Cuetzalan, Pue., (La Jornada de Oriente).- Es definitivo: el consorcio Wal Mart de México no podrá abrir una tienda en el municipio de Cuetzalan del Progreso, en la Sierra Nororiental de Puebla.
Ayer, en sesión extraordinaria de cabildo, el ayuntamiento de Cuetzalan rechazó por unanimidad la instalación de un Bodega Aurrerá –una de las múltiples cadenas de la empresa de menudeo más grande del mundo– bajo el argumento del daño económico, cultural y medioambiental que traería consigo.
La decisión estuvo basada en un análisis que realizaron la propia alcaldía y el Comité de Ordenamiento Territorial de Cuetzalan con apoyo de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), a través del cual se conocieron las consecuencias que ha dejado Wal Mart en México y el mundo.
El rechazo a la trasnacional estadounidense se convirtió en un hecho histórico, pues, por un lado, sería la primera vez que una comunidad indígena sale en defensa de su cultura, de su economía, así como de sus medios naturales de subsistencia.
Pero por otro, la unidad de los habitantes para evitar la llegada de Wal Mart también abrió un debate sobre la solución de los distintos problemas que aquejan a Cuetzalan desde hace siglos, como lo son el abasto de agua, el manejo de la basura y la preservación de la biodiversidad del municipio.
Y sobre el principal asunto que padece este “pueblo mágico” y que poco es reconocido: la discriminación y el maltrato que existe hacia los indígenas cuetzaltecos.
Al mismo tiempo, abrió una coyuntura en la que están inmersos los comerciantes locales, pues ante la amenaza de la llegada de Wal Mart, éstos recibieron severas quejas por los altos costos en los productos que ofrecen, por lo que ahora se verán obligados a reducirlos.
“Los que están a favor de la tienda tienen para ir a Puebla”
Ante cientos de habitantes reunidos ayer durante la sesión extraordinaria de cabildo, el presidente municipal de Cuetzalan, Manuel Morales Soto, informó que antes de tomar una decisión sobre la instalación de la empresa, la presidencia hizo una investigación sobre Wal Mart.
Señaló que de los resultados de ese trabajo se encontró que 50 por ciento del mercado minorista del país está en propiedad de la trasnacional y de una sola familia. El excedente que obtiene la empresa por el volumen de ventas no se queda en el país, sino que se va a los Estados Unidos y lo controlan las oficinas centrales de Wal Mart.
Reconoció que la instalación de las tiendas del consorcio obedece a contubernios con los gobiernos federal, estatales y municipales, así como a “arreglos en lo oscurito”, y recalcó que quienes están a favor de la instalación de la empresa tienen el suficiente dinero para poder acudir a las tiendas del consorcio en la capital del estado, en Teziutlán o Zacapoaxtla.
Subrayó que el gobierno que encabeza ha tomado decisiones que perjudican el interés de algunos, en clara alusión al programa de ordenamiento ecológico del municipio, pero antepuso el interés y el beneficio de la mayoría por la creación de un mejor lugar para habitar.
Como ejemplo puso el enfrentamiento que sostuvo con algunos funcionarios federales –de los cuales no reveló sus nombres, pero se sabe que se trata de personal de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas–, quienes estaban interesados en establecer un proyecto en Atequiza Cohuatichan, que iba a contaminar el agua potable de la que se abastece este municipio.
“Recurrimos a la UAP, y con ellos hicimos un equipo para comenzar a resolver los problemas que nos aquejan a todos”, recalcó el edil, enfatizando que a partir de esa unión surgió el proyecto, de ordenamiento el cual fue base para rechazar a Wal Mart.
En ese documento, de más de 800 hojas de extensión, se establecen los lineamientos específicos para el desarrollo del turismo, el aprovechamiento del agua, el adecuado tratamiento de los desechos sólidos, entre otros temas que se contraponen con los intereses del consorcio extranjero.
“En 30 años hemos perdido 40 por ciento de la flora de Cuetzalan, y el pronóstico para los próximos 30 años es que va a quedar completamente deforestado”, advirtió el edil, al tiempo que se pronunció en contra del establecimiento de la tienda y agradeció el apoyo de todos los sectores de esta comunidad para tomar una decisión conjunta.
“El turismo busca nuestra cultura, no un Wal Mart”
Por su parte, la secretaria del órgano ejecutivo del Comité de Ordenamiento Ecológico de Cuetzalan, Rufina Villa, subrayó que el establecimiento de un Wal Mart en este municipio traerá consecuencias negativas en todos los ámbitos: tan sólo 600 establecimientos comerciales y de elaboración de alimentos se verían seriamente afectados en los primeros meses de funcionamiento de la tienda.
Afirmó que aunque Wal Mart ha ofrecido la creación de 60 nuevos empleos para los habitantes de esta ciudad serrana; en realidad dejaría sin trabajo a mil 600 personas que dependen de estos negocios, lo que terminaría perjudicando a más de 3 mil personas, todas ellas familiares de esos trabajadores.
Además, la empresa tendría todas las facilidades para convertirse en un monopolio regional que terminaría por fijar los precios de los productos, indicó.
La compra masiva que hace productos cárnicos, frutas, verduras y demás provocaría una homogenización que dejaría sin oportunidad de competir a los alimentos locales. Los tianguis y los mercados de la región, así como los productores locales padecerían daños irreparables, subrayó.
Señaló que en el supuesto de que la tienda adquiera bienes locales, las condiciones que establece para comprarlos son un castigo para los productores en precio, tiempos de paga y la devolución de mercancías, lo que generará un daño incalculable para la cultura de Cuetzalan.
“Los turistas que vienen a Cuetzalan buscan exactamente lo contrario a lo que ofrece Wal Mart, buscan lo que tenemos y lo que nuestra cultura les ofrece, no lo que pueden encontrar en cualquier parte del mundo”, criticó la mujer indígena, quien advirtió que la basura que generarán los envases y bolsas de la empresa agravará el problema de polución que hay en este municipio.
Mientras que representantes de los sectores comerciales de Cuetzalan, como Marcelo Cruz, Juventino González Molina y Óscar Dátolli expresaron su rotundo rechazo a la instalación del Wal Mart, y apelaron a la unión de todos los habitantes, el representante de los productores de la Tosepan Titataniske, Epifanio García, apeló a que haya una mejor regulación de los precios que los comerciantes ofrecen, pues en algunos casos éstos llegan a ser abusivos.
El regidor Gerson Calixto fue el único en toda la reunión que hizo un llamado para respetar a los comerciantes indígenas que se establecen los fines de semana en las principales calles de la ciudad, pues éstos reciben la discriminación y el maltrato de todos. Su llamado no tuvo eco.
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