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13 sep 2008

Derechos Sexuales y Reproductivos: Indígenas y feministas en diálogo

Lima, Perú (SEMlac).- Para fortalecer confianzas mutuas, continuar con la reflexión y establecer compromisos en el marco de la Campaña por la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, se reunieron en Lima dirigentes feministas y líderes indígenas de Latinoamérica

El II Diálogo entre representantes de los movimientos indígena y feminista se realizó como parte del proceso Arma tu Convención y se inscribe, esencialmente, en el propósito de ampliar las alianzas hacia otros grupos sociales, afirmó a SEMlac Cecilia Olea, co-coordinadora de la Campaña por la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.

Olea señaló que durante el I Diálogo, que se realizó el año pasado, se estableció un primer contacto en el cual se manifestaron las mutuas percepciones que cada movimiento tenía del otro. "Las hermanas indígenas expusieron los avances y las dificultades para trabajar el tema y acordamos realizar un segundo diálogo", rememoró.

Este año, tras una ceremonia de buenas energías, reflexionaron sobre algunas tensiones entre la visión de derechos desde los movimientos feministas y desde los pueblos indígenas.

"Siento que es uno de los pocos espacios al cual he sido convocada como mujer indígena y, en especial, para hablar sobre los derechos sexuales y reproductivos, declaró a SEMlac Ramona Elizabeth Pérez Romero, integrante del Consejo del Pueblo Mam de Quetzaltenango, de la región occidente de Guatemala.

Aseguró que, durante los tres días que duró el encuentro, descubrió que los problemas que afectan a las mujeres indígenas de Guatemala son similares a los que enfrentan las de otros países.

Al referirse a la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, la líder autóctona Mam explicó que introducir ese tema en su comunidad será todo un reto, porque "sigue siendo un tabú en las comunidades, pero tenemos que analizar cómo romper ese silencio y abordarlo sin ninguna limitante".

Por su parte, Elvira Guillén, representante del pueblo cuna de Panamá, consideró muy interesante este diálogo con feministas y otras líderes indígenas. "Es un asunto muy delicado, conflictivo o difícil de entender. La filosofía de los pueblos indígenas, su espiritualidad o si hablamos de su simbología, son asexuales. Quizás el manejo es diferente", opinó.

Una de las preocupaciones de Guillén es el incremento de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente VIH-sida, en las jóvenes de su comarca, por falta de información o su manejo inadecuado.

"Nos hace falta reflexionar sobre la importancia de retomar nuestra salud, si queremos hablar de equilibrio de nuestras sociedades", puntualizó.

Juana Huaiquilao, del Consejo de Todas las Tierras de Chile, declaró a SEMlac que la Convención interamericana por los derechos sexuales y reproductivos ha sido un tema nuevo para su organización y que es difícil tratarlo en las comunidades.

Explicó que las mujeres mapuche no están acostumbradas a hablar de manera abierta de su sexualidad, pese a que tienen bailes y cantos muy eróticos. "Nosotras, las mujeres, somos muy respetuosas, cuidadosas con nuestro cuerpo, es algo muy íntimo y llegar con algo nuevo es chocante. Pero participamos de este diálogo para hacer alianzas, para conversar sobre qué podemos hacer para revertir la situación", dijo.

En el caso de la comunidad de Tiahuanaco, de La Paz, Bolivia, María Eugenia Choque Quispe, indígena aymara, advirtió que los derechos sexuales y reproductivos no han estado en la agenda de las mujeres indígenas bolivianas.

"Este asunto ha estado manejado por instituciones feministas. Para las organizaciones indígenas, los temas prioritarios, por la coyuntura actual, han sido tierra y territorio, tierras comunitarias, asamblea constituyente. Por esa razón no han sido tratados", afirmó.

Mientras, para Margarita Antonio, del pueblo miskito de Nicaragua, el segundo diálogo entre líderes indígenas y feministas fue un espacio de intercambio, para "presentarnos, reconocernos, poner puntos en común alrededor de los derechos sexuales y reproductivos".

Por su parte, la feminista Leticia Cuevas, de Equidad de género, ciudadanía, trabajo y familia de México, dijo a SEMlac que su balance del segundo diálogo es muy bueno, porque les ha permitido conocer en qué se está trabajando. "Creo que hay más asuntos de confluencia que divergencias", comentó.

"Me ha llamado mucho la atención la similitud que tenemos y eso lo habíamos notado en el trabajo en México. La idea que se tiene de que el movimiento feminista maneja asuntos completamente ajenos a las luchas del movimiento indígena no es del todo cierto. Coincidimos en la lucha por la justicia, en que queremos un bienestar que implica salud, educación, vivienda, trabajo", reveló.

