México, DF., (El Financiero/Notimex).- Con un ritual de recibimiento a los espíritus de los difuntos, el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) comenzó la víspera las festividades del Día de Muertos, con la inauguración de 13 altares de distintos pueblos indígenas.
El patio Jacarandas de ese espacio museístico, se vistió de misticismo y colorido, con la apertura de ofrendas de pueblos como el purépecha (Michoacán), yaqui (Sonora), mayo (Sinaloa), tepehua y nahua (Veracruz).
También, otomí (Hidalgo), zoque (Chiapas), chinanteco y chatino (Oaxaca), teenek (San Luis Potosí), tepehuano (Durango), maya (Quintana Roo) y mazahua (Distrito Federal).
Como parte de las actividades del "Encuentro de Rituales y Procesión de Espíritus", decenas de personas se dieron cita para apreciar las distintas expresiones culturales que giran en torno a esta celebración anual.
El color y aroma de flores, copal, alimentos y ornamentos con los que pueblos indígenas mexicanos adornan sus lugares sagrados, invadió este recinto en el que se exhiben 13 espacios colocados por miembros de las mismas comunidades y en los que algunos de ellos acostumbran ofrendar a sus muertos los días 1 y 2 de noviembre.
Originario de Chiapas, el zoque, antiguo pueblo autóctono de ese estado, la celebración del Día de Muertos como parte de la cultura mesoamericano, constituye una parte de sus tradiciones y costumbres que cohesionan y sustentan su identidad étnica.
Dividido en tres niveles, la ofrenda exhibe imágenes religiosas y fotografías de los difuntos a quienes se les dedica el altar. Todos los elementos como frutas y guisos, están colocados en porcelana, platos de barro y jícaras.
Por su parte, para la comunidad de los teenek en la huasteca potosina, según indica una de las fichas que se observan en esta ofrenda, el Día de Muertos está asociado con el ciclo agrícola y coincide con el período en el que descansa el Dios del Maíz. Se dice que el 2 de noviembre, las ofrendas son llevadas hasta los panteones, en donde las tumbas son adornadas.
Cada una, según la tradición, debe ser de siete piezas: siete tamales, siete collares de flores, siete tazas de café, ya que este número es simbólico y representa la plenitud, y la culminación de una vida.
En el caso del pueblo tepehua y nahua en Veracruz, presentan un altar de la comunidad de Tequila, el cual está compuesto por una estructura de madera que sostiene un pequeño techo forrado en tela blanca y adornada con figuras de papel llamado: setial.
1 comentario:
-hola soy karla y vivo en la costa de hermosillo megustu su reportaje bye
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