¡Búscanos en las redes sociales!

Síguenos en Twitter.com/c_indigenas o como @c_indigenas.
Búscanos en Facebook como Corresponsales Indígenas y hazte fan

2 abr 2009

Los pueblos en América Latina

Guadalajara, Jal., (La Jornada Jalisco).- En el 2006, el Congreso del Estado de Jalisco manipuló más de 400 firmas de los pueblos indígenas náhuatl y wixarika para legitimar el nefasto proyecto de ley indígena de Jalisco, mismo que respondía íntegramente a la contrarreforma presentada en el 2001 por el Congreso de la Unión, reforma que representa una traición de los tres poderes del Estado para los pueblos originarios de estas tierras. Dicho proyecto finalmente quedó concluido en Jalisco en el 2007 con el nombre de “Ley sobre Derechos y el Desarrollo de los Pueblos y Comunidades Indígenas”, esto a pesar del inminente rechazo de prácticamente todas las comunidades indígenas del estado.

En tanto y a pesar de esto, es cada vez mayor la reivindicación indígena en Jalisco, México y toda América Latina, cada país y cada pueblo muy a su modo, muy a su tiempo. En Bolivia se dio un importante paso legislativo, un paso de Estado… en tanto, en México un retroceso legal es el que padecemos, sin embargo, la autonomía en los hechos, la autodeterminación de facto es la que se vive en la mayor parte del territorio mexicano.

Son tiempos del Pachakutik (tiempos de cambio, inicio de ciclo), dicen los indígenas de los Andes bolivianos, mientras dan convite a la pachamama para agradecer por los frutos brindados y por la nueva esperanza que les crece con la aprobación de la nueva constitución y la llegada al poder del primer presidente indígena del mundo. Hoy, los pueblos bolivianos observan que ha llegado la hora de que sus modos propios de ser-sentir-hacer, sean reconocidos y no prohibidos y reprimidos. El Pachakutik, del que los ancestros hablaban, el tiempo de reivindicación, de recomienzo, de nacer de nuevo y hacer que la pachamama esté contenta con sus hijos hombres. Ya lo habían avisado los Dioses, y harto lo habían esperado los hombres.

Así Bolivia, siendo un país considerado uno de los más subdesarrollados y pobres, es también en este momento un ejemplo de justicia, democracia y reivindicación social para el mundo. Para los indígenas andinos pobreza significa no tener parientes, no tener amigos y no poder sembrar la tierra. De acuerdo con esta cosmovisión del mundo, pobres serían los habitantes de aquellas grandes ciudades vanguardistas, donde la gente que camina aglomerada ni siquiera se voltea a ver a sí mismos y siempre tratan de imponerse uno sobre el otro.

Si la riqueza de un país se midiera en la soberanía alimentaria de sus pueblos, en la salud de su gente, en su riqueza cultural, Bolivia fuera una de los más ricos del planeta, Pero esto no es así, para el sistema global de la industria y las finanzas (hoy en crisis), los países más ricos son aquellos que realizan mas transacciones bancarias por minuto, cuenten con vías de comunicación (aunque estas sean más bien para el servicio del propio flujo del capital global) o bien los que cuenten con pisos firmes en sus viviendas, todo esto sin importar si su gente esté muriendo de enfermedades curables, sus recursos naturales estén extintos y sus símbolos de identidad sean las barbies y las marcas de refrescos o ropa.

Mientras en México se criminaliza la protesta, se privatiza la tierra, el agua, el viento, la lluvia, los conocimientos, los genes y hasta la sangre indígena y se desconoce y se atenta contra las formas originarias de auto-organización, en Bolivia, constitucionalmente se reconoce la pluralidad social y la diversidad cultural, reivindicando principios de soberanía, dignidad, complementariedad y autonomía.

Mientras en muchos países “desarrollados” existen aun altos niveles de analfabetismo, Bolivia hace tres meses se declaro libre de analfabetismo, avances de una nación que se potencializarán en muchos ámbitos con la aplicación de los nuevos contenidos legislativos de la nueva ley que entró en vigor desde el 25 de enero del 2009.

Este nuevo panorama legal prohibe el latifundio y limita los derechos de posesión de tierras a no más de 5 mil hectáreas; expulsa a empresas privatizadoras del agua; se nacionalizan los hidrocarburos; se incorpora al sistema nacional de salud la medicina tradicional de los kallawayas, fundada en siglos y legados de sabiduría ancestral; para colmo del neoliberalismo, la descolonización se hace requisito en el sistema educativo boliviano, dando prioridad a los conocimientos y lenguas locales a los lineamientos educativos que Occidente ha impuesto en nuestros países latinoamericanos; además de reconocer y fortalecer las formas económicas comunitarias. Se yergue una realidad de emancipación del pueblo y su gente sencilla.

Del mismo modo, la inter e intra-culturalidad atraviesan transversalmente de principio a fin la nueva constitución y se le encuentra como característica esencial del Estado boliviano que ahora se reconoce fundado en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico. De este modo, esta propuesta unitaria es un llamado a desenvolver la propia identidad en equilibrio, complementariedad y respeto con otras culturas y se presenta fundamentalmente como un proceso descolonizador, pues enuncia el derecho a la autonomía y a la autodeterminación del individuo de todos los grupos sociales y culturales.

Así, es que las autoridades tradicionales de los pueblos quechuas y aymaras de los Andes bolivianos están contentas, esperanzadas porque por fin los mensajes de sus achachilas (cerros abuelos) trascendieron más halla de sus ayllus (núcleos básicos de organización) y sus rituales de petición junto con sus ofrendas a sus guardianes no sólo han logrado mantener un vinculo estrecho con los seres espirituales sino que ahora se mantienen más firmes y sólidos que nunca, logrando con ello la perpetuación y la revalorización de su cosmovisión en esta nueva carta magna.

Son muchas las miradas que, desde todo el mundo, hincan sus esperanzas en este momento histórico boliviano que se postula como ejemplo para muchos países y, sobre todo, para cientos de pueblo en todo el mundo que luchan y trabajan día a día por permanecer como pueblos originarios.

Mientras, en México los pueblos ratifican en la práctica y en el argumento a los Acuerdos de San Andrés como su única y Suprema Ley, y como lo señala en la Declaración del Congreso Nacional Indígena, llevado a cabo en el territorio náhuatl de Tuxpan, en abril de 2007, “declaramos como letra muerta la Contrarreforma Constitucional en materia indígena del 2001, y aquellas leyes que se derivan de ésta en todos los estados de la República, como la ley indígena aprobada en Jalisco y cualquier Consejo o representación que se conforme a partir de ella”.

No hay comentarios.: