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21 oct 2008

La lógica indígena en el proceso de capacitación

Texcoco, Méx., (Texcoco Mass Media).- A veces es fácil decir: "lo que hace falta es la capacitación y la transferencia de conocimientos", de lo anterior ¿Alguna vez hemos reflexionado seriamente y saber cómo evaluarlo? ¿Cuáles son los indicadores a considerar? ¿Qué estrategias hay que usar para recopilar los datos? Con la idea de que nos acerquemos más a la información y nos muestre una radiografía como parte de un proceso social, que nos permita observar las condiciones previas en su inició, adopción, replica e impacto con los productores de la región.
Como en todo proceso social, se necesita tiempo y de la activa participación de todos los actores involucrados, lo interesante es cómo promover la suma de voluntades para magnificar los esfuerzos y llegar al fin común: hacer llegar el conocimiento y la tecnología a los productores.
Pero detrás de cada productor, valdría la pena analizar el ámbito cultural en que se desenvuelve, para entender su lógica productiva. En el caso de los mayas y sus descendientes, conocen estos lares, inclusive en su idioma han clasificados los tipos de suelo, la vegetación y los animales; observan constantemente al clima y el comportamiento de cada uno de sus elementos, la información que éstos generan, lo van usando de acuerdo a sus necesidades.
Por otra parte, considerar también aquellas familias como transmitían por la vía oral sus conocimientos para capacitar a sus hijos y contar con su respaldo en sus tareas cotidianas en el campo, aspecto que también ha cambiado al enviarlos a que se capaciten en las escuelas. Ahora ellos prácticamente están solos en sus sistemas agroproductivos; sus muchachos al concluir con esta etapa de formación, es "casi difícil poner en práctica los conocimientos aprendidos" y niegan en regresar en sus comunidades de origen para hacer producir la tierra.
¿Pero valdrá la pena observar todos estos factores de manera crítica?. Esto me motivo a considerar las sabias palabras de Rigoberta Menchu Tun, Premio Nobel de la Paz (1992); quien en su reciente visita el pasado mes de marzo por Yucatán, nos compartió esa experiencia por la vida, y hoy aprovecho esta oportunidad para reflexionar su mensaje:
"Que nosotras podemos pensar que tenemos misión y la misión que tenemos, hay que cumplirla. Porque no se vale que critiquemos la sociedad que vivimos, si nosotros no somos pioneras o pioneros para cambiar esa sociedad.
Entonces ¿Cómo cambiar un sistema? No va ser solamente por decreto leí, sino es que los ciudadanos la tienen que asumir. Los cambios tenemos que asumir como un deber.
Si uno es coherente como un pedazo de lo que dice y un pedazo de lo que hace, entonces estamos bien. Estamos completos y si uno no hace lo que dice, entonces hay un vacío, porque cada vez tenemos una teoría muy grande y una práctica muy poquito; y cada vez vemos las cosas desde un punto de vista teórico y cuando intentamos poner esa teoría en la práctica, sentimos una laguna enorme. Tenemos que ser más práctico. Cómo hemos hecho en la vida.
Hay muchas cosas que nos pasa en la vida, pensamos que es culpa de nuestra sociedad. Pero también del tiempo. El tiempo según nuestros ancestros los mayas, en esta época en que vivimos, es un no tiempo. Es un no tiempo. En la agenda que tenemos es la más importante, y lo mismo piensa el otro, el otro y el otro. Pero no coincidimos. Entonces es una gran bendición cuando coincidimos y vamos caminando por un mismo rumbo.
A mí me ha dado resultado trabajar con más gente. Si hay dos o tres instituciones, organizaciones, cuesta ponernos de acuerdo. Por qué somos celosos; porque somos envidiosas; porque somos protagonistas y queremos todos sentar en la misma mesa. Todos queremos ser líderes de todo, y por eso que nos cuesta seleccionar una voz que vaya delante de nosotras, pero es necesario que vayan algunos adelante para que sean nuestros voceros y nuestras voceras, pero es mucho más importante compartir hoy los éxitos, que tener éxito personal.
Estamos perdidos y perdidas en tantos asuntos materiales y estamos fomentando un sistema materialista. Un reloj exclusivamente materialista y nos olvidamos del equilibrio. ¿Dónde está mi otro yo? ¿Dónde estoy yo adentro? ¿Dónde está la luz personal que yo pueda cultivar? ¿Dónde está el algo que puedo dar?. Creo que es muy importante que no seamos muy materialistas. Hoy la salud está completamente vulnerada. La salud esta vulnerada, la salud espiritual y la salud material. Porque en la salud espiritualidad ya no nos acordamos donde sale el sol, no conocemos un río. No vamos a un lugar donde hacer un poquito de meditación. No nos comunicamos con aquello que nos da la madre naturaleza; por lo tanto, termina el día y nos dormimos, nos levantamos de nuevo y seguimos la ruta, es así toda la humanidad.
Este tiempo tenemos que darles mayor atención a los jóvenes ¿Por qué? Porque hay épocas de la historia donde los jóvenes sentían el futuro, veían el futuro cerca; luchaban y luchaban para llegar a ese futuro. Pero hoy ¿Donde está el futuro?. Miran para Europa; miran para Estados Unidos; miran para cualquier lado y saben perfectamente que allá también van a ver dificultades. Cómo que se van bajando el nivel de la esperanza, por lo tanto, tenemos que incrementar formas que los jóvenes, sientan que, aquí está su tierra, que aquí esta su futuro y aquí van a crecer también sus nietos como hicieron nuestros ancestros con nosotros".
Entonces todo lo que acontece en nuestra vida cotidiana, sirvan de motivación estas profundas reflexiones de Rigoberta Menchu Tun; los cuales son temas fundamentales para darle solución a los múltiples interrogantes sin perder la visión de considerar, la situación "desde lo local" y la necesidad puntual de cada uno de los productores, considerando su situación económica, edad, su forma de hacer la producción y el uso de sus recursos como parte de una cultura viviente y como una forma particular de concebir el mundo.

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