Ciudad de México, DF., (Milenio).- Cuatro programas de la Secretaría de Desarrollo Social enfocados a combatir la pobreza alimentaria no han logrado cumplir con todos los objetivos planteados, incluyendo Oportunidades, con 10 años de operación, y Liconsa,según concluye la Evaluación Específica de Desempeño 2008-2009 coordinada por el Coneval.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social es un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con “autonomía y capacidad técnica” para generar información “objetiva” sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México.
Creado por decreto presidencial en agosto de 2005, el Coneval tiene la obligación de normar y coordinar la evaluación de la política nacional de desarrollo social y las políticas, programas y acciones que ejecuten las dependencias públicas.
Con las evaluaciones se pretende incentivar la rendición de cuentas del gobierno y que mejore los programas con base en las observaciones y recomendaciones. Entre las instituciones evaluadoras están el Instituto Nacional de Salud Pública, el Colegio de México y universidades públicas y privadas.
El Coneval tiene como objetivo también establecer los lineamientos y criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza, garantizando transparencia, objetividad y rigor técnico en dicha actividad.
De acuerdo con la evaluación 2008-2009, el programa Oportunidades, que contó con un presupuesto de 41 mil 133 millones de pesos durante el año pasado, no logró mejorar los niveles de aprovechamiento entre los becarios, y aunque se avanzó en mejorar la nutrición, aún persiste la anemia entre mujeres y niños.
En los resultados de la evaluación se informa que a pesar de que el programa “mejoró indicadores de nutrición de niños (baja talla y anemia) y mujeres embarazadas (anemia), sigue habiendo prevalencia de emaciación (adelgazamiento) en niños beneficiarios en algunos estados del país, lo cual debe atenderse”.
Pese a que para las nuevas generaciones el panorama es mejor, toda vez que se detectó una disminución en la prevalencia de baja talla entre los beneficiarios rurales menores de 5 años en 10.8 puntos porcentuales (1999 a 2006), “los niveles de desarrollo cognitivo de niños beneficiarios son aún bajos en comparación con las normas internacionales”.
Además, el nivel de aprovechamiento de los becarios en zonas rurales, según los resultados de la prueba ENLACE, “es menor que la de los no becarios, y los becarios indígenas tienen resultados más desfavorables que los no indígenas”.
El programa ha contribuido a cerrar brecha de género y étnica en años de escolaridad, pero “se identifican rezagos en la infraestructura, equipamiento y recursos de las escuelas estudiadas”, señalan las revisiones del Coneval.
En lo referente al acceso a los servicios de salud se identificó que 12.25 por ciento de las clínicas rurales tienen estructura de calidad baja, 35.54 por ciento se identifica una calidad media baja, 45.34 calidad media alta y sólo 6.86 por ciento con calidad alta, además se reportan “prácticas inferiores a la calidad deseable en atención prenatal, de síndrome metabólico y a niños por parte del personal de salud”.
No obstante, hay mayor utilización de los servicios de salud preventiva, así como reducción en días de enfermedad en niños y adultos.
Incluso los jóvenes han logrado un mejor nivel de vida, pero “las mejoras se observan principalmente en los que han emigrado de sus comunidades de origen”, que son las más pobres.
Entre los avances identificados del programa está un aumento de .9 grados en escolaridad de jóvenes, 24 por ciento de inscripción en secundarias rurales con beneficiarios, redujo reprobación 6.4 por ciento y deserción 10.29 por ciento en primaria en zonas rurales.
Con Oportunidades se pretende que la población objetivo, que hasta 2008 fue de 5 millones de familias, acceda a servicios de salud y educación, con la participación de las secretarías de Educación Pública y de Salud, el IMSS y los gobiernos estatales y municipales, pero son de menor calidad.
Otros programas
Referente al Abasto Social de Leche a cargo de Liconsa, la evaluación destaca que el programa “no cuenta con una planeación estratégica ni con una estrategia de cobertura a mediano y largo plazos. Tiene errores de inclusión y, principalmente, de exclusión. Asimismo, opera primordialmente en áreas urbanas, con una menor cobertura en localidades rurales del sureste con peores indicadores de nutrición en niños. El programa enfrenta problemas en cuanto a su viabilidad financiera”.
La población potencial y el objetivo del Programa de Apoyo Alimentario Diconsa “depende del padrón de otros programas (Oportunidades y Liconsa), lo que hace difícil su definición y la planeación de estrategias de acción”.
En cuanto al Programa de Apoyo a Zonas de Atención Prioritaria se refiere que “la definición de población potencial y objetivo no se considera adecuada, existe duplicidad de objetivos y metas. Sólo se cuenta con un indicador estratégico que cumple con ser pertinente, relevante y confiable. La mayoría de los indicadores de gestión necesitan adecuaciones y ajustes para que realmente sean de utilidad”.
- Claves
Los programas
• El objetivo de Oportunidades es reducir la pobreza extrema y asegurar la igualdad de oportunidades para que la gente mejore significativamente su calidad de vida y tenga garantizados alimentación, salud, educación, vivienda digna y un medio ambiente adecuado para su desarrollo.
• Diconsa busca contribuir al desarrollo de las capacidades nutricias de la población que habita en localidades rurales, mientras que Liconsa pretende mejorar los niveles de nutrición para el desarrollo de capacidades en la población en condiciones de pobreza.
• El Programa de Apoyo a Zonas de Atención Prioritaria busca disminuir las desigualdades intramunicipales mediante una política integral que mejore las condiciones de vida de la población en las localidades con rezago social.
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