casas, significando buena suerte y los milagros sean cumplidos.

La fe prehispánica y la católica conviven para gozar su fe, algunos hacen sus oraciones y ritos en el centro ceremonial, donde muchos argumentan se encuentra grabada la virgen de Guadalupe.

En la comunidad hay comerciantes indígenas de comunidades como Tlacotepec, San Mateo, Chalcatongo, Tlaxiaco, Magdalena Jaltepec, La instancia, los Tayatas, Magdalena Peñasco, Yosoyúa, Itundujia, San Miguel Achiutla, San Bartolomé Yucuañe, Yodocono, que ofrecen sus productos de su comunidad, como cuajilotes hervidos, limas, granadas de diversos tipos, petates, ollas, comales, tejidos, frutas y verduras criollas que ellos mismos cultivan.

En los atractivos de Huendio, existe un grabado en una piedra que se encuentra en lo más alto de una cueva y la figura en la cueva que los visitantes llegan a adorar y que a decir de los pobladores es la imagen de la virgen de Guadalupe.

Cabe recalcar que este centro ceremonial fue apoyado para su conservación y rescate a través del programa de fomento para el desarrollo de la cultura indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos Indígenas, CDI de la ciudad de Tlaxiaco, con un monto de 45 mil pesos.

Son celebraciones de Semana Santa tradición en la entia Yaqui

Hermosillo, Son., (Notimex).- Los integrantes de la etnia Yaqui, asentados en el sur de Sonora y en esta ciudad capital, profesan y practican la religión católica, por lo que realizan celebraciones especiales de Cuaresma y Semana Santa.

De acuerdo con el documento "Semana Santa indígena en el noroeste de México" de la Unidad Regional Sonora de Culturas Populares, estas festividades son las más importantes dentro del ciclo anual de sus rituales.

Destaca que la religiosidad de los grupos indígenas es un factor fundamental de su cohesión.

En Sonora existen ocho etnias, pero algunas no son católicas como los pápago y kikapú; mientras que los seris son evangélicos, en tanto que los cucuapá y los guarijíos practican el catolicismo pero no conmemoran la temporada Cuaresmal.

Entre los yaquis y mayos, asentados en el sur de Sonora, así como en los pimas, que habitan en la región serrana del sureste, las celebraciones inician el Miércoles de Ceniza y continúan durante los 40 días de la Cuaresma.

El grupo indígena Yaqui vive sus rituales en dos etapas, la primera comprendida del Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos, denominada "Pasión Pajko" -Pasión de Fiestas-, y la otra inicia el "Miércoles de Tinieblas" para finalizar el Domingo de Pascua.

El Miércoles de Ceniza aparece un fariseo llamado Chapayekam Yo`owe o fariseo mayor y es llamado así porque será quien vaya al frente del resto de los fariseos durante los días de los rituales, y deberá representar ese papel durante tres años seguidos.

El vestuario de este personaje es una cobija que significa la piel, un cinturón de casquillos o carrizos y una máscara, cuyos colores significan la pureza, la sangre derramada por Cristo y la maldad; los colores del vestuario representan la naturaleza.

Asimismo, antes de colocarse la máscara, el fariseo se pone rosario al cuello que lo introduce a la boca para no hablar durante los días de las celebraciones y también para evitar el pecado.

Durante la Cuaresma y hasta antes de Semana Santa, los Yaquis realizan seis procesiones que acompañan de oraciones y cantos, mientras que los fariseos bailan.

La segunda etapa de celebraciones inicia el miércoles de la Semana Mayor, al cual denominan "Miércoles de Tinieblas".

El Jueves Santo recuerdan la persecución y captura de Jesucristo, representan la Ultima Cena y el papel de los 12 apóstoles representado por niños.

El viernes preparan la "urnia", que es una especie de cueva de madera cubierta de tela donde sepultan a Cristo después de crucificarlo.

Asimismo, el Sábado de Gloria, alrededor de la una de la tarde, después de bailar, los fariseos arrojan las máscaras enfrente del personaje que representa a Judas, en tanto que otras personas ejecutan la Danza del Venado, del Pajkola y Matachines.

El sábado por la noche empieza una fiesta en la enramada, con rezos y cantos rituales que se prolongan hasta la mañana del domingo, para finalizar las celebraciones con el recorrido de los personajes que representan a Magdalena y San Juan.

Al concluir la Semana Santa, los ancianos de la tribu dan consejos y recordatorios a los que participaron en estas celebraciones tradicionales, para que no se olviden de ellas y se mantengan unificados como etnia y diferenciarse de otros grupos sociales.

Michoacán, rezagado en medidas contra la discriminación

Morelia, Mich., (Cambio).- A pesar de que fue apenas en el actual sexenio cuando se comenzó a trabajar en materia de legislación para proteger los derechos humanos y eliminar la discriminación de los grupos más vulnerables, todavía hay cerca de 53 millones de personas sin protección legal, ya que Michoacán ha sido el estado número 16 en legislar en la materia, es decir, apenas la mitad del país ha trabajado en leyes que a pesar de existir pocas veces se cumplen en la realidad cotidiana de la sociedad.