La posible divergencia entre los movimientos feminista e indígena, señaló Cuevas, es que "manejamos los derechos sexuales y reproductivos como derechos individuales, la apropiación del cuerpo, y que somos nosotras las mujeres, en lo individual, quienes decidimos cómo, cuándo, dónde y el ejercicio mismo de nuestra sexualidad".

Mientras el movimiento indígena tiene el derecho colectivo por encima del individual, "quizás es ahí donde tengamos que dialogar un poco más para ver que, en nombre de los derechos colectivos, no se violenten los derechos individuales, o viceversa, que en nombre de los derechos individuales se vulneren los colectivos. Es todo un tema y nos falta debatir un poco más", explicó.

''Urgente'' abatir desigualdad del sector femenino, concluye foro indígena

México, DF., (La Jornada).- Las conclusiones del Foro Nacional de Mujeres Indígenas celebrado en la Cámara de Diputados establecen la urgencia de abatir la desigualdad que padece el sector femenino, mediante el impulso de acciones que permitan hacer realidad los derechos de tan importante sector social.

El evento organizado por la presidenta de la Comisión de Equidad y Género, Maricela Contreras, dio cabida a distintas expresiones políticas y académicas sobre el tema de los derechos de las mujeres indígenas.

La representante perredista consideró que “no es una novedad que necesitamos abatir la desigualdad, que debemos hacer a un lado los obstáculos que impiden a las mujeres avanzar”.

El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Horacio Duarte, consideró que resulta inaceptable el término mujer indígena como sinónimo de frustración, rezago, incomprensión e injusticia.

“La mujer indígena representa en México la mayor resistencia que puede dar un mexicano desde su espacio, cuidando a sus hijos, muchas veces abandonada por su pareja que tienen que emigrar para encontrar condiciones de vida en otras partes”.

El legislador priísta comprometió el trabajo de las comisiones en San Lázaro para atender y encauzar las necesidades del sector femenino en las áreas indígenas.

También, el director general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Luis H. Álvarez, solicitó a los participantes en el foro reflexionar en torno a los conceptos y derechos alrededor de las mujeres: Es conveniente el análisis de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en materia de género, a fin de que, efectivamente, se de particular atención a quienes han presentado razones diversas, una mayor situación de marginación, como ha sido lamentablemente el caso de las mujeres.

“En este año la Comisión Nacional realiza diversas acciones para promover la igualdad de oportunidades, de trabajo e ingreso; impulsar la transversalidad a cuanto a perspectiva de género en los diferentes programas y proyectos institucionales; así como para el diseño y aplicación de políticas y programas, que contribuyan a erradicar la violencia contra las mujeres”.

Urgen medidas para erradicar el trabajo infantil


México, DF., (El Informador de Jalisco).- La diputada Holly Matus, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), urgió la aplicación de medidas para erradicar el trabajo infantil en el país y promover apoyos para que los niños estudien.

La legisladora federal por Chiapas comentó en entrevista que en América Latina trabajan 5.7 millones de niños de entre cinco y 14 años de edad, de los que la mitad está en México.

Mencionó que según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México dos de cada 100 niños de entre cinco y nueve años de edad trabajan por necesidad económica y diez de cada 100 tiene entre 11 y 13 años.

Por ello propuso castigar con penas de 500 a mil días de salario mínimo al patrón que viole las normas que rigen el trabajo de mujeres y menores, y prisión de seis meses a tres años para quien utilice el trabajo de menores de 16 años en labores insalubres o peligrosas.

Subrayó que "lo fundamental de la sanción no es que el monto de la multa sea elevado, sino que las multas se impongan, cobren y se destinen esos recursos a becas para que los menores que nunca han estado en la escuela o desertaron se incorporen o reincorporen".

Del mismo modo, añadió, ofrecer becas a menores de 14 años que trabajen por necesidad económica familiar, mediante la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y promover oportunidades laborales y de capacitación al padre, madre o tutor, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

La diputada federal detalló que los estados con mayor número de niños, niñas y adolescentes que trabajan son Veracruz, con 340 mil 487; Chiapas con 281 mil 011, y Baja California Sur, con nueve mil 828.

Agregó que según datos de la Confederación Nacional Campesina (CNC) de seis millones de jornaleros, 27 por ciento tiene entre seis y 14 años y trabaja en condiciones infrahumanas, excluidos del sistema escolar oficial y al margen de cualquier protección laboral.

De acuerdo con el Programa Educación Preescolar y Primaria para Niñas y Niños Migrantes de la SEP, hay un millón y medio de jornaleros agrícolas, de los que 40 por ciento es de origen indígena y cercade 500 mil son niños de entre tres y 14 años de edad.

Matus también propuso modificar el Artículo 49 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a fin de establecer un sistema de denuncia y asistencia telefónica anónima por violaciones a las normas constitucionales y legales sobre el trabajo de los menores.