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30 mar 2012

Juez suspende la siembra de la soya transgénica

Por Bernardo Caamal Itzá, corresponsal

Mérida, Yuc.-
Apicultores y exportadores, al ampararse,  el juez decretó por el momento, la suspensión de la siembra de la soya transgénica en la Península de Yucatán, según se informó recientemente en una reunión de trabajo realizado en la ciudad de Mérida.

Se presentó además un informe de los laboratorios INTERTEK que confirma la contaminación del 10% de las muestras de mieles mexicanas por ellos procesadas, con los transgénicos o llamados Organismos Genéticamente Modificados –OGM-, lo cual impedirá su exportación al mercado europeo; asimismo investigadores mexicanos continúan en alerta comparando los datos del número de muestras mexicanas contaminadas con la de los otros países, en especial con los de Argentina.

Expertos reunidos en la sede del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) con los representantes de agrupaciones civiles, empresarios y técnicos provenientes de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, evaluaron la situación y las repercusiones del cultivo de los transgénicos en la península yucateca.

Por su parte la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca Y Alimentación – SAGARPA-, una de las instituciones mexicanas involucradas en la autorización del cultivo de la soya transgénica, hasta el momento no ha emitido su postura a los productores y ciudadanos que le han solicitado.

La aprobación de la ley de la bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, cada vez aclara más que se hizo a espaldas de los mexicanos, y que la consulta ciudadana que organiza el Gobierno Federal y que vence éste 3 de abril, con la finalidad de incrementar la superficie a cultivar de la soya transgénica a 60 mil hectáreas en la Península de Yucatán, está hecha de tal manera que resulta casi imposible para los apicultores participar –que son los principales afectados-, coincidieron los participantes.

Indicaron que el portal electrónico abierto para dicha consulta, aparte de que resalta que tipo de información debe recibir, falla constantemente y se bloquea.

-De esta forma, una vez más, muestra como las instituciones mexicanas imponen leyes ajenas a la realidad de los productores y que sus efectos va en detrimento de su economía de sus familias, y sólo están acordes a los interés de los grandes transnacionales, como Monsanto, sin embargo esta Ley de Bioseguridad que rige el cultivo de los transgénicos en el país, fue aprobada por los legisladores y sus respectivos partidos políticos, pues ellos son los responsables directos y también hay que pedirles cuenta y ubicar a los partidos ó los políticos que lo aprobaron, resaltaron empresarios del ramo.

En esta misma reunión, en donde participaron los representantes de las agrupaciones civiles, empresarios y técnicos provenientes de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, opinaron la necesidad de articular un trabajo conjunto entre todos los actores involucrados, para conocer la situación real del impacto de los transgénicos en la miel, sus efectos en la economía de los productores mayas y de sus implicaciones en la salud pública.

También se informó sobre los resultados del Taller Internacional de Apicultura Orgánica que se realizó en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que ante la consulta sobre la liberación de la soya transgénica, emitieron una opinión firmada por representantes de 24 países y que será entregada a la SAGARPA, solicitando que este cultivo no se siembre en la Península de Yucatán y Chiapas, para proteger no solo a la apicultura, sino también la agricultura tradicional y la salud de las familias del campo.

Los académicos y expertos aclararon la incompatibilidad al sistema intensivo ligado a la soya, con el sistema de manejo de recursos naturales de la Península de Yucatán, porque ante el uso de excesivos insumos como es el caso de los herbicidas, termina por contaminarse el manto freático y el suelo.

Entre los acuerdos generales de esta reunión de trabajo,  fue continuar con las líneas de investigación sobre sus impactos de los cultivo de la soya transgénica, el monitoreo de la contaminación de las mieles y del polen y la de informar a la población de sus repercusiones sobre la salud.

Queda claro que este modelo de desarrollo agrícola impuesto, no estará propiciando un desarrollo local, sino sólo está ligado a las grandes empresas, ya que se confirma que la soya se siembra en tierras particulares, pero también en ejidos que rentan sus tierras a empresarios y a familias menonitas. Se ha detectado, sobretodo en Campeche, que la siembra de esta soya transgénica, se hace en tierras que antes eran selvas, lo cual significa cambio del uso del suelo, excesivamente rápido y muchas veces ilegal, aclararon los participantes.

Finalmente cabe resaltar también que la Ley de Bioseguridad,  contiene aspectos que impiden la participación directa de los municipios, porque los ubica como la comunidad, sin embargo, existen otros marcos legales, como el artículo primero de la constitución mexicana recién reformada en el año 2011, que puede darle cobijo a las demandas de los campesinos y apicultores mayas de la Península de Yucatán.

2 mar 2012

Jornada Huasteca

Enero y febrero, desviejadero
Los tres tiempos de la muerte en la huasteca
El pretiempo, el ahora y el ayer

Por Livia Díaz

Tantoyuca, Ver.- A decir de los huastecos, los primeros meses del año son de ‘desviejadero’, y ciertamente ha fallecido tanta gente, que se cumple el dicho, sin que sea pronóstico. Pero el que se fue, a otra vida, y además mejor, como aquí se piensa que es lo que hay después de la muerte, ha tenido en su tránsito la compañía, al partir, el apoyo, y al cumplirse su tiempo, la memoria.

En la falda de la sierra madre, los que se van, ni se quedan en este mundo, debajo o arriba de él, ni se esfuman. Es su tránsito, el paso obligado del que se habló desde el nacimiento. Puro envejecer hasta que ya no se puede más, y se despide.

Personajes que partieron últimamente, ya quedaron, como quien dice, en la cuaresma. A decir de quienes mantienen la costumbre, están ‘libres.’ Sus almas seguirán conviviendo entre los vivos hasta que se cumpla la resurrección de Jesús y entonces, se irán a donde haya de ser.

