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15 abr 2009

Sin control venta de aguardiente

Aquismón, SLP., (Huasteca Hoy).- En un grave problema social se ha convertido el alcoholismo en poblados indígenas, que las autoridades comunales se dicen desesperados y hasta temen por su seguridad debido a que tanto vendedores como consumidores se sienten en tierra sin ley pues no respetan a nadie. Incluso no pueden realizar asambleas porque día y noche los hombres andan “perdidos” de borrachos. Además, los niños se quedan sin comer y las esposas son salvajemente golpeadas por sus maridos.

Pidieron sanciones, multas o castigos más severos, pues la situación no se ha podido controlar y al contrario cada año crece más, provocando con ello muchos casos de violencia familiar, maltrato infantil, abusos sexuales, violaciones, robos, riñas y homicidios.

Jueces auxiliares de los barrios de Manja y Linja de la comunidad Tamapatz, así como de San Rafael y San Miguel en Tampaxal se dijeron hartos de los problemas que originan la venta y consumo indiscriminado que prevalece no sólo en sus poblados sino en todos los del municipio. Mencionaron que con un sueldo de apenas 60 pesos diarios aproximadamente, los hombres tienen en el abandono a sus familias pues dinero que ganan dinero que gastan de inmediato en el litro de “yuco” cuyo precio oscila entre los 40 pesos.

Acudieron a la Dirección de Alcoholes a pedir un freno inmediato al problema y solicitaron la presencia más continua de las corporaciones policíacas, pues además de alcohol, los jóvenes están tomando el vicio de la marihuana.

“Es una situación que ya no se aguanta, pedimos a las mismas autoridades del estado a los diputados que nos ayuden de una vez por todas a acabar con esto, que impongan penas severas a los vendedores”, dijeron Eufemio Zeferino González y Camilo Martínez, juez auxiliar y delegado de Linja quienes dijeron que en su caso son los habitantes Santos Sixto Torres y Obispo González Irineo los vendedores clandestinos del llamado “licor de la muerte”.

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