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29 abr 2009

Enfermeras “de piso”, menos protegidas que las de áreas críticas

Ciudad de México, DF., (CIMAC).- Las enfermeras “de piso”, quienes atienden a la mayor cantidad de pacientes en los hospitales públicos del sector salud, son quienes están en mayor riesgo ante el virus de la influenza porcina, ya que por lo general “se les castiga más”, es decir son ellas las que reciben menor cantidad de material para protegerse y medicamentos para las y los pacientes.

En contraste, el área de terapia intensiva es prioritaria, les dan preferencia, asegura María Elena Gómez, quien labora desde hace diez años en esa área del Hospital General de Zona Número 1 Carlos Magregor, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Por ello, explica, al personal de terapia no les han hecho falta el material para protegerse del virus de la influenza porcina que pudieran portar sus pacientes.

Relata que desde hace un mes, aproximadamente, se ocuparon las nueve camas de esta área de cuidados intensivos con pacientes de neumonía, pero a la fecha aún no hay certeza sobre si es o no influenza porcina.

Sin embargo, como medida de prevención, las enfermeras que laboran en esta área han sido vacunadas contra el virus de la influenza y otras enfermedades, como parte de las medidas de protección que rigurosamente les tienen que proporcionar al estar en zona de alto riesgo laboral. “Nos dotaron de gogles, cubrebocas especiales, batas esterilizadas”, agregó.

Sin embargo, la enfermera, que ejerce su profesión desde hace 28 años, desconoce si las decenas de enfermeras “de piso” que laboran en este hospital lo hacen en las mismas condiciones, pues reconoce que las empleadas ubicadas en áreas como terapia intensiva son quienes reciben los medicamentos para sus pacientes de forma prioritaria.

“A nosotras siempre nos dan lo necesario para trabajar con seguridad y administrar a los pacientes lo que requiere. Si necesitamos antibióticos, mientras en piso piden analgésico, se adquieren los antibióticos. Es rara la vez que no nos proporcionan lo solicitado. Pero en piso es diferente “castigan un poco más”, indicó.

No obstante, la trabajadora de la salud indicó que el cuadro de vacunas que recibieron “nos sirve de poco”, pues sólo es contra la influenza estacional, por lo que también han recibido tratamiento de retrovirales.

La trabajadora de la salud descartó que exista cualquier brote de contagio que afecte a alguna de sus compañeras de área y trabajadores del nosocomio en general. E informó que hasta el momento han atendido a 20 personas con síntomas graves de enfermedades respiratorias que se “sospecha” puede ser influenza porcina.

Además, señala la enfermera, el nivel de riesgo disminuye en su área porque el número de pacientes es menor, debido a su gravedad: una enfermera atiende solo a uno o dos pacientes, mientras que las que trabajan en piso atienden 12 cada una.

LAS ENFERMERAS

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen 302 mil personas dedicadas a cuidar y atender enfermos, nueve de cada 10 son mujeres. Una quinta parte son profesionistas en el ramo.

Y de acuerdo con datos oficiales, en el país por cada 10 mil habitantes laboran cinco enfermeras, mientras que en Estados Unidos trabajan 78 por el mismo número de habitantes. En las zonas indígenas de México, apenas se cuentan con un 1.5 enfermeras por cada 10 mil habitantes.

En el país existe un mínimo de 6.4 enfermeras por cada cien mil habitantes y un máximo de 155.5 de ellas en la misma proporción, según información de la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI).

Por último, la trabajadora del sector refirió que es una problemática común la carestía de medicamentos, pero “en esta ‘alarmante’ situación, espero que las autoridades hagan lo posible para que tanto el personal médico como los pacientes reciban la atención necesaria para protegerse del virus de la influenza porcina”.

En tanto, sigue en investigación la queja presentada ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), por el equipo de enfermeras del Hospital Belisario Domínguez, de la Secretaría de Salud, quienes solicitaron la intervención del organismo para que se les garantice el suministro de vacunas y así poder desarrollar su trabajo.

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