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11 may 2009

Exitoso Sistema de Formación Musical en Tangancícuaro

Tangancícuaro, Mich., (La Opinión).- Si en lugar de armas de fuego cada familia tuviera en su hogar instrumentos musicales, y si aprender a ejecutar algún instrumento musical fuera parte de la educación básica en México, quizá construiríamos un país diferente, con menos violencia e inseguridad, con menos pobreza y corrupción; y es así porque la música, al igual que otras disciplinas artísticas, ejercita los valores espirituales del ser humano, sensibiliza y conecta a las personas con su realidad.

Esto que parece una utopía se está intentando, y mejor aún, funciona. En el municipio de Tangancícuaro, a través de la Regiduría de Cultura, opera desde hace un año el Sistema de Formación Musical Tangancícuaro, un esquena de carácter social, cultural y pedagógico, mediante el cual los niños de este municipio y sus comunidades se instruyen en la ejecución de instrumentos musicales como el violín y la guitarra, que son por ahora los instrumentos con los que se dispone.

Actualmente opera con la participación directa de 12 personas, cinco de ellos venezolanos, quienes a través de un intercambio cultural llegaron a México para establecer un esquema con estas características. Los otros participantes son vecinos de la propia comunidad, interesados en el desarrollo cultural de su municipio, encabezados todos por la regidora de Educación, Cultura y Turismo de Tangancícuaro, Laura Rodríguez Acevedo.

Este sistema de formación musical ha tenido varias etapas, en la primera se elaboró el proyecto, se estudió su viabilidad y las posibilidades de llevarlo a cabo; todo encajó a la perfección, comenzaron las clases el primero de septiembre de 2008 y el 11 de diciembre de ese mismo año se llevó a cabo la primera presentación académica a través de un concierto, participaron 287 niños demostrando sus conocimientos en la ejecución de la guitarra y violines.

Ahora durante la tercera etapa se ha logrado abrir dos nuevas escuelas, una en la comunidad de Gómez Farías y la otra en Etúcuaro, las cuales se suman a las ya consolidadas en Tangancícuaro que es el casco central, Patamban y San Antonio Ocampo.
Los responsables de este proyecto explican a través de ‘La Opinión de Michoacán’, que mediante el sistema no sólo se busca que los niños aprendan a tocar algún instrumento, sino revalorizar y difundir la música originaria de Latinoamérica; aunado a ello, reconocen que a través de la música se promueve, desarrolla y fortalece la identidad nacional. Ellos mismos reconocen en la música una herramienta para la educación, la promoción y el cambio sociocultural.

Michoacán posee un gran acervo musical que es importante conocer y difundir, pero también es un estado con graves problemas de rezago educativo, pobreza e inseguridad; es por ello, explica Laura Rodríguez Acevedo, que a través de la música se pretende una formación integral para los niños, es mejor invertir ahora en su educación que después en armas o cárceles para castigarlos.

Para nadie es un secreto que las comunidades rurales e indígenas en la mayoría de los municipios del estado, han tenido un considerable aumento en problemas de adicciones y pérdida de identidad, resultado de factores como la migración y el ocio entre muchos otros, y eso es precisamente lo que se busca evitar, el ocio, que los niños y jóvenes pasen horas sin tener qué hacer o frente a la televisión, se necesita brindarles opciones para su desarrollo.

Por ahora se ha pensado en la música y todo ha resultado de manera satisfactoria, el programa fue acogido por el Ayuntamiento de Tangancícuaro que preside el alcalde Leopoldo Chávez Arciniega y mejor aún, lo han recibido los vecinos del municipio y sus comunidades que ahora lo han hecho propio; el Sistema de Formación Musical ya no pertenece al Ayuntamiento o la Regiduría, sino a la comunidad, sin embargo, como lo refiere la regidora, no es autosuficiente, requiere de la participación tanto de los gobiernos como de la ciudadanía.

Y es precisamente la unión de fuerzas lo que ha permitido al programa su constante progreso. Cuando arrancaron las clases fue con 80 instrumentos, 40 guitarras e igual número de violines, todos donados por la iniciativa privada. Luego el Gobierno del estado aportó diez guitarras más y 12 atriles. Posteriormente a través de particulares llegaron al programa 15 violines más y luego otra donación de la iniciativa privada con 15 guitarras y diez violines. Sin embargo, se requiere de mucho más apoyo. El Sistema tiene actualmente una inscripción de 647 alumnos. En un inicio se pensó atender a niños de entre cuatro y 16 años de edad, pero fue imposible mantener el rango, tuvo que ampliarse hasta los 70 años de edad, que es la edad del alumno más grande.

