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28 oct 2008

NIÑOS Y JOVENES PROMUEVEN LA CULTURA MAYA EN PETO


Por Bernardo Caamal Itzá, corresponsal

Peto, Yuc.- Mientras los niños y jóvenes sigan reproduciendo sus valores culturales heredados de sus ancestros mayas, esta gran cultura, sigue vigente, vigorosa y fortalecida por su gente.

Un regalo para los petuleños. Así los demostraron los niños y los jóvenes durante el mediodía del pasado sábado 18 de octubre de este año, en su desfile y bailando al son de la jarana, realizado en un buen tramo de la calle 30 con rumbo al norte de esta población, por los 135 integrantes del grupo comunitario, “La Flor de Jazmín”, dirigido por Ariel García, oriundo de esta población.

En esta actividad, se observó que la mayoría de los participantes de este grupo jaranero, son niños, niñas así como de adolescentes, todos ataviados con el traje típico regional de Yucatán y con su baile por estas calles, demostraron su habilidad aprendida y el orgullo de recrear su cultura.

La caravana fue encabezada por jóvenes, quienes se llevaron consigo la cabeza de cochino, luego otros lo acompañaron con “la danza de las cintas”, y una enorme fila de niños quienes con sus caras risueñas, también van bailando bajo la supervisión de sus padres y amigos.

Momentos especiales. Detalles que fueron captadas por las cámaras fotográficas y por las de video, escenas que no volverán a repetirse con estos mismos actores; ocasiones que sólo serán compartidas con alguna evidencia en particular.

Aunque las calles están encharcadas, debido a las intensas lluvias que han caído en los últimos días, inclusive Dios Chaac en esos momentos dejó caer unas gotas, pero los jaraneros continuaron su marcha.

La música propia de Yucatán, irrumpió las calles y motivó que la gente saliera de sus domicilios a presenciar este espectáculo, digno de admirarse, lo que Ariel García, lo llama “el orgullo petuleño”.

Fue un día muy especial para los niños participantes, porque con el apoyo de todos los padres de familia, se organizó la ceremonia de acción de gracias, el convivio entre los niños y los papás, asimismo en esta ocasión se presentaron algunas danzas, como la del “cochino” hasta culminar con la “Chinita”.

Cuando se quiere se puede. En la pista de baile no importa la edad, los pequeños siguieron mostrando sus destrezas y son el orgullo de los petuleños; mientras eso sucedía, los padres de familia se organizaron para repartir los tacos de “lechón al horno” y los refrescos.

Fue un convivio en donde no hubo distinción alguna, lo único que importaba es compartir estos momentos especiales e inolvidables, en donde el grupo jaranero mostró parte de su potencial, unir padres de familia de las diversas colonias, para un fin común: recrear una cultura que es capaz de cohesiona a un pueblo.

Una cultura que cohesiona a un pueblo. La comida y la música fue disfrutado por todos, en si fue un gran regalo que hicieron los pequeños a sus padres; porque con el simple hecho de mirar a los niños que participan activamente en estas actividades, surgen múltiples preguntas ¿Será que los niños y las niñas están de nuevo orgullosos de sus raíces ancestrales? ¿Cómo los padres de familia contribuyen a que esto suceda? ¿Qué está pasando con la sociedad petuleña? ¿Hasta dónde nuestra cultura es capaz de generar aliento y nuevas esperanzas en el diseño de su desarrollo? ¿Será que los jóvenes son capaces de sensibilizar a los demás, para que se valore el matiz que la cultura maya le imprime a Yucatán?.

El aporte de los jóvenes a Peto. Lo cierto es que los jóvenes siguen contribuyendo en el desarrollo del municipio que les dio cobijo al nacer, los que han emigrado, se han organizado desde los Estados Unidos para apoyar a su pueblo con obras sociales, tal como lo hizo en su momento, José Vázquez Calderón (+) de la organización de emigrantes petuleños Unidos por la Humanidad (UPH) y la agrupación Chan Kahal.

Felipe Tapia, joven de esta misma comunidad y que de manera incansable ha estado abriendo brechas en otros canales de comunicación, como el trabajo desarrollado en la radio desde San Rafael, California en los Estados Unidos. Él usando el idioma maya en la radio, traspasó las fronteras para comunicar a los mayas emigrantes con sus familias que viven en Peto. Regresó a este pueblo en el año 2007, y retomó su trabajo como comunicador voluntario y tiene un programa radiofónico en la XEPET “La Voz de los Mayas”; mientras que por las tardes, participa enseñando de forma gratuita el idioma inglés a los niños de este pueblo.

