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11 ago 2008

Estafan en Istmo a 160 indígenas

Ciudad Ixtepec, Oax., (Reforma).- Hasta el momento se han iniciado 160 denuncias por fraude contra dos personas de origen dominicano quienes, haciéndose llamar "hermanos De la Cruz", prometieron curar y después hacer millonarios a decenas de indígenas de la región del Istmo.

La agente del Ministerio Público en esta ciudad, Miriam Alonso Pacheco, informó que las denuncias son por el delito de fraude."Son muchas las personas que resultaron afectadas por los hermanos De la Cruz, y se siguen levantando denuncias en sus municipios para agilizar los expedientes", dijo.

Sostuvo que indígenas de San Miguel Chimalapas, San Dionisio del Mar, Guevea de Humboldt, Santa María Guienagati, Tehuantepec, Juchitán, San Mateo del Mar y Salina Cruz fueron timados por estas dos personas.

"Les quitaron su dinero a cambio de que los iban a sanar de diversos males; a otros les prometieron aumentar su dinero por un millón de pesos, y varias personas perdieron el dinero que les dieron a estos dos sujetos", abundó.

La funcionaría expuso que se coordinan en todas las agencias del Ministerio Público, así como con la Agencia Estatal de Investigación, para dar con el paradero de estos dos defraudadores; sin embargo, hasta el momento no tienen pistas de ellos.

Y es que, durante más de un año, estos sujetos que se hacían llamar Javier y José de Jesús de la Cruz se anunciaron en una radio local invitando a la gente a visitarlos con la promesa de que iban a curar su males físicos y espirituales.

Durante ese tiempo se ganaron la confianza de la gente al darle remedios caseros para diversos males, e iniciaron la visita a las comunidades, en donde empezaron a agrupar personas, a las que les ofrecieron multiplicar su dinero en determinado tiempo.

Los dos dominicanos rentaron una casa en donde daban sus consultas; sin embargo, durante todo el año vivieron en un hotel.Empleados de los defraudadores revelaron que el dinero que cobraban por los trabajos espirituales, lectura de cartas y de mano y por la venta de medicina naturista la guardaban en cajas de cartón, y nunca la depositaron en alguna institución bancaria.

"Los dos dominicanos siempre andaban en una camioneta Lincoln y una Gran Marquis de modelo reciente, lo que hizo que los indígenas no desconfiaran de ellos porque siempre aparentaron ser personas de dinero", dijo un ex empleado.

Para la socióloga Marina Meneses Velásquez, investigadora de las costumbres étnicas en el Istmo, la perdida de los lazos comunitarios y la falta de autoconfianza ha llevado a los indígenas a creer en charlatanes.

"Por un lado la falta de autoconfianza en su propia comunidad y por otra las perdidas de las relaciones económicas de subsistencia al consumo comunitario han hecho que hoy sean víctimas de charlatanes", dijo.

Sostuvo que los indígenas han fincado sus esperanzas en el dinero y en el desarrollo orientado a una política de gran mercado, olvidándose de sus valores comunitarios, lo que los ha puesto más susceptibles en confiar en este tipo de personas, que les ofrecen curar sus males y obtener dinero.

'Nos prometieron un millón de pesos'Con su maleta a cuestas, don José, originario de Salina Cruz, llegó puntual a su cita, pero su sorpresa fue que los hermanos De la Cruz, quienes lo habían citado, ya se habían ido del lugar.

A él y a decenas de personas más los citaron el martes 22 de julio a la casa donde atendían los dominicanos, a la que fueron tantas veces, pero en esta ocasión la cita era para partir a la Ciudad de México a cobrar su millón de pesos.

"A mí me dijeron que pasara hoy, pero ahora dicen que ya se fueron, y nadie nos va a regresar nuestro dinero", dijo.

Sostuvo que en su caso llegó con ellos por el anunció que tenían en la radio; tenía graves dolores, y le dijeron que le habían hecho un mal y que ellos lo iban a curar. "Llegué con una veladora blanca y 50 pesos, pero después de que te revisan y ven tu mano, te empiezan a pedir dinero; primero fueron 2 mil, luego 5 mil, y así me estuvieron sacando dinero", abundó.

Hace tres meses empezaron a reunir a las personas, diciéndoles que quienes invirtieran su dinero con ellos los harían millonarios, que les devolverían un millón de pesos por cualquier cantidad de dinero que dieran.

Sin embargo, el día de la cita recibieron la noticia de la propietaria de la casa de que ésta ya estaba desalojada y que los hermanos De la Cruz ya se habían ido de la ciudad.

Cuando los hermanos De la Cruz empezaron a promocionarse en las radios regionales, ofreciendo curar enfermedades, deshacer maleficios y darle bienestar, pedían sólo una veladora y 50 pesos.

"La realidad es que la vela y los 50 pesos eran un gancho; ya aquí te pedían de mil a 3 mil, y todo el dinero que te pudieran quitar", dijo otro de los afectados.A doña María, una indígena zapoteca originaria de la comunidad de La Venta, los hermanos De la Cruz le quitaron 33 mil pesos.

Doña María dio 33 mil pesos, y una semana antes de la cita acudió por su dinero, pero los hermanos De la Cruz le dijeron que ese dinero ya estaba en México. "Me dijeron que había que ir a México por el dinero, y que era necesario que pagáramos para contratar el autobús para salir el martes", abundó. El martes 22 de julio cientos de personas esperaron durante horas, afuera de la casa que ocuparon durante un año los hermanos De la Cruz, pero ya estaba vacía.

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