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7 ene 2010

Urge abatir pobreza en zonas indígenas del sur

Xalapa, Ver., (Diario de Xalapa).- La pobreza y marginación en las zonas indígenas náhuatl y popoluca del sur de Veracruz se intensifican cada día ante las carencias de programas de apoyo a la salud, alimentación, educación y trabajo.

El escenario de México no deja de ser deprimente ante los ojos del mundo globalizado, donde nuestro país juega un papel importante en la globalización y competitividad con mercados extranjeros que forman el TLC.

Los logros del Tratado de Libre Comercio aún no se ven reflejados en el campo mexicano, en especial en las zonas serranas del sur de Veracruz, al prevalecer la extrema pobreza en grupos indígenas y en el sector agrario. Todo se recapitula en varios aspectos: la educación, la falta de empleo, la migración y los bajos salarios.

Al transitar diariamente por la sierra de Santa Marta, ubicada en el sureste de Veracruz, he tenido la oportunidad de convivir con campesinos de raza indígena (popoluca y náhuatl) y he observado las condiciones en que viven los habitantes de las comunidades de los municipios de Soteapan, Mecayapan, Tatahuicapan y Pajapan.

Aún permanecen en el rezago social hereditario estos pequeños núcleos que en pleno siglo XXI subsisten establecidos y sin progreso alguno, por lo que optan por abandonar sus lugares de origen para buscar mejores expectativas de vida.

Problema que se ve reflejado en la mayor parte de las zonas rurales y como ejemplo cito a la comunidad de origen náhuatl, Arroyo Tzizapan, que se ubica entre los cerros de Santa Marta y San Martín, donde aún se respira el olor a ocote y se observa la verduzca vegetación paradisiaca que te llena de energía y te invita a seguir contemplando el bello panorama, pero al voltear al frente de estas preciosidades que te da la naturaleza, observas la cruda y cruel realidad.

Me refiero a las pequeñas viviendas de tablas, palmas o láminas con hoyuelos que sobresalen ante los ojos del visitante; la extrema pobreza resalta en los hogares de las cerca de 200 personas que habitan en el lugar mencionado.

Arroyo Tzizapan, pequeña comunidad que pertenece al municipio de Mecayapan, carece de todos los servicios prioritarios, como la energía eléctrica, agua potable, salud, educación, transporte, letrinas y trabajos. Sólo recibe la atención médica una o dos veces al mes, a través de un carro móvil que le llaman "caravana de salud" proveniente de la Jurisdicción Sanitaria de Coatzacoalcos.

Si se preguntan cuál es el alimento diario de los niños, adultos y ancianos, sólo encontrarán en sus hogares frijoles, tortillas, chile y café. Ellos no saben qué es tomar diariamente un vaso con leche, menos saborear un bistec. La alimentación la comparo con la de los diputados, senadores y altos funcionarios públicos, que derrochan el dinero del erario del pueblo o de los impuestos de todos los contribuyentes.

Este problema no es de indicadores porcentuales o de leyes, es de valores humanos, de conciencia de los gobiernos, que volteen a estos lugares que se encuentran en condiciones lamentables, insalubres y sin los servicios prioritarios para vivir dignamente.

Sus productos no los comercializan debido a la falta de apoyo, sus exigencias son grandes y les queda la esperanza de tener empleos dignos; requieren de apoyos al campo y salarios que les permitan cubrir sus necesidades. Estas personas sufren las consecuencias de los proyectos o programas gubernamentales mal diseñados para la zona serrana, por lo que se ven orillados a emigrar al norte del país.

La pobreza y las grandes carencias en que viven no se pueden ocultar, y no se pueden negar porque ellos ocupan un lugar muy especial en Veracruz y en nuestro México. Además representan nuestro origen pasado del que debemos de sentirnos orgullosos, al formar parte del México prehispánico de ayer y hoy.

La raza étnica está ante los ojos del mundo, tenemos la obligación urgente de incorporarla a la vida productiva, tecnificada y al sistema globalizador que envuelve a México.

El problema migratorio sigue generando toda una gama de conflictos que trae grandes secuelas: la desintegración familiar y problemas de salud y educativos, inconvenientes que están presentes en muchas familias de la zona serrana.

En Veracruz y en el país vivimos y experimentamos cada día los efectos del fenómeno pluridimensional conocido como "globalización". Por lo que debemos de sobresalir y competir con los grandes programas y proyectos de otros países.

Ante este problema social presente en muchos veracruzanos, el gobierno debe actuar de inmediato para que el Estado voltee sus ojos a las zonas serranas que viven en completa marginación.

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