La lluvia de balas cayeron sobre nuestros vehículos, fue un milagro que sobreviviéramos algunos que viajábamos en la Van
Por Roger Valle/ESPECIAL
Huajuapan de León, Oax.- Medios estatales, locales y observadores de derechos humanos empezamos a reunirnos en punto de las 8 de la mamana en el parque de la libertad expresión de esta ciudad a los pocos minutos arribo un contingente de maestros de la sección XXII del SNTE que dieron el respaldo a los integrantes de la caravana por la paz que tenia destino san Juan Cópala.
1035 horas: los medios y los integrantes de comunicación de observación de Alemania y Finlandia abordamos la Van con el logotipo “Frente Nacional indígena y campesino”, y encabezamos la caravana conformada de 6 vehículos, yendo entre ellos Omar Esparza Zarate, integrante del movimiento indígena zapatistas, Macario García Merino, integrante del municipio autónomo.
Los vehículos que conformábamos la caravana eran una camioneta Nissan de color roja sin placas de circulación, un Volsvaguen color verde, el vehículo marca Dodge, de color azul, con placas de circulación 4761-tnd del estado de Quintana Roo; Ford Explorer de color negro, con placas de circulación EAU 51-87 del estado de chihuahua y una camioneta Ranger color blanca sin placas de circulación.
1345 horas: arribamos a la altura de la Gasolinera ubicada en la carretera federal 135 Putla-Juxtlahuaca, se intercambian pláticas y se deciden que vehículos entraran a la comunidad de Cópala, pero antes de eso arriba Omar Esparza Zarate, quien dice que les reportaron que tres mujeres fueron secuestradas y desconocen el paradero de ellas, por lo que insiste y manifiesta que en caso de que se detecte el camino bloqueado no entremos.
1355 horas: exactamente en el paraje los pinos nos percatemos que estaba bloqueada la carretera con piedras, cuando pretendíamos realizar algunas tomas fotográficas del Cerro uno dice “hay gente armada de los cerros, cuando de pronto una lluvia de balas caen sobre nosotros buscábamos como esquivar las balas,” “vamos regresemos”, “demos vuelta”, cuando aproximadamente 15 personas fuertemente armadas venia sobre nosotros al momento que una lluvia de balas caía sobre la van, solo vi cuando un extranjero cae muerto por recibir un disparo en la cabeza; se podía ver el odio de las personas que a sangre fría trataban matarnos.
Los gritos de las mujeres de desesperación creo un pánico y falta de coordinación, cada quien buscaba salvar su vida, yo me tire al piso la lluvia de balas cruzaban sobre mi, fueron segundos de terror interminables; en el momento que dejaron de echar bala por estar cambiando el cargador de su arma, grita uno “aprovechamos para salir corriendo”, yo me arrastro hasta alcanzar el suelo caigo y emprendo una huida pero las balas seguían tras de nosotros, éramos como el animal preso con su cazador.
Buscamos como parapetarnos, el grito de alguien que decía “por aquí”, “ya vienen vamos”, las balas no cesaban, unos tomaron otros caminos, solo se escuchaban detonaciones de los cuernos de chivos que zumbaban las balas al romper el aire, a unos los alcanzaron y los llevaron presos, hacia el rio, otros buscaron la forma de salvar su vida, parecía una zona de guerra donde el enemigo de los defensores de derechos humanos y de los medios de comunicación tenían mucha ventaja.
Yo logre escapar y esconderme de un arbusto, mi otros compañeros se escondieron dentro de unas piedras que estaban entre si, estuvimos por mas de 4 horas, mi compañeros Rubén valencia (supe su nombre después, ya que nunca se nos ocurrió preguntarnos nuestros nombre), los armados cruzaron cerca de nosotros; mi compañero me dice “vámonos”, le contesto “no mejor no, nos van a matar”, me pregunta ¿alguna vez han matado a periodistas, estos? Le contesto, “que yo sepa no, pero estos están locos y muy agresivos”, y acordamos mejor salir durante la noche.
Yo me daba por muerto, mentalmente estaba preparado, pero seguí luchando por que habían cuatro personas que les prometí que regresaría a verlos “mi amada esposa que tanto amo, mi hija y mis dos hijos, por lo que le rogué a Dios que me ayudara, después que cayo la tarde decidimos salir a rastras y después de varios metros de avance caímos frente a ellos.
Intentamos regresar pero a mis espaldas se escucho el cerrajear de un arma por lo que nos detuvimos y nos llevaron presos nos tuvieron mas de 40 minutos uno de ellos nos dijo un discurso muy largo que mejor prefiero omitir por motivos de seguridad; después nos permitieron salir según ellos nos perdonaron la vida, por lo que emprendimos la caminada, eran como 2 kilómetros pero para nosotros era como querer caminar el mundo en una hora.
Como aproximadamente a las 2135 horas de la noche, logramos salir a la carretera nadie nos quería levantar y llevarnos hasta Santiago Juxtlahuaca nuestro único amigo era la luna que nos alumbraba el camino, al cabo de unos minutos paso un hombre que vende frutas y amablemente nos llevo hasta Santiago Juxtlahuaca, “volvimos a nacer”.
Este suceso no se lo deseo a mi peor enemigo, pero es una muestra mas del estado de descomposición que se vive en el estado, además esto es una muestra mas de que algunos medios de comunicación estamos comprometidos a darles la noticia desde el lugar de los hechos ya que no hay mejor noticia que la que vivimos palpamos, vemos y sentimos aunque en ocasiones sentimos que nos arrebatan la vida.
Le doy gracias a Dios Primero, y gracias a todos los medios nacionales, internacionales que se han solidarizado conmigo, al NOTICIAS DE OAXACA que me dio todo su apoyo, ya que después de ver los vehículos donde viajaba y ser el segundo pasajero (detrás del chofer) no puedo ni yo mismo saber como pude sobrevivir a la lluvia de balas de personas que no se tocan el corazón para matar a quien solo pretende hacer su trabajo periodístico y que otros medios por compromisos no hacen.
Lamento el fallecimiento de Alberta Cariño y del extranjero, y me alegro por mis otros compañeros que lograron salvar su vida y les pido perdón si no los pude ayudar pero créanme que en ese momento el único objetivo era salvar mi vida a costa de todo y creo que ellos también pensaron de esa manera.
Por ultimo quiero agregar que no fue nada fácil, sobrevivir a este artero ataque contra nosotros como medios ya que solo contábamos con una cámara y una grabadora que no matan como las armas pero si demuestran, plasman el estado de sitio, agresión, violación de derechos humanos del cual son objeto los pueblos indígenas.
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