Dallas, Estados Unidos (Agencia AP).- La migración y el arte indígena parecen completar un círculo en "Reencuentros: 2501 Migrantes", un documental de la realizadora mexicana Yolanda Cruz que expone el proceso de instalación del escultor oaxaqueño Alejandro Santiago.
La película sigue la elaboración de las esculturas de barro en tamaño natural que Santiago hizo para representar a los 2.500 habitantes de su pueblo natal, más de la mitad de la población, que emigraron a otras ciudades de México y Estados Unidos. El artista agregó una más en representación de sí mismo.
Cada estatua de la instalación "2501 Migrantes", que se exhibió en el 2007 en Monterrey, México, es única y todas tienen rostros entre indígenas y precolombinos.
"Como indígenas, generalmente somos punto de estudio... Quería salirme de ese cuadro... Quería hacer cine que fuera de nosotros, no sobre nosotros", dijo Cruz, una indígena oaxaqueña, en una entrevista reciente con la AP.
Indicó que la intención de su documental, de una hora de duración, fue contar la historia del escultor oaxaqueño desde el punto de vista de otro artista indígena y mostrar que los artistas indígenas como Santiago y ella misma no son distintos a otros artistas.
"No es común que los indígenas seamos artistas, pero como el arte, la inmigración es un tema sin barreras de lenguas ni de clase. El arte traspasa las culturas", manifestó.
Su película tardó tres años en concretarse, la mitad del tiempo que le tomó a Santiago terminar sus esculturas.
La idea de la instalación surgió cuando Santiago regresó tras varios años a su pueblo natal de San Pedro Teococuilco, Oaxaca, sólo para descubrir que la mayoría de sus hombres habían emigrado al interior del país o a Estados Unidos, dejando atrás mujeres, niños y ancianos.
Santiago, de 41 años, decidió hacer las estatuas como homenaje y representación de las 2.500 personas que abandonaron el pueblo y las puso de pie en una explanada, como mudas.
Cruz dijo que trató de dar voz a las esculturas.
"Una escultura te dice mucho y no te dice nada. Sólo dice, 'Siénteme, aquí estoy'", apuntó la directora de 35 años. "Yo quise darles voz".
Cruz no pudo evitar establecer paralelismo entre ella y Santiago, ambos artistas en diferentes medios que ven su pueblo con otros ojos tras haber vivido y viajado a otros países, como Estados Unidos y Francia.
Santiago, también pintor, vivió en su pueblo hasta los nueve años y luego radicó en varias ciudades de México, Estados Unidos y Francia. Cruz, quien ahora vive en Los Angeles, salió de su pueblo a los 17 años y ha vivido en el estado de Washington y viajado a Francia.
Ambos se conocieron en San Francisco, dijo Cruz, egresada de la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA).
"No hay diferencia entre el arte de los indígenas y los demás pero sí hay diferencia en el trato hacia nosotros", lamentó la risueña mexicana. "Así como nos muestran en la tele, no es así como somos. No somos pesimistas ni tristes, vemos la vida para adelante, como cualquier persona".
"Reencuentros: 2501 Migrantes", el séptimo documental de Cruz, debutó en el 2008 en el Festival Internacional de Cine de Morelia, México, donde recibió un reconocimiento del Instituto Mexicano para el Desarrollo de las Comunidades Indigenas. El 1 de agosto ganó el premio al mejor documental en el Festival Internacional en Corto 2009 en Guanajuato, México.
El documental recibió fondos de la Fundación Rockefeller y de la Latino Public Broadcasting, que va a transmitir la producción aunque no ha fijado una fecha, puntualizó la directora, quien trabaja en la distribución de su película y dijo volvería a exhibirse en Los Angeles en diciembre.
Actualmente se exhiben 600 piezas de la instalación en el Centro de las Artes de San Agustín, en Etla, Oaxaca, donde también se presenta el documental.
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