Ciudad de México, DF., (OEM).- Una vez que los españoles arrasaron con la gran Tenochtitlán y que inició la limpieza para que pudieran construir sus primeras casas, los indígenas que sobrevivieron al sitio se fueron a vivir en las orillas de la capital del imperio mexica y algunos de ellos se asentaron en lo que hoy es la colonia Roma.
En ese sitio se alzó la capilla de Santa Maria de la Natividad de Aztacalco en 1530, que aún se mantiene en pie, y en torno a ella se colocaron las casas de los indígenas, dando forma a un poblado en el que también eran ahorcados los maleantes, quienes antes de ser ejecutados entraban a pedir perdón a Dios por sus pecados.
El centro se mantiene hasta ahora intocable, rodeado de edificios y muy cerca del ruido de los vehículos que circulan por las avenidas.
El lugar se conoce como Real de Romita y se ubica entre las calles de Puebla, Durango, Morelia y la Avenida Cuauhtémoc; ha sobrevivido a la construcción de la Línea 1 del Metro, la ampliación de calles y el desarrollo urbano que dio pie a la colonia Roma, una de las más elegantes en su tiempo, a principios del siglo XX.
Sin embargo, al paso del tiempo la colonia dejó de ser sitio de familias ricas; las clases medias empezaron a ganar espacios y La Romita se mantuvo como un sitio popular, por cierto, muy peligroso.
El Gobierno del Distrito Federal recientemente llevó a cabo un ciclo de películas, llamada "Aquí se filmó", en el que se proyectaron las películas en los sitios de la Ciudad de México, que sirvieron como locaciones, por ejemplo la cinta "El" de Arturo de Cordova, fue proyectada cerca de la Catedral Metropolitana, donde se grabaron algunas escenas.
Quizá para el próximo año hagan un nuevo programa así y lo encabecen con la cinta "Los Olvidados" de Luis Buñuel y se exhiba en la Plaza de La Romita.
En la década de los cuarenta, el cineasta español Luis Buñuel se dedicó, a recorrer los barrios de rompe y rasga de la Ciudad de México en busca de locaciones para filmar la película "Los Olvidados", y caminando por aquí y allá llegó al barrio de La Romita, el cual escogió para desarrollar parte de la historia.
Quizá se recuerda donde el niño indígena, "El Ojitos", es abandonado por su padre al pie de la iglesia de Santa Maria de la Natividad de Aztacalco.
Afortunadamente, el barrio dejó de ser peligroso y actualmente es considerado un sitio cultural y el hogar donde habitó Gilberto Rincón Gallardo, en el Callejón de La Romita número 8, que fue habilitado como casa de cultura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario