Denver, Estados Unidos (EFE).- La nueva exhibición "Desde la Tierra" del Museo de las Américas de Denver presenta obras de artistas hispanos con antepasados indígenas del suroeste de Estados Unidos y del norte de México, realizadas exclusivamente con materiales naturales.
"Aunque este museo se ha enfocado principalmente en el arte contemporáneo de América Latina, no podemos separarnos de nuestras antiguas raíces", dijo a Efe Maruca Salazar, directora del Museo de las Américas.
"Nuestra postmodernidad se basa en nuestro pasado indígena y en nuestro respeto por la tierra", añadió Salazar, quien ideó y dirige la muestra que abrirá sus puertas mañana.
A diferencia de otras exposiciones, "Desde la Tierra" incluye el trabajo de una docena de artistas hispanos con antepasados indígenas que usan materiales naturales de la región en la que viven para crear sus obras.
"Nos gusta presentar el arte moderno, pero también queremos recordarle a la gente de las ciudades que tan alejados estamos del medio ambiente y que ese medio ambiente determina nuestra vida y nuestras decisiones", comentó Salazar.
La idea de la muestra surgió cuando Salazar todavía trabajaba como coordinadora de artes en las Escuelas Públicas de Denver. Por ese trabajo, entabló contacto con el artista Rogelio Briones, presidente del Concilio de Artes "Adobe de Oro" en Alamosa, en el sur de Colorado.
Cuando hace un año Salazar asumió su puesto como directora del Museo de las Américas, volvió a compartir su idea con Briones.
Juntos, se dedicaron a buscar patrocinadores para la exhibición y a contactar a los artistas.
Las obras incluyen creaciones de Eppie Archuleta, de 92 años, una tejedora hispana de Pueblo (sur de Colorado) que sigue hasta hoy tejiendo y procesando su propia lana y que recibió importantes premios nacionales. Algunos de los tejidos de Archuleta se exhiben en el Museo Smithsonian, en Washington D.C.
Otras obras destacadas son las de Juan Quezada, de 75 años, y afamado ceramista mexicano. Con sus cerámicas, hechas famosas por el antropólogo Spencer MacCallum a partir de 1976, Quezada logró salvar a su pueblo, Mata Ortiz, en el estado de Chihuahua, México, dando empleo a su taller a cerca de 400 artistas.
"Que alguien prepare lana a los 92 años o que moldee cerámica a los 75 años es una demostración de la belleza y la maestría del arte hispano tradicional. Estos artistas y sus creaciones no tienen nada que envidiarle a ningún Picasso", aseveró Salazar.
Los otros artistas son Fermina y Lorena Banyacya, madre e hija que preparan canastas de yuca; Lorraine Herder, una tejedora que usa técnicas de los Navajo; Sharlyn Sanchez Chino, una alfarera del Pueblo Acoma de Nuevo México; Gloria López Córdova, una reconocida santera de Nuevo México.
También Manuel Chavarría Denet, tallador de madera de los Hopi; Lawrence Namoki, un alfarero de Polacca, Arizona; Vern Nieto, un tallador de piedra que produce estatuillas de los Zuni; y Walking Thunder (Juanita Peters), una curandera que pinta con arena.
"Rogelio seleccionó a los artistas porque él los conoce. Tiene una conexión íntima con ellos. Este es un poderoso grupo de personas y muy auténtico. Todos ellos son artistas increíbles. El propósito es recordar a la gente de Denver la belleza que compartimos", dijo Salazar.
Por su parte, Briones, co-curador de la muestra, recalcó que la exhibición es posible gracias a "Tonantzin, nuestra venerable madrecita, y a Coatlicue, la de la falda de serpientes, que son la energía que se acumula en la Tierra y que se manifiesta como algo sagrado, benéfico y bello, como se ve en esta muestra".
En la mitología azteca, Tonantzin es la representación de la deidad femenina y Coatlicue (Nuestra Señora de la Serpiente) es la diosa madre de la luna y las estrella.
A partir del 25 de octubre, los artistas invitados recorrerán por turno las escuelas públicas locales.
"Estos artistas nos guían con su ejemplo para que sigamos preservando nuestra cultura. Ellos son nuestros auténticos tesoros nacionales", afirmó Salazar.
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