Guatemala, Guatemala (Notimex).- México fue el lugar de salvación para miles de indígenas guatemaltecos, desarraigados por la violencia del conflicto armado interno y la persecución, indicaron organizaciones populares y de defensa de los derechos humanos.
La guerra interna no declarada en Guatemala causó más de 200 mil muertos y desaparecidos en 36 años de conflicto, que finalizó el 29 de diciembre de 1996 con la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla avalado por Naciones Unidas.
Con motivo del Día Mundial del Refugiado, dirigentes de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina destacaron la solidaridad mexicana que protegió a miles de refugiados que huyeron a México para ponerse a salvo de la inusitada violencia del conflicto armado interno.
Organizaciones indígenas y campesinas e instituciones defensoras de los derechos humanos han coincidido en que los guatemaltecos salvaron la vida al internarse en territorio mexicano en uno de los periodos más difíciles de la guerra interna guatemalteca (1978-1984).
Más de cien mil indígenas, acosados por el Ejército en su campaña contra la guerrilla guatemalteca, cruzaron la frontera para refugiarse en los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche, principalmente, establecen estimaciones oficiales.
"El terror sin precedentes" generó las corrientes de refugiados guatemaltecos en México, según la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH), entidad de las Naciones Unidas.
La CEH, creada por los acuerdos de paz para investigar las violaciones de los derechos humanos en más de tres décadas de guerra fratricida, los indígenas fueron las principales víctimas de la violencia de la guerra interna guatemalteca.
"El terror sin precedentes, provocado por las masacres y la devastación de aldeas enteras en el periodo comprendido entre 1981 y 1983, desencadenó la huida masiva de una población diversa, cuya mayoría estaba constituida por comunidades mayas", indicó.
En las conclusiones del informe de la CEH se indicó que "mediante las masacres y denominadas operaciones de tierra arrasada, planificadas por las fuerzas del Estado se exterminaron por completo comunidades mayas".
La CEH "registró 626 masacres atribuibles" al Ejército y los agentes del Estado, que emprendieron una feroz lucha para eliminar a la guerrilla y, en ese objetivo, arrasaron comunidades indígenas a las que acusaban de colaborar con los insurgentes.
"El desplazamiento forzado de la población civil en Guatemala destaca en la historia del enfrentamiento por su carácter masivo y su potencia destructora",
"Encarna la ruptura del tejido social en su forma más directa y desgarradora. Implica el desmembramiento de familias y comunidades, así como el debilitamiento de los lazos culturales que conformaban su cohesión", añadió.
De acuerdo con las investigaciones de la CEH, "las estimaciones sobre el número de desplazados va desde 500 mil hasta un millón y medio de personas en el periodo álgido -del conflicto armado interno- (1981-1983)".
Las cifras incluyen a los guatemaltecos que "se desplazaron internamente y las que se vieron obligadas a buscar refugio en otro país", señaló en su informe la CEH.
Estimó que "unas 150 mil personas buscaron su seguridad en México. Cerca de la tercera parte de ellas se ubicó en campamentos y contó con el reconocimiento del estatus de refugiado" por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Señaló que "otras 50 mil personas vivieron como refugiados dispersos en Chiapas, mientras el resto se arraigó en la capital mexicana en otras ciudades de dicho país".
Los acuerdos de paz suscritos en diciembre de 1996 establecieron el retorno y repatriación voluntaria de los guatemaltecos refugiados en México, que se llevaron a buen término con base en una coordinación entre los dos gobiernos involucrados y la ACNUR.
1 comentario:
pues al parecer esa fotos del cuidado ambiente no es de ñumi si no de cuquila sean realistas
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