Guadalajara, Jal., (El Informador).- Como cada año, la compañía de títeres La Cucaracha iniciará su gira por la sierra huichola como parte de una labor que desarrolla desde hace 10 años con la finalidad de retribuir algo a una de las culturas que dan sustento a su trabajo teatral, mediante su tradición oral y cosmogonía mágica, de las que toman cuentos e historias para ser llevadas al escenario. Previo a la gira, el grupo realizará tres funciones de Sekesekeima el violín mágico en el Instituto Cultural de Zapopan para recolectar juguetes, ropa y útiles escolares.
Tras una década de experiencia en presentar sus espectáculos de títeres, diseñados en la modalidad de teatro negro, para acentuar las escenas mágicas, el director de La Cucaracha, Ignacio Larios, aseguró que las presentaciones en la zona huichola son algo “maravilloso porque es gente que no ha tenido contacto con el teatro y su vida es una magia. Para ellos es impresionante ver la función de los títeres. Un antropólogo me decía que en una comunidad vio reír a la gente alrededor de la fogata. Que cuando se acercaron le dijeron que un señor les estaba platicando como bailaba la cucaracha”.
Añadió que “nosotros hemos tomado historia de la comunidad, hemos hecho videos del nacimiento del sol, tenemos la hormiga y la tortuga y de cómo el tlacuache se robó el fuego. Son cuentos de la etnia que nos han facilitado y nosotros hemos hecho trabajo de campo con ellos y lo que queremos es retribuirles porque investigadores, fotógrafos, revistas y demás van a visitar la región y nunca les regresan nada a la comunidad. Por eso nosotros queremos llevarles espectáculos a los albergues. En esta gira vamos a estar en Pueblo Nuevo, en San Sebastián y Mezquitic”, contó Larios.
En las funciones que realizarán en Zapopan previo a su gira, estrenarán el espectáculo Sekesekeima el violín mágico, mismo que después presentarán en la sierra huichola. Está compuesto por tres cuentos, El mito del tlacuache, de la oralidad Wirrarika, El primer buchito de café, de la oralidad afrocubana y uno más de Venezuela Sekesekeima y el violín mágico, cuento Guarao.
Las funciones en el Instituto Cultural de Zapopan (Vicente Guerrero 233, a una cuadra de la Basílica) serán el sábado 17, domingo 18 y sábado 24 a las 13 horas. La entrada es gratuita, pero quienes asistan deberán llevar alimentos no perecederos, muñecos, “que no sean barbies porque no les gustan”, aclaró Larios, juguetes sin baterías, pelotas, carritos, ropa, mantas, hilos de colores, útiles escolares, etc.
Las Mojarritas otra vez representan a Jalisco
Además de realizar estas funciones para los niños indígenas, desde hace tres años Larios trabaja con el grupo de teatro de títeres Las Mojarritas, del poblado La Mora, en Teuchitlán. Las necesidades económicas que viven a diario los nueve integrantes de entre 7 y 13 años, no han sido impedimento para que el grupo represente a Jalisco en festivales nacionales de teatro para niños, como lo harán una vez más en abril en Campeche.
“Yo no doy cursos para niños porque considero que los padres los dejan como si fuera una guardería. Pero una vez me llamaron del patronato de Teuchitlán y acepté. Al principio trabajamos con cuentos muy tradicionales del Guiñol, en este caso de Chimpete-Champata y La Calle de los Milagros, que son de Javier Villafañe. Luego presentamos Los cuentos del conejo Lorenzo, también una pastorela (para la que obtuvieron apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias) y ahora preparando otra obra para el encuentro de Campeche”, dijo Larios.
“Es un grupo cautivo, en ese pueblo las actividades que tienen para hacer es el teatro o jugar futbol. Han puesto un esfuerzo tremendo. Ensayamos en la parroquia de La Mora y una muchacha que se llama Laura es quien me ayuda. Esa relación de ella con el grupo, que son niños que ella conoce, ha llevado a hacer un grupo sólido que ya tiene tres años.
“El teatro en su crecimiento les aporta seguridad. Yo siempre les digo que los títeres son un juego, el muñeco se transforma ante ellos en un juguete animado y es inherente a ellos. Por eso es tan importante el teatro de títeres para el desarrollo de la imaginación, la fantasía y la creatividad, algo que se ha olvidado en la educación. Con las presentaciones que han hecho en Aguascalientes, Chihuahua y Zacatecas, tienen acceso a la geografía, a otros lugares, a una cultura diferente dentro del país”.
El director de La Cucaracha afirmó que le conmueve cuando Las Mojarritas llegan a otros estados a presentarse y también cuando los niños y sus padres le agradecen porque gracias a los títeres pueden viajar.
“Yo me he metido a investigar sobre las necesidades culturales de los niños en México. Guillermo Bonfil Batalla nos dice que la independencia cultural nunca ha ocurrido. Todavía no hemos volteado a ver la rica veta que es la tradición oral de los indígenas para darle sentido a lo que presentas sobre el escenario, que lo que ven los niños mexicanos sea un reflejo de su cultura. Frente a la globalidad los niños tienen que tener identidad cultural, es lo que tratamos y por eso Las Mojarritas van a presentar (en Campeche) tres cuentos: El Atoj Antoño, de Bolivia, un cuento náhuatl El dueño del monte y otro mexicano que es El tlacuache se robó el fuego”, finalizó.
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