Morelia, Mich., (La Jornada Michoacán).- La delegación en Michoacán de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) presentó, en el contexto del Quinto Festival de Video Indígena, el catálogo interactivo del Acervo Videográfico del Centro de Video Indígena Valente Soto Bravo en Morelia, documento digital que a decir de su propulsor, Javier Sámano Chong, constituye “un parteaguas en términos de antropología visual, pues no se ha realizado un análisis etnográfico de las producciones indígenas en video”.
Efectivamente, este material resulta significativo no sólo para la breve historia de los realizadores indígenas, pues ofrece también una aproximación a los usos y costumbres de las poblaciones originarias; sin embargo, aún están por definirse las estrategias de difusión y distribución que hagan efectiva la apertura de este acervo fílmico a la consulta pública.
Adrián González, titular actual del Centro de Video Indígena, refirió que este catálogo digital allana el camino para que haya una mayor apertura del acervo fílmico después de que regresen los más de mil 100 documentos audiovisuales que fueron enviados a México para ser transferidos a formatos homogéneos. Los originales se quedarán en la ciudad de México y las copias serán resguardadas en Morelia, donde los usuarios podrán consultarlos o pedir una copia sin fines de lucro.
El jefe de Cultura en la delegación michoacana de la CDI, Argimiro Cortés, refirió que ese acervo fílmico fue la plataforma para la proyección del Festival de Video Indígena que, en su quinta versión, ya ha ganado presencia en aproximadamente 20 estados y comunidades de Michoacán.
El videorealizador Javier Sámano, fundador del Centro de Video Indígena, hizo un breve recuento de la historia de la producción indígena, la cual tuvo como piedra de toque la iniciativa nacional de Alfonso Muñoz, que impulsó un proyecto que básicamente consistía en entregar videocámaras a los pueblos indígenas para que fueran ellos mismos los que levantaran el registro de su vida cotidiana, así como de sus actos cívicos y ceremoniales.
El proyecto rebasó a su promotor, pues a decir de Sámano Chong, el recurso del video fue utilizado para diferentes cosas, por lo que se decidió impartir cursos en las comunidades para reencauzar el proyecto hacia sus fines más auténticos; sin embargo, la demanda creció tanto que se optó por fundar casas productoras, de tal manera que el primer centro de video indígena se inauguró en Oaxaca en 1994, y ya en 1996 se abrió un espacio similar en Michoacán que marca el inicio de una historia que fue escrita por los propios realizadores a través de sus producciones audiovisuales, algunas de las cuales quedaron bajo resguardo del Centro de Video Indígena Valente Soto Bravo.
En 2007 se realiza un primer diagnóstico de los contenidos del Acervo Videográfico, pero los registros tenían poca información sobre la naturaleza de cada una de las filmaciones, además de que los datos eran tan generales que habían perdido el contexto que les daba significado.
¿Por qué no contratar especialistas que nos etnografien los contenidos?, es la pregunta de la que partió Sámano Chong para la elaboración del catálogo interactivo, cuyo contenido se articula en dos grandes vertientes: la historia del centro de video indígena y los distintos acervos fílmicos.
En el primer apartado, el usuario puede consultar de manera dinámica algunos textos y videos sobre la historia del centro, entre los que destacan el discurso de Valente Soto Bravo emitido en la inauguración y una ponencia sobre este mismo personaje que según se puede apreciar en el testimonio de varios realizadores incluidos en el CD, es considerado el pionero del video indígena en Michoacán. En esta misma sección del catálogo, realizadores purépechas, nahuas de Morelos y algunos agrupados simplemente en la sección de “otros”, comparten sus reflexiones sobre las formas en que se construye el discurso indígena desde las herramientas audiovisuales.
La otra gran sección es la denominada Catálogo Interactivo, la cual engloba a las categorías: acervo interactivo, fichas técnicas, fichas por etapas de trabajo, fichas etnográficas, glosario purépecha y un mapa que permite ubicar las comunidades que han sido objeto de registros fílmicos en las distintas regiones del estado.
Sámano Chong especificó que el contenido del acervo videográfico se dividió para su consulta en seis grandes apartados; producciones sólo de realizadores indígenas; coproducciones; producciones y registros del Centro de Video Indígena; registros de realizadores indígenas; comunicación social, es decir, registro de giras del gobernador o el delegado de la CDI en Michoacán, entre otras actividades de la vida institucional, y registro de los cursos de video impartidos por la CDI.
Para la elaboración de este catálogo se reunió a un grupo de especialistas que aportan alrededor de 300 cuartillas en las que van a fondo de los temas que han abordado distintos realizadores y ubican en contexto sus producciones analizando algunos factores tradicionales, históricos y sociales, de tal manera que la producción de video indígena puede ser vista a la luz del concierto mayor de las sociedades y su devenir.
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