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18 feb 2009

Es necesario garantizar libertad de expresión para la infancia

Ciudad de México, DF., (CIMAC).- El panorama de la infancia y adolescencia a nivel mundial, regional y nacional sigue representando grandes retos, sobre todo en temas como el acceso a la educación, discriminación y violencia, declaró Alberto Brunori, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH).

Durante la presentación de la campaña “Escúchame: mi voz tiene corazón y derecho”, Brunori declaró que, de acuerdo con las observaciones del Comité de los Derechos del Niño, las violaciones sistemáticas en México son: discriminación en niñez indígena, niñez con discapacidad, niñez de grupos económicamente desfavorecidos, niñez en situación de calle, castigo corporal en la familia, en la escuela, tortura contra la infancia, niñez migrantes y víctima de explotación sexual y económica.

México ocupa el lugar 78 en mortalidad infantil en menores de cinco años, a la par de Nicaragua y Trinidad y Tobago. La tasa en entre la niñez indígena es de 26 por cada 100 nacidos vivos, poco más de 26 puntos porcentuales sobre la media nacional, alertó Brunori.

NIÑEZ Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

El Artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño establece que los Estados se comprometen a garantizar en la niñez su derecho a expresar su opinión libremente y el Artículo 13 el derecho a la libertad de expresión.

En este sentido, Lucía Lagunes Huerta, directora de la Agencia Mexicana de Noticias por los Derechos de la Infancia (AMNDI) de Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC), señaló que las y los periodistas también deben escuchar a las niñas y niños, pues de acuerdo con el informe “Infancia y Adolescencia: agenda pendiente en los medios de comunicación 2007”, de 12 mil 531 fuentes consultadas, sólo 4.8 por ciento son testimonios de menores de edad, y el 41 por ciento son fuentes oficiales.

Asimismo, señaló que distintas investigaciones reflejan dicha tendencia encontrada en el informe AMNDI, pues generalmente el 70 por ciento de las fuentes periodísticas tienen su origen en el Poder Ejecutivo, mientras que las organizaciones de la sociedad civil apenas representan el 3 por ciento de la información.

La Campaña Escúchame tendrá presencia en México y Guatemala hasta el final de este año y va dirigida a más de cinco millones de niñas y niños mexicanos y guatemaltecos.


En el marco del XX aniversario de la CDN se estarán difundiendo pósters, spots de radio y separadores, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad.

Benito Terraza, representante del Grupo de Trabajo (Integrado por Asociación para el Desarrollo Integral y Multidisciplinario, A.C. Quiché, Guatemala, Melel Xojobal, A.C. Chiapas, Unidad de Capacitación e Investigación Educativa para la Participación, A.C. y Foro Oaxaqueño de la Niñez) comentó: “Consideramos de vital importancia invitar a las y los adultos a reflexionar sobre la forma en que conciben y tratan a las niñas y niños, y a que escuchen con atención el llamado de que ellas y ellos les hacen.”

Las organizaciones que conforman el Grupo de Trabajo consideran de vital importancia la participación de las niñas y niños en la exigencia del cumplimiento de sus derechos. Es por esto que convocaron a niñas y niños de Oaxaca, Estado de México, Chiapas y el Departamento de El Quiché, en Guatemala, a participar activamente en el contenido de esta campaña. Son sus voces las que aparecen en los materiales impresos de esta primera etapa de la campaña, y en los spots radiofónicos que serán transmitidos durante la segunda etapa.

MIGRACION DE NIÑAS Y NIÑOS

Por su parte, Nashieli Ramírez, coordinadora del programa Infancia en Movimiento/Ririki, destacó la importancia de crear espacios seguros para la infancia, especialmente a niñas y niños que se ven afectados por la movilidad poblacional (migración), donde se garantice su derecho a la salud y la vida; a la familia y comunidad; a la convivencia y participación.

En las localidades indígenas se concentran las mayores expresiones de pobreza de la región y el 82 por ciento de los municipios indígenas en México tiene un nivel de marginación alto o muy alto. En Guatemala el 61 por ciento de su población rural, que es indígena, también vive en pobreza, en comunidades donde no hay servicios básicos.

La población indígena está abandonando sus localidades debido a razones económicas. La migración indígena ha aumentado: el 68 por ciento de la población indígena que vive en Nuevo León no nació en ese estado, ni el 64 por ciento de Tamaulipas, el 47 por ciento de Quintana Roo, 32 por ciento de Jalisco y 24 el Campeche.

De los 803 municipios indígenas que existen en nuestro país, el 43 por ciento registra una intensa actividad migratoria. Las y los migrantes indígenas se han acercado a los campos agrícolas de estados del Norte sobre todo en Sinaloa y Baja California, así como en más de 100 ciudades de México.

La población jornalera agrícola guatemalteca, que “mal recibimos en nuestro país”, asciende anualmente a un cuarto de millón, empleada en los cafetales y servicios de la construcción. Se trata, dice Nashieli Ramírez, de una migración familiar que debemos incluir en la agenda, debemos escuchar lo que están diciendo esas niñas y niños.

La Convención de los Derechos del Niño es el instrumento internacional más aceptado, son 193 los Estados que lo han ratificado y su objetivo es replantear la relación entre las y los adultos, las niñas y los niños, en donde los reconoce como personas con derechos.

La CDN considera tres ejes en los derechos infantiles: un reconocimiento explicito de un amplio catálogo de los derechos (identidad, relación con familia, esparcimiento); un conjunto de principios que registran la relación entre niñez y adultos, donde la obligación de los Estados en otorgar a menores de edad protección especial, como a la niñez refugiada, a migrantes, minorías étnica en conflictos armados, niñez con discapacidad, internados en instituciones del Estado, y en proceso penal o privados de su libertad.

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