Ciudad de México, DF., (Once TV).- En México las comunidades indígenas no sólo enfrentan el atraso económico y social; hoy su cultura, tradiciones, e incluso, lenguas afrontan el reto de sobrevivir a través de la palabra.
“Yo vengo aquí porque quiero conocer las letras, porque a veces me preguntan por unas letras que no puedo contestar o luego me hablan en español y no entiendo y no sé ni qué decir, porque no sé leer, por eso estoy aquí”, comentó Maximina de Jesús López, habitante de la Sierra Negra de Puebla.
“Nos hace falta estrategias para que toda la población perciba que aquí se hablan otras lenguas, que vamos por los mismos caminos como mexicanos”, dijo Fernando Nava, director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas.
Datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) muestran que 30% de la población analfabeta es indígena.
“Los adultos les enseñamos lo que es el enunciado y aquí ellas van a decir qué es lo que ven, aquí en el dibujo, y aquí les enseñas qué es lo que tiene el enunciado. Primero les enseñamos náhuatl, ya que aprendan los adultos ya bien a leer, ya luego pues en español”, expresó Francisca Andrade Alta, asesora de la comunidad Alcomunga de la Sierra Negra de Puebla.
La diversidad de lenguas dificulta la alfabetización, pues en el país se hablan más de 11 familias lingüísticas de origen indoamericano, 68 agrupaciones y 364 variantes.
“Un gran problema es que, por ejemplo, muchas lenguas indígenas no se escriben, no se acostumbran a escribir, entonces los procesos de escritura de las lenguas, son procesos muy recientes, entonces ellos mismos se tienen que poner de acuerdo hasta cómo escribirlos”, manifestó Luz María Castro Musott, directora académica del INEA.
Instituciones como el INEA trabajan en los 125 municipios con menor índice de desarrollo humano en proyectos de alfabetización que consisten, en primera instancia, en rescatar la lengua materna mediante la estructuración de su escritura y fonética, para enseñar, en segundo término, el castellano.
“Con esta imagen lo voy tapando con una hoja, más o menos lo voy destapando poco a poco para que ellas me lo vayan diciendo qué es lo que están viendo en esta imagen y lo describen, les pregunto cómo se llama, con qué letra empieza”, indicó Rudy Martínez González, asesora de la comunidad Zacatlamanic de la Sierra Negra de Puebla.
“Lo que se pretende es que ellas mismas se den cuenta que la lengua que hablan tiene escritura, se puede escribir igual que el español”, declaró Leoncio Arriaga Romero, responsable del Proyecto Náhuatl de la Sierra Negra de Puebla.
La comunidad de Zacatlamanic, en la Sierra Negra de Tehuacán, Puebla, es un ejemplo de este tipo de proyecto denominado "Educación para la vida".
“Que la Ruta Mibi, que es para los bilingües, se aprende a escribir al mismo tiempo en las dos lenguas, en la Ruta Mibes primero empezamos por enseñarles a escribir en lengua indígena, después se les pasa a un proceso de oralidad del español, explicó Víctor Hugo Martínez Muñoz, coordinador de proyectos técnicos del INEA.
Las comunidades indígenas enclavadas en la sierra negra luchan por mantener viva su lengua materna, pero además, también para abatir el rezago educativo cercano al 90%. Es un esfuerzo casi invisible en las estadísticas.
“De cada diez personas que tenemos en rezago educativo, ocho están en rezago educativo. Sabemos que el recurso tiene incluso a nivel nacional, no alcanza”, aseveró Zeferino Huerta, coordinador regional del INEA en Puebla.
A nivel gubernamental la estrategia ha cambiado, pues el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas ha concluido el "Catálogo de las lenguas indígenas de México", marco referencial para la enseñanza que otras instituciones, como la SEP o el INEA, utilizan para el desarrollo de libros de texto o materiales didácticos.
“Una diversidad interna que posiblemente haga necesario como ya en algunos casos se tiene, materiales educativos diferenciados”, agregó Fernando Nava.
“Para nosotros la clave es regionalizar las lenguas y eso es lo que nos va a ayudar a atender un numero muchísimo más grande de comunidades y de lenguas”, añadió Castro Musott.
La tarea para abatir el rezago educativo y preservar las lenguas maternas es un esfuerzo vinculante entre instituciones que implica, además, impulsar la educación superior.
En esta labor, la SEP tiene programas piloto como las nueve universidades interculturales bilingües.
“Hay cosas que estamos haciendo, pero no podemos hablar todavía de que la población indígena reciba otra educación equivalente a la que reciben en español en sus propias lenguas”, concluyó Fernando Salmerón Castro, coordinador de Educación Intercultural y Bilingüe de la SEP.
La meta es lograr una alfabetización integral de las comunidades indígenas, sin abandonar su propia forma de expresión.
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