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10 oct 2008

Tras más de 500 años, indígenas preservan identidad y son patrimonio de la humanidad

Caracas, Venezuela (ABN).- Los pueblos indígenas del mundo, y particularmente los de América, han dado y seguirán dando sus aportes irremplazables en la configuración de una rica sociodiversidad, por lo que deben ser reconocidos plenamente como patrimonio de la humanidad para restablecer un nuevo equilibrio del universo, como lo soñó el Libertador Simón Bolívar en su lucha independentista.

Este es uno de los considerandos que incluye el decreto 2.028, emitido el 10 de octubre de 2002, en el 192º aniversario de la Independencia y 143° de la Federación, por parte del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, instrumento que deroga la celebración del 12 de octubre como Día de la Raza y se promulga que en esa fecha se conmemorará el Día de la Resistencia Indígena.

En el contenido del decreto se consideran aspectos fundamentales, como la declaración de este día de fiesta nacional desde el año 1921 y el desacuerdo en la utilización del término “raza” para la denominación de la diversidad presente en el encuentro de españoles y de americanos.

También se enfatiza en el texto la necesidad de dejar atrás los prejuicios coloniales y eurocéntricos y el reconocimiento de la presencia y de los derechos indígenas por parte de diversas organizaciones mundiales.

Sobre los artículos del decreto

En su articulado, el decreto establece incorporar en el calendario oficial y escolar el 12 de octubre como Día de la Resistencia Indígena e iniciar la revisión de los textos escolares sobre Geografía e Historia Nacional, de América y Universal.

Asimismo, exhortar a la Academia Venezolana de la Lengua para que realice un estudio pormenorizado sobre el Diccionario de la Real Academia Española, a fin de proponer a esa institución la revisión de aquellas palabras que pudieran ser atentatorias contra la dignidad de nuestros pueblos, así como la incorporación de una serie de americanismos, indigenismos, africanismos y demás manifestaciones de nuestro universo sociocultural aún no incorporados.

También promover ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) la actualización tanto de la geografía e historia de América, como la universal, en las enciclopedias americanas y universales, con el propósito de incorporar los aportes de los pueblos indígenas, afroamericanos y criollos, con la participación activa de estos, desde las perspectivas multilineal, pluridimensional e interdisciplinaria, de manera de liberar a los textos de investigación y educación de racismos, eurocentrismos, etnocentrismos locales, patrialcalismos y discriminaciones de cualquier orden.

Solicitar a la Unesco, igualmente, una revisión actualizada de un verdadero calendario universal de naturaleza intercultural, con el concurso de todas las civilizaciones y sociedades sin detrimento de los calendarios correspondientes a cada pueblo, hemisferio, región o subregión del mundo.

Todas estas características fueron tomadas en cuenta para declarar en Venezuela, con suficiente independencia, el 12 de octubre como Día de la Resistencia Indígena, así como su incorporación al calendario escolar oficial.

Es así como desde esta fecha los venezolanos conmemoramos el Día de la Resistencia Indígena, en lugar del antiguamente llamado Día de la Raza.

El concepto de raza, sobre la base de rasgos físicos hereditarios, no da cuenta de la diversidad genética de la especie humana a pesar de que muchos científicos sociales insisten en emplear el concepto de raza como base de una tipología de las poblaciones humanas, por tanto, es innegable que este concepto surge como una de las categorías básicas de las relaciones de dominación propias del sistema colonial que se instaura en América a partir de la presencia europea, señala el decreto.

La diversidad cultural y étnica presente en todos los pueblos antes y después del origen de Venezuela es hoy un hecho irrefutable y forma parte de nuestra herencia histórica, como garantía para el mutuo enriquecimiento cultural y la comunicación humana, en los valores de paz con justicia, agrega el texto.

Hace la salvedad de que a partir de la conmemoración del V centenario (1492-1992), del Decenio de los Pueblos Indígenas declarado por la Organización de las Naciones Unidas (1994-2004), la definición constitucional de país multiétnico y pluricultural, así como el reconocimiento de los derechos históricos de los primeros venezolanos (Constitución de 1999), el proceso de incorporación simbólica de Guaicaipuro al Panteón Nacional (2001-2004), la firma del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (2001), el reconocimiento de los idiomas indígenas (2002) y el Acuerdo de la Asamblea Nacional de unirse al Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (2002), nuestros pueblos retoman su historia local, regional, nacional y continental en todo su milenarismo indígena y los cincos siglos recientes, con los profundos cambios, rupturas parciales y continuidades, en su unidad y diversidad.