Gerardo Herrera, presidente del Grupo de Facto Diversidad Sexual AC, consideró que a pesar de que el pasado 18 de diciembre el Congreso local aprobó la Ley de Igualdad Entre Hombres y Mujeres, la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia para las Mujeres y la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en Michoacán, en la realidad aún hay rezagos graves en la aplicación de éstas, ya que las lagunas legales de las mismas no resuelven la discriminación que sufren las mujeres, los indígenas, los discapacitados, los homosexuales, los transexuales, las personas de la tercera edad, los enfermos crónico-degenerativos y los liberados de procesos judiciales en la mayoría de los servicios públicos y empresas.

En la conferencia denominada “Discriminación y su marco normativo en Michoacán”, que impartió la tarde de ayer, el activista recordó que la escuela es uno de los principales lugares donde se comete discriminación, por lo que condenó que sean los propios maestros los que exacerben actitudes de desprecio contra alumnos homosexuales, indígenas o de un grupo religioso diferente al católico. Además, condenó los datos arrojados por una encuesta realizada por la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), ya que éstos demuestran que en México el 42 por ciento de personas prefieren que los discapacitados no obtengan empleo, al igual que el 40 por ciento de los entrevistados manifestó que se organizaría de saber que cerca de sus viviendas se instalaría una colonia de indígenas. De hecho, recordó el caso de la comunidad náhuatl, un grupo de indígenas guerrerenses que arribó a Michoacán y siempre fue rechazada, sin embargo, “gracias a la lucha de Cristina Cortés les fue donado un predio a la salida a Quiroga donde ahora viven cerca de 40 familias y tienen servicios públicos”, no obstante consideró que aún con tal atención el marginarlos de la ciudad y agruparlos en un solo espacio de tierra sigue siendo discriminación.

Dicha encuesta registró que el 60 por ciento de las personas asegura que los pobres son pobres porque quieren, 9 de cada 10 discapacitados han sido discriminados, el 100 por ciento de los homosexuales han sufrido de tal exclusión y el 50 por ciento de los mexicanos se resistirían a vivir con homosexuales, además de que el 25 por ciento se pronunció por no dar trabajo a mujeres embarazadas.

Por todo lo anterior, el defensor de los derechos humanos consideró que es la sociedad organizada la que debe exigir legislación al respecto, ya que Michoacán sigue teniendo el quinto lugar en homofobia y el tercer lugar en feminicidios, “por eso a pesar de que existan las leyes tenemos que ser nosotros los que exijamos protección para todos los grupos vulnerables, tolerarnos como sociedad civil y exigir que los gobiernos creen las circunstancias adecuadas para la convivencia de todos”, ya que con las leyes aprobadas en el estado apenas van 16 legislaciones al respecto en el país.

Mujeres sin acceso a la educación formal, 66% de los analfabetos en el mundo

Ciudad de México, DF., (La Jornada).- De los 774 millones de personas que son analfabetas en el mundo, dos terceras parte son mujeres que no han tenido acceso a la instrucción formal. Ante ello, una sociedad no puede progresar cuando parte de sus integrantes son marginados, no saben leer y no tienen acceso a la educación y, sobre todo, si esa segregación está vinculada a la desigualdad de género, advirtió el director general de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Adolfo Rodríguez Gallardo, quien destacó que los países con las tasas más altas de analfabetismo tienen pocas expectativas de avance.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destaca en su informe más reciente sobre el estado que guarda la campaña mundial contra el analfabetismo que al menos uno de cada cinco adultos en el planeta no sabe leer ni escribir, a lo que se suman 75 millones de niños que no asisten a la escuela.

Además, 110 millones de jóvenes no han concluido su educación primaria, mientras que en América Latina se estima que 35 millones de personas son analfabetas. De ellas, 55 por ciento son mujeres. Por lo que respecta a México, cifras oficiales revelan que hay 6 millones de personas que no saben leer ni escribir, lo que representa poco más de 8 por ciento de la población; en tanto que 33 millones de mexicanos mayores de 15 años no han logrado concluir su educación básica.

Rodríguez Gallardo agregó que a escala nacional las entidades con mayores niveles de alfabetización son los del centro y norte del territorio, "mientras que Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Michoacán ostentan una pobre instrucción, con una población indígena muy importante".

El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) destaca en sus cifras oficiales que del total de personas que se encuentran en rezago educativo, 10 millones no han concluido la primaria y 17 millones la secundaria, a lo que se suman los 6 millones de analfabetos, que en su mayoría han superado los 40 años de edad. Las entidades con mayor número de personas que no saben leer ni escribir son Chiapas, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo.

El funcionario universitario destacó que en el combate al analfabetismo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha programas de enseñanza de la lectura a las mujeres y "ha encontrado que al aumentar su conocimiento, disminuye la mortalidad infantil".

Rodríguez Gallardo, también miembro del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas de la UNAM, agregó que el impacto social de ese aprendizaje también se refleja en la prestación de servicios, "pues cuando una persona no puede llenar una solicitud por no saber leer, no es capaz de exigir sus derechos".

Al impulsar la alfabetización, indicó, una sociedad tiene elementos importantes que le permiten un mejor desarrollo y alcanzar el bienestar de la población. Sin embargo, existen países en los que aprender a leer está considerado mayor importancia, pues se considera una cuestión meramente escolar, por lo que reiteró que conforme las naciones progresan, "la desigualdad entre ambos sexos se acorta; desde esa perspectiva, la lectura contribuye a una mejora en las áreas económica, social, cultural, formativa e, incluso, en cuestiones como la igualdad de género", concluyó.