Tlapa de Comonfort, Gro., (La Jornada).- A mediados de febrero, en la estación La Voz de La Montaña recibieron una llamada desde Nueva York en la que informaban de un muchacho na savi estaba perdido en esa ciudad. El indígena de 16 años había cruzado la frontera con cuatro parientes, pero a los pocos días de haber llegado a la gran urbe, fueron aprehendidos por las autoridades de migración estadunidenses y los deportaron de regreso a México.
Sólo el adolescente no corrió la suerte de la deportación, pues al ser menor de edad, por alguna extraña razón, los agentes de migración lo dejaron libre, pero a la deriva en medio de aquella.
Monolingüe, analfabeto y sin dinero, el joven de San Rafael, un pueblo pobre de Cochoapa el Grande, vagó entre las avenidas y encontró a una pareja de veracruzanos que le ofrecieron comida y alojamiento. En su equipaje, acaso una bolsa con unas cuantas prendas, llevaba un papel maltrecho en el que inscrito a mano estaba el teléfono de la radiodifusora La Voz de La Montaña.
Los veracruzanos reportaron la situación del joven y de inmediato, en la estación difundieron el caso para dar con la familia del na savi, que al final pudo volver a México, pero sin dólares.
“Casos como estos hay muchos: se han localizado personas extraviadas, que la familia no sabía de ellos porque se fueron a Estados Unidos, o de jornaleros a Sonora”, cuenta Moisés Anastasio Martínez, director de la radiodifusora, el medio de comunicación más importante en esta región indígena de Guerrero, que desde hace 30 años trasmite en lengua tun savi, nahua, me’phaa y español.
El 10 de marzo de 1979, en tiempos del gobernador Rubén Figueroa Figueroa, en un contexto regional donde las movilizaciones del magisterio indígena y de campesinos encabezados por Othón Salazar Ramírez tomaban fuerza, el presidente José López Portillo inauguró en Tlapa la primera estación gubernamental de radio bilingüe, dependiente del entonces Instituto Nacional Indigenista (INI), en la que se trasmitía en lengua materna y con el propósito original de alfabetizar a los pueblos de La Montaña.
Al paso del tiempo, dice Anastasio, aunque gubernamental, los indígenas de la zona se apropiaron del proyecto y lo convirtieron en un medio de enlace entre los migrantes y en una herramienta para difundir costumbres y tradiciones.
Este martes, en Tlapa se conmemoraron 30 años de la estación, con un acto cultural al que acudieron cientos de vecinos de los pueblos indígenas de la región y de otros estados como Puebla, Oaxaca, Veracruz, y Sonora.
La madrugada del 1° de agosto de 1994, cuando los empleados de la radiodifusora acudieron a trabajar, encontraron unas instalaciones allanadas y sin equipo. A 15 años de ese acontecimiento, que ocurrió en tiempos de Rubén Figueroa Alcocer, los motivos del asalto siguen siendo una incógnita, pues de las investigaciones oficiales no se ha dado a conocer un solo resultado.
Lucas Rosendo Cabrera, un nahua de Ayotzinapa, Tlapa, que labora en esa radio desde hace 27 años, recuerda sobre el acontecimiento: “nos sorprendió porque cuando llegamos había dos ventanas quebradas, no encontramos nada, todos los archivos los sacaron, los documentos, las cintas de grabación, el trabajo de campo, muchas cintas de carrete abierto, el trasmisor, las tornamesas. Lo único que dejaron fue el trasmisor principal, porque estaba en otro lugar”.
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