San Simón Zahuatlán, Huajuapan, Oax.- Tan luego el Secretario de Salud, Martín Vásquez Villanueva le puso en sus manos la llave de una ambulancia para su pueblo, el edil Clemente Jerónimo Reyes Zacarías, con su puño derecho apretó con fuerza los metales, y bromeando, expresó:
"Estos sí son serios, porque no se llevarán nuestra ambulancia".
Y es que el actual edil de este municipio, al igual que sus demás paisanos, no olvidan el agravio y la herida que les dejara abierta Vicente Fox hace tres años.
En calidad de Presidente de México, Fox llegó aquí un 12 de enero, para firmar un Acuerdo Nacional de Intenciones y de Solidaridad entre IMSS-Solidaridad y el Seguro Popular, para fortalecer los servicios médicos en los municipios de menor índice de desarrollo.
Ante dos mil indígenas mixtecos traídos de comunidades vecinas y concentrados en este pueblo, actualmente de 600 habitantes, Xóchitl Gálvez, Comisionada Nacional en ese entonces de los Pueblos Indígenas, le expresó a Fox Quesada:
"Señor Presidente, aquí está la ambulancia que reclaman los indígenas de ese pueblo, por favor no la deje salir". En ese momento, el edil José Manuel Ortega Salazar, quien hace más de dos años se fue de bracero a Estados Unidos, aplaudió fuertemente, seguido de sus paisanos.
Según lo expuesto por María Luisa, una de las encargadas de la recepción este miércoles a Vásquez Villanueva, aquel día la gente estaba muy contenta, porque estaba entre nosotros el Presidente de México y además nos traía una ambulancia.
La ambulancia permaneció al día siguiente. Estaba nueva y era la atracción de los niños del pueblo, pero al tercer día llegó personal que dijo ser del Estado Mayor Presidencial y se la llevó.
"Luego les mandamos una más bonita", contestaron con ironía los individuos, cuando unos paisanos preguntaron quiénes eran y porqué se llevaban la ambulancia.
Desde entonces no sabemos nada de la ambulancia y quiérase o no, es una herida que nos dejó abierta el panista Vicente Fox, pero esa herida cicatriza hoy con la entrega de esta (ambulancia) que nos envía el gobernador de Oaxaca, expresa trabajosamente la indígena.
El sol se había ocultado este miércoles y desde el atrio del templo católico que data de 1928, solo se podían observarse lomas pelonas y peñascos que no producen ni pasto.
Una enjutada mujer descalza y de tez morena, más bien quemada por el frío, apenas tuvo en sus manos una cobija donada por el gobierno estatal, apresuró su retirada hacia su casa, allá en lo alto de un lomerío.
Alejandro Rosales Olmos, subdelegado de gobierno en la Mixteca, precisa que un alto porcentaje de mujeres se habilitan intencionalmente como indigentes en Ciudad Netzahualcólotl.
Permanecen una temporada de dos o tres meses pidiendo limosna, hacen su ahorro y regresan a la comunidad. Los hombres son personas que se adaptan a todo. La mayoría ha tenido la experiencia de sufrir la explotación de agricultores del Valle de San Quintín. Otros se van más lejos y si quieren ya no regresan.
Añade que el pueblo tiene un registro de dos mil 500 habitantes, pero solo 600 siguen en la comunidad, la mayoría son niños, mujeres y ancianos. Pese a las adversidades, están contentos, porque vino una autoridad a escucharlos, sino porque les entrega una ambulancia, admitió. Cayó la noche y los desarropados y descalzos niños de este pueblo, se dispersaron. La obscuridad no es problema, conocen sus veredas.
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