Nueva York, Estados Unidos, (EFE).- Danzantes del Centro de las Artes Indígenas de Veracruz (México) se presentan en Nueva York como parte del espectáculo Migraciones Vocales , que une música contemporánea y la danza ancestral indígena totonaca.
El grupo de danzantes que viajó a esta ciudad tiene entre 14 y 21 años, fue elegido por su versatilidad y es la primera vez que se presenta en EEUU.
Migraciones vocales, para entender o no entender es un espectáculo multimedia, que debutó el fin de semana en Nueva York, donde se conjugan tres cosas: las danzas totonacas, un coro teatral contemporáneo de actores y la música contemporánea, compuesta por el pianista Tareke Ortiz, director y creador del proyecto.
El espectáculo lo que busca es reforzar la idea de que en la cultura y diversidad es donde tenemos la fuerza de nuestra abundancia, donde podemos formar las bases de nuestro futuro , comentó a Efe Ortiz.
En Migraciones vocales comparten el escenario Ortiz (quien abre el espectáculo y tiene varias intervenciones), el coro y los danzantes y aunque unos representan el arte contemporáneo y los otros bailes y costumbres ancestrales, se fusionan para llevar al público un interesante espectáculo, en el teatro experimental La MaMa en Manhattan, donde permanecerá hasta el 11 de enero.
En él se presenta las distintas maneras de aproximar lo que es una migración, o un viaje o el viaje de un mensaje de una nación a otra, o el viaje de una persona de una nación a otra, comentó Ortiz.
La migración representa un movimiento económico, cultural, burocrático, hacer una serie de trámites , agregó Ortiz y explicó que como ejemplo de ese movimiento migratorio se presenta durante el espectáculo un vídeo que muestra los permisos de entrada a EEUU que se otorgaron al grupo.
Esa vivencia de lo que es la migración lo expone el coro en sus varias intervenciones, que además marca el contraste entre un mundo cosmopolita neoyorquino urbano y el mundo totonaca; el contraste entre dos usos del escenario, del teatro contemporáneo y el que le dan los danzantes, del mundo moderno y ancestral, comentó el compositor.
Como parte del espectáculo se escucha además un interrogatorio de un agente de migración a un extranjero a su llegada a EEUU y una conversación telefónica de una mujer anglo y una indígena totonaca.
En el escenario permanece un altar, un elemento importante y presente en los hogares totonacos y fue incluido por ser parte vital de sus vidas, no como un elemento de estética, comentó por su parte a Efe Salomón Bazbaz, director ejecutivo de la Cumbre Tajin, que este año celebra su décimo aniversario y que expone las costumbres y tradiciones de los indios totonacos en su comunidad en Veracruz.
Esta cumbre sirve además de encuentro para artistas y público de los cinco continentes, además de ser una importante fuente de turismo en Veracruz y parte de los fondos que genera -así como los que se recauden en Nueva York- se otorgan a jóvenes totonacos para proseguir estudios universitarios.
Las danzas totonacas son oriundas de la provincia de Totonacapan, en Veracruz y una de ellas se realiza sobre un tronco, donde los danzantes realizan giros de 180 grados y en ocasiones vuelos, desde una altura de hasta 30 metros.
Esta es una de las danzas que el público puede disfrutar en La MaMa (en esta ocasión se usa una antiquísima máquina) y según Bazbaz es una ceremonia de fertilidad. Según los totonacas en un momento de sequía unos abuelos mandaron unos mensajeros al cielo para pedir que lloviera.
En lo alto del tronco hay cuatro danzantes y un caporal (que toca la flauta) quien pide permiso a los cuatro puntos cardinales, al cielo y a la tierra, y luego comienza la danza en la que cada danzante tiene que dar 13 vueltas (desde la altura y sujetos al tronco por un pie).
Tenemos registro de que esta danza existe desde 600 años antes de Cristo y era una práctica que iba desde el norte de México, en San Luis Potosí, hasta Nicaragua en sus variantes pero donde más se conserva es donde están establecidos los totonacas , explicó.
Esta danza fue nominada por la Unesco para ser declarada patrimonio de la humanidad, lo que finalmente se anunciará en agosto.
Los totonacas viven cerca de su ciudad sagrada El Tajin, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, y del Parque Temático Takilhsukut -el único en su clase-, donde se les imparten cursos de su idioma, pintura, teatro, orfebrería, música, artes manuales y danza, con miras a preservar su cultura.
Este Parque surgió luego de que consultara con el consejo de ancianos que rige la comunidad (está integrada por 400.000 totonacas), quienes sugirieron que se impartieran los cursos, recordó Bazbaz, quien agregó que éstos, que finalmente han sido reconocidos, tienen mucho que decir al mundo.
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