Los restos de colibrí, que era llamado por los mexicas "huitzitzilin", fueron localizados en el lado sur del Templo Mayor de Tenochtitlan (centro de la capital mexicana), dedicado a Huitzilopochtli, señaló el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado difundido hoy.
La fuente agregó que se trata de dos únicas ofrendas con restos de colibríes hasta el momento registradas.
Estas ofrendas fueron descubiertas en 1994 cuando se realizaban trabajos de remodelación del edificio de las Ajaracas -frente al sitio arqueológico- para reforzar los cimientos dañados en el sismo de 8,1 grados Richter que en 1985 sacudió a la capital del país.
Después de los hallazgos, los materiales arqueológicos fueron sometidos a investigación, la que ha determinado que las ofrendas pudieron haber sido depositadas entre 1502 y 1521, es decir poco antes de la conquista española.
En una de las ofrendas fueron hallados los restos de un colibrí, dos águilas, un ibis espatulado (un tipo de garza), caracoles marinos, moluscos, la cabeza de un pez sierra, un disco de turquesa con la imagen de Huitzilopochtli, puntas de proyectil de pedernal y de obsidiana.
En otra ofrenda, los expertos encontraron 16 esqueletos de colibríes, un águila, una tortuga, moluscos, serpientes de cascabel, restos de flores, cascabeles de cobre y tejido de canastos.
Los huesos de colibríes estaban en buen estado y los especialistas estiman que las aves fueron preparadas para ser depositadas en las ofrendas al dios de la Guerra.
Los colibríes pertenecían a las distintas especies, algunas de las cuales se les localiza en todo el país, otras desde el norte de México hasta Honduras y otras hasta Nicaragua.
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