Taxco, Gro., (La Jornada Guerrero).- Para los indígenas na’savi no es necesario ser chamán, curandero oficial o un erudito en la ciencia del conocimiento de las plantas y la curandería. Tienen como parte de su vida a la planta sagrada yo’o itandoso, un bejuco con propiedades enteógenas que los indígenas de aquella zona utilizan para conocer cual es su mal y las causas del mismo.
La yo’o itandoso es una planta sagrada a la cual hay que pedirle permiso antes de preguntarle y llevar a cabo un ritual específico. Estos datos los expusieron etnólogos investigadores en Guerrero, en la décima reunión nacional del proyecto Etnografía de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio.
Dentro de los avances de los trabajos de investigación del equipo de Guerrero constituido por Samuel Villela, Valentina Glockner Fragetti, Esmeralda Belén Hernández Rodríguez y Natalia Gabayet González, se presentó el que se refiere a la capacidad de establecer “comunicación con lo sagrado”, la cual, dijeron los ponentes, “no es exclusiva de los chamanes o na’tuva.
Una fotografía de la planta en mención muestra que tiene una forma parecida a un higo, de hecho, seccionado a la mitad tiene una estructura parecida a éste pero con menos semillas.
La tradición de utilizar la flor que habla bonito no sólo es exclusiva de los na’savi –especificaron–, sino también la utilizan los habitantes del Alto Balsas.
La finalidad de utilizarla, según expusieron los investigadores “es revelar el futuro, la naturaleza y causa de la enfermedad, desgracias y otras dificultades”.
Para poder acceder al mundo del yo’ o itandoso “se solicita permiso poniendo una ofrenda al pie del bejuco, la cual consiste en una tortilla partida en siete pedazos, y siete chiles; después se platica con la planta y se le explica para qué se busca su auxilio”.
La planta también se usa en baño de temazacal para auxiliar en problemas de dolor de huesos, enfriamientos y para desinchamiento de las mujeres puérperas.
Para acceder a los secretos de la flor que habla bonito el bejuco se muele en el metate y “se le platica qué es lo que se quiere saber. El polvo se disuelve en agua y se ingiere solamente después de haberle preguntado, todo en un lugar silencioso, y quien lo bebe debe estar acompañado solamente de dos testigos quienes recojerán las palabras que diga quien está en trance y los movimientos que haga, porque después no recordará nada”.
Según los investigadores, los testimonios de quienes han usado la planta apuntan a que “se tienen visiones y se ve al responsable del robo o la enfermedad en cuestión”.
Asismismo, las mujeres na’savi que fueron entrevistadas tienen la creencia que el yo’o itandoso tiene una esencia “anímica y se refiere al paciente en tercera persona. Una de las mujeres explicó que “la flor habla como nosotras las mujeres”.
Un indígena na’tuva, refirió, según lo expuesto, que al estar bajo los efectos de la planta “se aperecen niñitos cachetones y rosados, para decirte que son parte de la planta, que son el aroma de ella”.
Un hecho que los indígenas reportan es que con el bejuco se puede ver a los muertos , en las fiestas en su honor, ya sea bailando o conviviendo entre sí, pero “cuando se ve un vivo conviviendo con los fallecidos, significa que su muerte está cerca”.
Para conrarrestar los efectos de la yo’o itandoso quienes la usen deberán bañarse cuatro días seguidos con flor de Italanco, “se debe fortar los ojos con ella para limpiarlos y volver a abrirlos ya sin el efectos del yo’ o itandoso.
Através de esta planta los pueblos mixtecos “acceden a ese mundo; es una actividad que no es dificil de manejar”.
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