Ciudad de México, DF., (El Universal).- En 2008, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) otorgó, en una primer asignación, apoyos por 45 millones 236 mil 295 pesos a más de mil proyectos de conservación y restauración en Chiapas, donde se concentró el mayor número de solicitudes ambientales. El manejo de 40% de esos recursos está en tela de duda, porque no puede verificarse el destino final de los fondos o éstos fueron desviados.
“Conafor hace un uso faccioso y político de los recursos públicos”, afirma René Gómez Orantes, miembro de una asociación de silvicultores chiapanecos que ha denunciado ante la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados irregularidades y favoritismo. “El programa ProÁrbol, con el que la ONU premió al Presidente de la República, es un engaño”, insiste, “no hay arbolitos sembrados”.
“¡Usted firme!
Un recorrido por la Región Frailesca, en Chiapas, permite aproximarse a algunos de los resultados del programa federal de reforestación ambiental ProÁrbol. A pie de carretera, en el ejido Dr. Domingo Chanona (municipio de Villaflores, Chiapas) vive Benjamín Velázquez López, con sus hijas y nietas, en una estancia de cuatro por cinco metros cuyo mobiliario son una mesa, un par de sillas y una hamaca. A sus más de 60 años de edad, aparece como beneficiario del programa ProÁrbol; el 28 de abril del año pasado la Conafor aprobó entregarle 38 mil 653 pesos para “reforestación con planta de vivero” de 35 hectáreas.
Sucede que Velázquez López no es propietario de 35 hectáreas ni solicitó participar en dicho programa de reforestación como se lee en los documentos de Conafor disponibles en internet. “No, no tengo tierra, nada, nada”, insiste, observando incrédulo un listado de empadronados de ProÁrbol donde aparece su nombre. “Vino el de ProÁrbol, o no sé cómo se llama el programa, me vino a decir que yo había salido con ese programa, ¡pero no fui!, y me dijo que firmara los papeles”.
¿Cuándo se llevaría a cabo la reforestación? ¿Dónde? ¿Para qué? ¿Quién recibió el dinero? Ni Benjamín ni sus hijas tienen respuestas; sólo recuerdan que hace unos cuatro o cinco meses llegó un hombre en una camioneta de tracción, “casi exigiéndole —a don Benjamín— ‘¡usted firme!’, ‘¡usted firme!’”, narra Katia, la mayor de las hijas. “Que los papeles ya estaban y les urgía, porque el programa ya viene, le decía el señor ese a mi papá, y todavía preguntó por el señor Bruno Chan… o algo así”.
Imposible, verificar si son dueños
“Bruno Chan” es, en realidad, Bruno Chame Champo, quien también aparece en la lista de beneficiados de ProÁrbol en el municipio de Villaflores, con un monto aprobado de 4 mil 417 pesos, aunque ya no vive en la comunidad: “Este señor ni es de aquí, vivió un tiempo pero se fue a un rancho”, cuentan los vecinos.
Igual que en el caso de Benjamín, Chame Champo aparece en los listados de la Conafor como dueño de “Varios predios”. ¿Cuáles? ¿Dónde? No se especifica, lo que contraviene las reglas de operación de la institución, pues cada área reforestada está, en teoría, georefenciada para su verificación y monitoreo.
Aparte, 30% de los recursos se entregan sólo sí es posible comprobar los resultados de le reforestación. “Tienen que plantarlos y se supervisa”, explica en la ciudad de México el director de la comisión, José Cibrián Tovar; “por eso se paga y ahora es a petición (del propietario y/o ejidatario), ya no llega una camioneta y anda ofreciendo árboles en la calle o el municipio”.
Pero Benjamín Velázquez y Bruno Chame Champo figuran entre 589 de 1089 beneficiarios de ProÁrbol en Chiapas, en cuyo registro, por cierto, no es posible leer ni domicilio ni nombre del predio, ni comprobar que sean propietarios; en los listados de beneficiarios aparecen, uno tras otro, en el inciso de nombre del predio: “varios predios”, “innominado” o “nuevo predio”. Es decir, que en todos esos casos no existe referencia que permita verificar que se llevó a cabo la plantación y que el beneficiario es realmente propietario.
¿Neocorporativismo panista?
Para 2008, sólo en Chiapas está en duda el manejo de 18 millones 327 mil 444 pesos, y el mismo fenómeno se repite en varios estados de la República. Por ejemplo, en Veracruz, están en la opacidad más de 34 millones 830 mil 539 pesos asignados durante el 2008 millones.
“Llegaban con usted o con cualquiera que tenía escrituras de terrenos; le decían, ´Pásame tus escrituras, pásame tus documentos, va a haber dinero y ya está´”, relata Gómez Orantes, quien con otros silvicultores ha encabezado manifestaciones contra ProÁrbol. Y añade, resignado, que “los del PAN tenían que armar su propia estructura electoral en el campo y aprendieron bien del PRI”.
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