Por otra parte, Ariel García, otro de los jóvenes con historial de emigrante, que en su adolescencia emigró a los Estados Unidos. A su regreso en el año 2002, decidió radicar de nuevo en Peto. Según él, desde muy niño siempre ha tenido ese gusto por aprender y hacer suyo el baile de la jarana.

Recién que llegó a Peto, formó parte de los diferentes grupos locales, como “La Flor de Primavera”, “El grupo Lolbe”; después participó de manera independiente en los diversos concursos del baile de la jarana, que se organizan en todas las fiestas tradicionales de Yucatán.

Al participar en estos eventos culturales, observó que hace falta jóvenes y sobre todo que la niñez conozca su baile.

Nace una organización cultural en el sur. A mediados del año 2006, Ariel García participo unos días como instructor del baile de la jarana en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a partir de esos días, fue cuando se animó a formar el grupo jaranero “La Flor de Jazmín”, y todo esto contó con el apoyo y respaldo solidario de otros jóvenes, deseosos por hacer del baile de la jarana, su baile.

Constituyéndose de esa forma, el grupo juvenil, integrado por numerosos jóvenes petuleños, mismos con su juventud y dinamismo, han hecho que el grupo jaranero vaya consolidando su trayectoria de la región. Al respecto Ariel García, nos comenta “Atendemos todas las invitaciones que nos llegan de la región, siempre le dieran el lugar a nuestros niños jaraneros”, asimismo puntualizó: “Todas nuestras actividades culturales lo hemos realizado con el patrocinio completo de los padres de familia que tienen sus hijos en nuestra agrupación”.

- “A veces cuando estamos ensayando nos cae la lluvia y se mojan los niños, se corren algunos riesgos de enfermarse, pero ahí estamos todos. Nuestro grupo tiene muchas necesidades pero el esfuerzo y el ánimo sobre todo de los padres de familia están conscientes en apoyar a sus hijos, y estoy agradecido en darme esa confianza para enseñar a sus hijos en el baile de la jarana”, dijo el representante del grupo jaranero.

Ecos de su tercer aniversario. El grupo jaranero “Flor de Jazmín” cumplió el pasado sábado 12 de julio, el tercer aniversario de su creación, festejándolo con bombo y platillo, como la vaquería realizada bajo los corredores del palacio municipal de la villa de Peto, mismo que fue amenizado por la orquesta jaranera de Arturo González.

Aquella noche se registró un cielo despejado, y todo enmarcó la presentación oficial del grupo jaranero en la plaza principal “Benito Juárez”; para muchos de los niños que participan en él fue una ocasión especial, porque fue su primera presentación pública.

Voladores y luces multicolores adornaron el cielo petuleño, además se contó con la presencia de varios grupos de jaraneros de la región sur y centro del estado de Yucatán.

¡El momento especial llegó! La vaquería inició con la tradicional jarana “aires del mayab”. Por todo lados, se miraban cientos de parejas bailando, los niños hacían lo suyo, y pareciera que no importará que haya pasado un poco de la medianoche, fue una gran noche de convivencia.

Los diversos tonos del traje regional de la mujer, el rebozo y su elegancia, al igual que el de la gallardía de sus parejas, vestidos con el traje blanco, y que al bailar, nos dejan impresionados y de lo que aun nos puede aportar y hermanarnos nuestras tradiciones.

Para conocer un poco más sobre esa magia que la jarana le impone a los niños, ellos dijeron que les da alegría escuchar esa música viva de la orquesta y que los motiva a zapatear hasta donde el cuerpo aguante; en el caso de las niñas se quejan: “Casi no tenemos parejas varones y entre nosotras tenemos que bailar”.

Seguro que los tambores y las trompetas, dan los ánimos suficientes para continuar disfrutando la música propia de la gente de Yucatán, lo interesante es que tanto los niños, jóvenes, adultos y hasta los ancianos, comparten estos momentos inolvidables.

De tal forma que la gente de las comunidades ubicadas en todo el territorio maya de la península de Yucatán, mientras continúen con su práctica ya sea en la compilación de sus referencias históricas, la puesta en marcha de sus innumerables conocimientos como la herbolaria, ceremonias tradicionales del Ch’a chaac (para que los dioses favorezcan con las lluvias sus cementeras), el jeedz luum (que mantenga el equilibrio de las diversas energías del lugar deseado), el p’o kab (entre quienes buscan restablecer lazos fraternos y el respeto que adquieren de sus compromisos con la divinidad), entre otras prácticas culturales, aunque con el paso de los años vayan sufriendo algunas modificaciones, pero su relación con los dioses sigue prevaleciendo, sin perder su esencia básica en cuanto a la promoción de la convivencia y del esparcimiento entre quienes comparten su interés por crear y recrear la cultura de su pueblo.

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