México, DF., (Notimex).- Arraigo y amor por la tierra, interacción con la naturaleza y sentido de permanencia, son rasgos vigentes en los indígenas de México a 516 años del “encuentro de dos mundos”, coinciden especialistas y funcionarios.
En el marco del Día de la Raza, que se celebra este domingo, señalan que aunque se han tenido avances en la materia, hace falta fortalecer aún más los programas de apoyo a un sector que consideran históricamente en desventaja.
Reconocen que los grupos indígenas en México, desde la llegada de los europeos, han enfrentado dificultades de tipo educativo, económico y social, por lo cual solicitan reforzar las políticas públicas para reivindicarlos, mediante la suma de esfuerzos de todos los niveles.
En entrevista con Notimex, el director ejecutivo de Investigación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Juan Jesús Hernández, señala que México es uno de los países más ricos en cuanto a interculturalidad se refiere.
Esto debido a que a lo largo del territorio mexicano se ubican al menos 62 grupos etnolinguisticos, con unas 365 variantes dialectales.
Por ello, agrega, a 516 años del “encuentro de dos mundos”, se debe resaltar “el gran espíritu de permanencia” de los grupos originarios, pues en la actualidad, hay unos 10 millones de indígenas en el país, la mayoría en estados como Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Guerrero.
Entre los principales grupos étnicos que habitan el país, dice, se encuentran los coras, huicholes, yaquis, tarahumaras, mazahuas, nahuas, otomíes, pames, totonacas, mixtecos, purépechas, triquis, zapotecos, chontales, mixes, lacandones, mayas, zoques, mames y tojolabales, entre otros.
Al respecto, el funcionario del CDI considera que estos grupos indígenas, “han pasado las distintas etapas de nuestro país desde el momento de la Conquista, y lo que puede destacarse es su permanencia”.
“Lo destacable es su presencia y su aportación constante, tanto en diferentes episodios del país, como en la actividad productiva, social y cultural”, resalta.
El funcionario destaca que entre los aspectos más reconocibles de estos grupos, están el amor y arraigo por su tierra, ese contacto e interactuar con la naturaleza, además de su organización social, actividades productivas y sus relaciones de convivencia.
Respecto al proceso de globalización que se consideraba como un posible riesgo para los indígenas, refiere que ahora se ha convertido en un aspecto que ha servido para fortalecer y reivindicar a estos grupos en algunos rubros.
Sin embargo, reconoce que los indígenas del país han enfrentado distintos obstáculos históricos en sus comunidades, los cuales han derivado en rezagos educativos, económicos, discriminación y otras problemáticas como la emigración.
El funcionario destaca el proceso de urbanización que se ha venido dando en las últimas décadas en el país, donde “parte de las mismas comunidades lo que hacen es tratar de continuar con las practicas de aprovechamiento de los recursos naturales, sin caer en la degradación del entorno”.
“Pero sí, por ejemplo, la cuestión de los precios de los productos agrícolas a la baja hace que los indígenas estén abandonando sus tierras para emigrar, y hay una tendencia de declinación en la actividad agropecuaria y una pérdida constante de superficies agrícolas y con recursos naturales”, señala.
A su vez, la secretaria de Asuntos Indígenas del estado de Oaxaca, Elizabeth Hernández Reyes, señala que “indiscutiblemente este llamado ´encuentro de dos mundos´ sigue vigente desde la perspectiva de un patrón de Conquista, un patrón discriminatorio que sigue permeando”.
Tras resaltar los esfuerzos que se hacen en los distintos niveles de gobierno para apoyar a estos sectores, la funcionaria detalla que entre estas acciones se encuentra el que actualmente ya haya instancias como la Secretaría de Asuntos Indígenas de Oaxaca, en un estado donde se estiman más de un millón 500 mil indígenas.
Al ser entrevistada, la funcionaria explica que en Oaxaca reconocen un grado de marginación importante, que obedece a la condición propia del estado, conformado por 570 municipios, 418 de ellos regidos por el Sistema de Usos y Costumbres, que por momentos discrepan con el ejercicio del derecho positivo.
“Y ese proceso es el que tiene que irse trabajando en sus comunidades, sin transgredir su cosmovisión y la autonomía de los propios municipios”, explica.
Recuerda que históricamente, desde la Conquista, los indígenas que habitan el estado “han tenido verdaderamente una resistencia, un actuar férreo a perder la identidad”.
“Y si bien es cierto que hay pueblos como es el ixcateco, como es el chocholteco, que por la propia naturaleza de sus antecedentes históricos están minimizados en número, donde pudiera darse ese fenómeno de extinción, también tenemos pueblos muy fuertes como son los zapotecos, los mixtecos, los mixe”, comenta.
Al abundar sobre la situación actual, el investigador Juan Pedro Viqueira, del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México, toma el caso de Chiapas, que según cifras del CDI, tiene una población indígena de más de un millón 100 mil personas.
Desde su perspectiva, ningún grupo puede permanecer aislado a los procesos de globalización, y al contrario, si tiene bases firmes, puede reivindicarse.
“Desde el siglo XVI los indígenas de Chiapas producen para el mercado mundial, reciben cosas de otros sitios, antes de la llegada de los españoles no conocían las gallinas, los cerdos, ahora ya los tienen, es parte de la globalización”, dice.
Sobre el tema de la lengua, considera bueno que los indígenas aprendan el español, “pues no quiere decir que ellos tengan que dejar de hablar su lengua, ser bilingues, la situación ideal es una situación de bilinguismo, lo que se puede hacer es apoyar para que se preserven sus lenguas”.
Por su parte, el investigador, poeta y promotor cultural de la Unidad de Culturas Populares del Instituto de Cultura de Yucatán, Feliciano Sánchez Chan, de origen maya, considera que desde la llegada de los europeos, los pueblos indígenas han vivido en una situación de sometimiento, aunque gradualmente han logrado ser reconocidos.
“Mi experiencia me dice que no es deseable que los pueblos permanezcan estáticos, no es deseable que las formas de vida no cambien, sino que se den las mejores condiciones para que ese cambio sea asumido con una perspectiva y no como comúnmente se ha dicho, ´ni modo, así me toca y así lo asumo´”, refiere.
Al tomar el tema sobre el llamado “encuentro de dos mundos”, señala que como poblador de origen maya, no puede negar que también hubo ventajas, pues “el hecho de que estemos hablando en español es algo que a mí me aporta de la llegada de esta gente”.
“El hecho de que yo pueda escribir con caracteres latinos mi lengua maya, y escribir poesía, teatro y cuento en mi lengua propia, pero usando un alfabeto latino, es una gran aportación”, expresa.
Por ello, refiere que esa conjunción tuvo aportaciones importantes, aunque también algunas desventajas como el desplazamiento y marginación de esos pueblos, pero ahora lo fundamental es preservar las raíces de los grupos indígenas con bases firmes.
“En mi caso, soy afortunado, porque tengo boleto de ida y vuelta, puedo ir de mi comunidad hacia fuera y retornar a mi comunidad y sobrevivir en ambos contextos.
“Pero muchos dejamos perder esa oportunidad. Por decir, muchos yucatecos no hablan maya, y la mayoría de los mayas somos bilingues, la pregunta que cabría es: ¿Si no hubieran llegado -los europeos-, qué habría pasado?”, finaliza.
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