Los alumnos inscritos no pagan un solo peso, el programa es totalmente gratuito, con ello se ha buscado beneficiar a las familias más desprovistas que no pudieran pagar una colegiatura, con ello se motiva además «la creación de núcleos de encuentro académico musical para niños, niñas y jóvenes orquestas infantiles y juveniles, así como actividades de capacitación para los coordinadores y docentes del sistema».

A este respecto, la regidora Rodríguez Acevedo dijo que el Sistema de Formación Musical no solamente intenta la formación de los niños, sino también ofrecer capacitación y asesoramiento técnico profesional a personas ya dedicadas a la música, principalmente a aquellos que lo han hecho de manera empírica y desean certificarse, lo mismo que a instituciones o grupos de trabajo que a través de su quehacer artístico musical promueven el desarrollo de la comunidad.

Tanto mexicanos como venezolanos reconocieron en la música un instrumento de mejora integral, reconocieron que no todos los niños que participan en el programa serán músicos profesionales, pero lo cierto es que en sociedad serán personas diferentes tocando un instrumentos musical, la vida tendrá para ellos más oportunidades de desarrollo y su perspectiva sobre la misma comunidad será diferente, entonces el Sistema habrá cumplido su objetivo, porque las personas encuentran en la música lo que ninguna ciencia puede brindarles.

Sin embargo se trabaja también para detectar a aquellos infantes con cualidades musicales, de manera que puedan ser encaminados a instituciones de formación profesional musical, por ejemplo el Conservatorio.

De acuerdo con el testimonio de la profesora Verónica Medina, quien además de participar en el Sistema de Formación Musical es docente de educación básica en este municipio, han notado mejorías en las notas académicas de los niños que participan en las clases de música y es que ello despierta otras habilidades cognitivas que a los infantes les facilita el aprendizaje.

Las clases de música se llevan a cabo por las tardes, los infantes dedican alrededor de cuatro horas diarias a sus ensayos, de tres a siete de la tarde y en cada una de las comunidades se tiene una inscripción promedio de 170 alumnos. Como los instrumentos no alcanzan para todos los inscritos, además de las clases de guitarra y violín, también se instruye a los infantes en canto y lenguaje musical.

Estos niños están creciendo con un bagaje cultural mucho más amplio del común, no solamente han logrado interpretar las hermosas pirekuas propias de la región, sino además conocer las obras clásicas y universales de la música. Poco o mucho la compra de instrumentos musicales hechos en México podría además reactivar esta industria, que también es un arte.

Los responsables de este sistema reconocen que el programa seguirá creciendo como una bola de nieve por su gran aceptación en las comunidades, pero también reconocen que existen limitaciones: sólo se cuenta con guitarras y violines y son insuficientes para todos los alumnos, se requieren también violas, violonchelos y contrabajos, cunado menos, dicen para formar una orquesta de cuerdas.

Cualquiera que desee ayudar puede hacerlo, sólo necesita acercarse, tanto para compartir sus conocimientos, como quien guste realizar la donación de instrumentos.

LOS ORQUESTADORES

El proyecto lo encabeza la regidora Laura Rodríguez Acevedo y participan en este intercambio cultural los venezolanos: Rafael Pozada, violinista; Reycy Figuera, violinista y responsable del casco central; Yorvin Silva, percusionista y encargado de la escuela de San Antonio Ocampo; Oscar Orozco, toca la mandolina y es encargado de la escuela de Patamban, y Manuel Barrios, violinista, responsable de la comunidad de Gómez Farías.

Con gran entusiasmo participan en el Sistema los propios tangancicuarenses: Hugo Alejos Cárdenas, guitarrista, promotor cultural en Patamban; Juan Menchaca, guitarrista y promotor en San Antonio Ocampo; Verónica Medina, promotora en Patamban; Alberto Herrera, también instructor en Patamban; J. Antonio Chávez, responsable de la escuela en Gómez Farías y Sergio Ayala Fernández, promotor musical en San Antonio Ocampo.

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