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14 abr 2009

Apantipan, paraíso subestimado como detonante del ecoturismo en la zona Centro

Mezcala, Gro., (La Jornada Guerrero).- La indeferencia oficial y la falta de formación empresarial de los indígenas nahuas se han conjugado para que el proyecto ecoturístico Apantipan, compuesto por cascadas subterráneas, lagunas de agua cristalina y borbollones, no despunte, a pesar de su belleza.

Ya han pasado cinco años desde que la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) financió con un millón de pesos este proyecto ecoturístico, pensado para crear fuentes de empleo para los indígenas de la región y proporcionar una opción de recreación al turismo nacional.

Sin embargo, Apantipan no se ha fortalecido, al contrario, la infraestructura que se creó se ha deteriorado por la falta de mantenimiento y dado que el turismo no llega en la proporción esperada, los nahuas no han tenido la capacidad financiera para apuntalarlo.

Sólo en temporadas vacacionales aparecen por aquí los visitantes, en su mayoría familias completas de los pueblos vecinos, que geográficamente tienen cerca a este lugar y al alcance de su bolsillo.

Con sólo 10 pesos, se puede disfrutar de un refrescante chapuzón, un cerro con restos fósiles, un río subterráneo labrado por la CFE cuando en 1975 intentó construir aquí la cortina de la presa El Caracol y en el interior de la cueva una laguna con estalactitas, de las que escurre el agua formando las cascadas.

Donde nace el agua

Apantipan está sobre la rivera del caudaloso río Balsas. Aquí las aguas templadas y cristalinas de los borbollones y la turbia del famoso caudal se unen en un abrazo que concluye hasta la desembocadura en el Pacífico.

Sobre la carretera Acapulco-México, justo al pie del puente Mezcala, al lado derecho comienza un camino de terracería que conduce a Apantipan, ubicado a unos siete kilómetros de la vía.

Tras un recorrido que dura entre 15 y 20 minutos aparece el balneario, un regalo de la naturaleza en medio de la vegetación desértica y el polvo suelto que se pega a los cuerpos sudorosos.

Con el millón de pesos se hicieron las gradas, los baños y una terraza para guarecerse de los rayos del sol y unas cuantas sombrillas de palma. Después de eso no se ha vuelto a invertir un peso más. La CDI dejó a la deriva su inversión.

José Corredor Marcelo, el actual encargado del balneario, indicó que la afluencia de visitantes no ha alcanzado el número deseado.

En la temporada de vacaciones alcanza un promedio de 20 a 30 visitantes adultos por día y, casi siempre, el triple de menores de edad, a quienes no se les cobra el acceso.

Los ingresos, dice, son muy pocos para el mantenimiento y mucho menos alcanza para realizar otras obras que hacen falta, como un barandal por toda la orilla del balneario para evitar el peligro de que alguien pueda resbalar y caer en el caudal del río.

Apantipan tiene muchos puntos en contra para despuntar como una propuesta ecoturística de alto nivel; en primero, la indeferencia de las autoridades, entre ellas, la Secretaría de Fomento Turístico, la de los ayuntamientos de Mártir de Cuilapan (Apango) y Tepecoacuilco –el lugar es un proyecto de los habitantes de San Juan Tetelcingo, que pertenecen al primero y de Tlamamacan, al segundo.

Sobre la carretera federal no hay ningún señalamiento que promueva el balneario, incluso, algunos habitantes de Mezcala, población del municipio de Eduardo Neri, desconocen su existencia. Luego, sobre el camino de terracería, tampoco hay avisos sobre cómo llegar, ni qué tan lejos se está del lugar.

Con todo y eso, Apantipan tiene una belleza inigualable y al alcance de los bolsillos más modestos.

En esta temporada vacacional y con la crisis golpeando las mesas de las familias es una excelente opción, no apta para los que prefieren el confort y las comodidades.

Agarre una lámpara, una cuerda y zapatos cómodos, los necesitara para internarse en el río y llegar hasta las lagunas subterráneas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He tenido la oportuunidad de ir varias veces y la verdad es uno de los lugares con respecto al clima y localizacion uno de mis lugares favoritos. El agua muy limpia y las cascadas dentro ni se diga, ponerce bajo de ellas, es como si le dieran masaje.
solo una observacion: en tiempo de lluvias crece un poco el rio, llegando el agua a la entrada de la cueva lo cual el agua puede llegarle al pecho, pero mientras ba abansando dentro, ba disminuyendo el nivel.