Por Lucina Castro del Ángel, corresponsal
Tantoyuca, Ver.- Tras las filas largas por tener la esperanza de que podrán tener un oído normal, unos pies o unas manos, es lo que los mantiene con vida pero sobre todo por la pobreza en la que viven esta es la gente que requiere de la solidaridad de todos los ciudadanos en general tal es el caso de la señora Francisca Reyes del Ángel, quien cuenta con 27 años de edad y es madre soltera y quien hasta el momento por su ignorancia no procuró solicitar ayuda para su hijo que hoy en día cuenta con 9 años de edad y que sigue su educación primaria en tercer grado.
Manifestó que su hijo acude diariamente a la escuela de la comunidad de Mamey San Gabriel y que a pesar de que no cuenta con un oído, entiende y retiene bien su educación ya que hasta el momento lleva buenas calificaciones y hoy que tiene la oportunidad de que su hijo sea valorado y operado y la perspectiva le da una alegría, al tener la esperanza de que su hijo pueda tener su otro oído.
Al igual se encuentra este niño de nombre Severino Hernández de la comunidad de Rincón Laja Segunda, y quien cuenta con una edad de 4 años y medio, y quien hasta el momento no ha recibido ningún tratamiento, por parte de la clínica donde ellos acuden.
Este niño tiene el problema de sus pies ya que por si solo no se puede parar y solo camina de la mano de su mamá, Maximiliano Candelario Mateo también es un niño pobre que si requiere de la atención médica.
Al igual esta este otro niño de nombre Esteban Santiago Santiago de la Pitaya Laja Segunda tiene 14 años de edad y su problema son las manitas y quien a pesar de su malformación escribe y va en sexto año de primaria, es la primera ves que acude ya que hace seis años también fue operado del corazón, y hoy pide el apoyo para sus manos.
Esta bebé de un año y tres meses requiere de una operación en sus deditos de las manos y de los pies, esta nana responde al nombre de Daniela Antonio del Ángel de la comunidad de la Pitaya Laja Segunda , su madre la señora Juana del Ángel Santiago manifestó que cuando su hija nació no se le notificó que requería de algún tratamiento o de alguna cirugía y hoy en día acudió a solicitar ayuda al Centro de Desarrollo Intrafamiliar, DIF Municipal y ahí se le comentó del programa que había y de esta manera se traslado hasta las instalaciones de la biblioteca municipal para recibir la información necesaria con la esperanza de que su bebé llegue a tener sus manitas normales.
En las comunidades es frecuente que se encuentren con estos problemas, sin embargo la ignorancia de las personas hace más grande la ineptitud del personal que en las clínicas laboran porque no son tan amables de orientar a las familias y así buscar una solución para erradicar estos problemas de fondo.
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