Además, las tendencias mundiales y organismos internacionales como la Unesco vienen revalorizando el estudio de la geografía, historia, cultura e identidad regional y local a solicitud de los mismos pueblos, como parte vital e indiscutible de las instancias nacionales, subregionales y continentales para afrontar sin exclusiones el proceso de globalización, en el contexto del diálogo de civilizaciones.

Lucha histórica

El establecimiento de estas disposiciones en Venezuela es un ejercicio de soberanía como Estado independiente y por ello es atacada por las empresas transnacionales que privilegian la obtención de sus ganancias a la conservación de la vida.

La Venezuela bolivariana, junto con los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las masas populares se resiste hoy a la hegemonía imperialista y lucha por la supervivencia del planeta, por la vida de las generaciones futuras.

Este decreto, entre otras cosas, declara que se reconozca nuestra autoafirmación americanista por la unidad y diversidad cultural y humana, reivindicando tanto a los pueblos indígenas de América como los aportes de los pueblos y las culturas africanas, asiáticas y europeas en la conformación de nuestra nacionalidad, en el espíritu del diálogo de civilizaciones, la paz y la justicia.

De los pueblos indígenas

De Norte a Sur del continente, los pueblos indígenas reivindican sus derechos territoriales y agrarios, defienden sus recursos naturales, tierras, identidades culturales, lenguas y su autodeterminación.

En todo el continente, los indígenas luchan por el reconocimiento de sus identidades y formas de vida, defienden sus territorios y recursos naturales. De Chile a Canadá, pasando por Bolivia, Ecuador, Brasil, Colombia, Centroamérica y México, los indígenas levantan la voz para tomar en sus manos la historia y las decisiones que les afectan.

Por eso, el 12 de octubre ha dejado de ser el tradicional Día de la Raza y se ha convertido en una jornada de lucha y reivindicación de los pueblos indígenas.

Además, en la Constitución de la República Bolivariana se invoca 'el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes' para refundar la República.

¿Qué pasó con Colón?

Un grupo de españoles, a bordo de tres naves, La Pinta, La Niña y La Santa María, comandadas por Cristóbal Colón, llegó el 12 de octubre de 1492 a una isla del mar Caribe llamada por los nativos Guanahani.

En diversas publicaciones se refiere que antes de que Cristóbal Colón llegara a América, Zheng He, conocido como El almirante chino, en pleno siglo XIV, lideró siete expediciones durante 28 años y durante uno de sus viajes se encontró con el continente americano, 72 años antes de que llegara Colón.

La conmemoración de la llegada de Cristóbal Colón a las costas del continente americano en 1492 sigue siendo motivo de interpretaciones y polémicas, porque para los pueblos indígenas fue el comienzo de una guerra de exterminio que impuso un régimen colonial, al que se opusieron los indígenas de manera directa o soterrada.

Más de 500 años después, muchos pueblos originarios preservaron su identidad comunitaria, vigorizada por constantes rebeliones y la resistencia cultural.

Hace tiempo, el parlamento del pueblo Aymara declaró el 12 de octubre como Día de la Desgracia, al recordar los 'cinco siglos de vivir en la incertidumbre, infortunio y sojuzgamiento de nuestras libertades fundamentales”.

A sangre y fuego se inició el período de la conquista, con violencia, cometiendo un atroz genocidio. Desconociendo todo lo existente, impusieron sus ideas, su modo de vida, un sistema político, económico, social, ideológico y cultural, lo controlaron todo por medio de su superioridad militar.

Los invasores españoles, más no como “descubridores”, como se les ha etiquetado durante siglos, en nombre de la supremacía occidental y cristiana, por la fuerza, les arrebataron a los pueblos indígenas sus tierras, su cultura y su religión, justificando sus acciones con la matriz ideológica de la dominación occidental: 'La negación del derecho del colonizado comienza por la afirmación del derecho del colonizador; lo es de un derecho colectivo por un derecho individual.'

Los intentos de someterlos a la esclavitud fracasaron, los indígenas se resistieron de diversas formas, la mayoría de los que sobrevivieron al genocidio se retiró, en el caso de Venezuela, al sur del Orinoco, Apure, Amazonas y Noreste del Zulia.

La dificultad de conseguir mano de obra da origen a una monstruosidad: la migración forzada de habitantes del continente africano. Se calcula que en dos siglos, alrededor de 100 millones de personas fueron desarraigadas para ser convertidas en esclavos, de los cuales entre un tercio o la mitad perecieron en el trayecto.

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