Para los que se terminaron antes de que llegara marzo, el propio miércoles de ceniza, el 22 de febrero, ésta predicción se cumple y se les reza, y se les acompaña. En torno a su lecho permanecieron amigos y familiares, hasta que se acabó el cuerpo, y mientras el alma sufre y todos soportan, juntos, echándose a cuestas el dolor para hacerlo más llevadero.

Se acercan a la casa del huasteco todos los involucrados. Familiares, amigos, conocidos, clientes, deudores, copartidarios, devotos y hasta representantes. No es un tránsito de soledad ni de silencio; en el mismo no se cumplen, como en otros lugares, las formas y se despiden.

Hasta el último momento participan solidariamente, principalmente la familia, los padrinos y madrinas, y amigos cercanos.

El fogón arde noche y día, se juntan voluntades y en donde no habían viandas aparece el café y el pan, y las galletas y los refrescos.

Pasado el trance llegan las despensas, las bolsas de frijoles, de maíz, el arroz y las sopas. Que, entre otras cosas, surten a los deudos y se comparten entre todos.

De dónde ha salido tanto apoyo y cosas, y tiempo.

Llega aquél que tiene un maizal, el que estaba cuidando un ganado, hasta los de la pizca de chiles que andaban en otro estado. Todos se dan y de a poco van colocándose en torno a la casa, en sillas recolectadas aquí y allá, y se habla de los más respetables, y de los más esperados.

Cuando es tiempo de partir y todos ya esperan y saben, van haciéndose tiempo para estar hasta la madrugada acompañándose, uno y otro día.

Sucede que generalmente, el menos esperado y cuando ya muchos han decidido descansar, el amigo se va.

A pesar de muchos avisos y muchos cuidados, queda gente sin avisar, que no sabe o supo y llegan a la carrera por la mañana trayendo ahora flores cortadas en el monte o el entorno de la casa; algunas en una tienda y son de ornato.

Se cumple la partida del que se fue, después de muchos rezos y oraciones para hacerle más llevadero su camino.

Pero se cumple entre la tierra y el cielo, en el hogar, rodeado de gente que lo espera hasta que se va y acompaña, le reza y le dice oraciones. Si pudiera aquél escuchar los cantos y la devoción con la que se leen los versículos bíblicos para su buena partida. Seguramente se conmovería también hasta las lágrimas al oír como le dicen que mira al cielo con sus manos abiertas y sus ojos del alma hacia el sol.

El amigo se va y los dolientes se esfuerzan en seguir tomando aire y preparándose para lo que viene. Se escucha ahora a la gente hablar en voz baja, con esos susurros que no quieren incomodar al que se fue.

Y luego, a pesar del pacto para no llorar comienzan los gemidos y el llanto y ya nunca más está solo el difunto, en torno a quien se ha puesto un altar compuesto de flores multicolores, las más hermosas sobre sus pies.

Allí empieza a arder el incienso sobre las brasas que van rodeando su entorno por la mano amiga de un familiar que ayuda limpiar el ambiente en su tránsito a esa otra vida, con sus baños de humo oloroso y oscuro.

A sus costados, velas y veladoras rodean su figura, y en la cabecera una cruz ardiente es encendida iluminando en contraste con sus focos rojos, la caja donde metieron su cuerpo y que desde una ventanita, asoma para que puedan seguirlo mirando cómo descansa.

Colocan cuatro velas y preparan otras cuatro.

Preparan todo para su pasaje por las calles y en la capilla y luego al panteón. Tiene que haber padrinos de la cruz y de las velas y quienes contengan los listones blancos que lo acompañan en su viaje a la última morada.

La cuaresma, es señal de que ya ha partido el último aliento del cuerpo y ahora el alma, como dice la madre, anda suelta.

Al amanecer comienza el ajetreo. Primero era la cocinada de fríjol para los parientes, la familia piensa y decide qué comerán los presentes, quienes no dejan de acompañar a su ser querido prácticamente tres días, al menos.

Ayudantas de todos lados salen al momento, la que sirve el café, el que lo calienta, la que hace tortillas, otra que fue a lavar trastes, y de pronto la casa se debate entre el vaivén de gente que llega y se va y a la que hay que asistir después de cada rezo con alguna vianda caliente, porque aún son fechas de frío.

Entre el aroma de las flores y el incienso se distingue el café. Uno que otro llegó con una caguama o tomando aguardiente, pero ven que no es correcto y pronto lo dejan o se van a seguir a otro lado.

De tarde estuvieron parados en los árboles un par de zopilotes ‘como que ya presentían’ –dijo alguien. Más allá llegaron cinco lechuzas y por más que las espantaron a pedradas los amigos y los vecinos, insistían en estar allí presentes, con su canto mortuorio, asustando principalmente a los miembros del gallinero.

Hasta un gavilán se presentó y quiso darle mate a una polla color café que estaba descuidada, el animal, del susto, no se pudo mover en varias horas, quedándose trabada y tiesa hasta que se le pasó y reaccionó.
Muchas cosas que narrarle para la posteridad al huasteco en su despedida, que terminó hasta que la última flor fue colocada sobre su tumba.

Le contaría primero lo del proceso de la reconciliación que se logra acercándose a su lecho a hablarle y pedirle perdón y despedirse cuando aún estaba con vida. ¿Te acuerdas? –Le preguntaríamos primero.

Es que, las palabras que se dicen en esos momentos, y la fuerza que adquieren para intentar convencer al que se está despidiendo, de que allí estábamos todos ayudándolo en su trance, como quien dice, echándole porras, se parecía al calor de la leña resistiéndose a morir entre las brasas, mientras lo dejábamos ir, muriendo con él un poco.