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11 ago 2010

Los periodistas mexicanos, en la mira de los violentos

Ciudad de México., DF., (El País).- El Ángel de la Independencia, el monumento más importante que se eleva majestuoso en medio del Paseo de la Reforma en el Distrito Federal, capital de México, ha sido una vez más el punto de encuentro de una marcha. Esta vez, son los periodistas mexicanos que dejan a un lado sus cámaras, micrófonos y grabadoras para pedir un alto a la violencia que se ha ensañado contra este gremio.

De acuerdo con la organización Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa, México es hoy uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. “Porque los queremos vivos, porque los buscamos. 11 periodistas siguen desaparecidos y 67 crímenes no han sido resueltos”, dice el cartel que se difundió por el mundo entero para invitar a la marcha, realizada este sábado.

La gota que llevó a que los periodistas protagonizaran una movilización, como las que tantas otras veces cubrieron por otros temas como el secuestro, fue el plagio de cuatro reporteros, el pasado 26 de julio, en el estado de Durango, después de realizar la cobertura de un motín en un penal.

Los cuatro periodistas fueron secuestrados por el Cartel de Sinaloa, que lidera Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. La exigencia para liberarlos
fue presionar a la televisión a difundir información afín a sus intereses.

Uno de los periodistas era integrante del grupo Milenio, otro de Televisa Laguna, uno más de Televisa México y el último laboraba para un diario local de Durango.

Con el secuestro de los reporteros, el Cartel de Sinaloa inició una nueva forma de dar a conocer sus mensajes contra sus enemigos y la sociedad en general.

En un hecho sin precedentes, uno de los programas más vistos en Televisa, Punto de Partida, no salió al aire en protesta por el secuestro de sus colegas, mientras columnistas de renombre, utilizaron sus espacios para repudiar el hecho y exhortar al gremio periodístico a tomar medidas conjuntas para cubrir el narcotráfico.

Después de cinco días de cautiverio, los periodistas fueron liberados. Se confirmó entonces que el objetivo era utilizarlos como moneda de cambio para que sus respectivos medios, difundieran un mensaje donde se afirmaría que el gobierno del vecino estado de Coahuila protegía al grupo delictivo de ‘Los Zetas’, banda rival.

Pese a la liberación, el 3 de agosto se informó de la desaparición de un miembro del semanario La Opinión, en el municipio de Jerez, en Zacatecas.
Periodistas en la mira

“En esta guerra no hay garantías”. Estas fueron las palabras del editor de un diario de Veracruz al referirse a la difícil situación que atraviesan los periodistas en todo el país.

El editor ha pedido el anonimato para contar su historia. Señala que él y muchos otros compañeros de diarios locales, saben que no deben publicar ninguna noticia que tenga que ver con el crimen organizado y menos narcotráfico. “La información sobre narcos la conocemos todos, pero no sabes nunca si la amenaza viene del lado oficial o de la delincuencia, preferimos no meternos”, narra el comunicador, y agrega que los abusos hacia el gremio por parte del gobierno estatal son evidentes.

Lemic Madrid, reportero de la fuente de justicia en la capital mexicana, recuerda que hace dos años un grupo de periodistas del diario Excélsior hicieron un recorrido por municipios de “tierra caliente” entre los que se encontraban Michoacán y Guerrero. La idea era publicar reportajes de investigación sobre la delincuencia organizada en los estados de alto riesgo.

Curiosamente, mientras los reporteros iban llegando, las autoridades ya conocían para donde se dirigían y qué temas estaban indagando. De igual forma, los encargados de la seguridad en el municipio les advertían: “no salgan en la noche”.

Lemic se percató de que las condiciones de sus colegas en los estados no son las óptimas. “No tienen seguridad social, tampoco un seguro de vida”, comenta.

En el 2009 se registraron un total de 244 agresiones a la libertad de expresión en contra de periodistas y medios de comunicación en México, así lo informó el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos).

De los ataques que corresponden a funcionarios públicos, casi en un 60% fueron, presuntamente, cometidos por las fuerzas de seguridad, donde se incluye al Ejército mexicano (responsable de 26 agresiones) y a diversas corporaciones de la Policía.

El año pasado, once periodistas fueron asesinados y una permanece desaparecida. En lo que va corrido del 2010, diez reporteros han sido asesinados.

Juan Fernando Ealy, director ejecutivo del diario El Imparcial e integrante de la Sociedad Interamericana de Prensa, señaló que las agresiones a periodistas han pasado a formar parte del “macabro inventario de muertes y víctimas que ha traído consigo la guerra contra y entre los carteles de la droga”.

“Los procesos de investigación avanzan poco o nada y esto nos preocupa muchísimo”, dijo, al insistir en la necesidad de atraer a nivel federal la investigación de los casos de periodistas asesinados por el crimen organizado.
Los estados más afectados

Diego Osorno, autor del libro El Cartel de Sinaloa, asegura que las agresiones contra periodistas en México van en aumento. “También proliferan las desapariciones, igual que los asesinatos”.

Osorno, señala que los periodistas de Michoacán, Veracruz, Sinaloa y Chihuahua (donde está Ciudad Juárez) son los más propensos a sufrir agresiones. También lamenta que el gremio periodístico en México sea tan “poco organizado”, mientras que en países como Colombia y EE.UU. los medios son más unidos y salen a repudiar el hecho.

Sinaloa es uno de los estados más afectados por el narcotráfico. “En Culiacán (capital de Sinaloa) no hay acceso a fuentes formales ni a documentos, generalmente lo que uno obtiene es información filtrada, extraoficial, que siempre, invariablemente, debe confirmarse”, explica en una entrevista el periodista Javier Valdez del semanario Riodoce de esta zona.

Este semanario, ubicado en Culiacán, fue atacado el año pasado con una granada. No hubo heridos.

Otra de las zonas más conflictivas para el trabajo de los periodistas es Ciudad Juárez, la ciudad más violenta de México. Un informe del Comité de Protección a Periodistas, dice que en esta ciudad la censura ha sido la forma de sobrevivir de los profesionales, “Hemos aprendido la lección: para sobrevivir, publicamos lo menos posible,” dijo Alfredo Quijano, jefe de redacción de Norte de Ciudad Juárez, este comité.

El sábado los periodistas del Distrito Federal marcharon por sus colegas de estas zonas. “Salimos a las calles para exigir un alto a la impunidad y a la indiferencia de las autoridades”; para garantizar la seguridad para los periodistas, los trabajadores de los medios y los ciudadanos en su conjunto”, decía el comunicado de los organizadores de la marcha.

Y finalizaba: “los periodistas necesitamos de los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil, para ejercer la libertad de expresión en condiciones de seguridad”.

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