“En México estamos en una etapa en la que hay muchas movilizaciones indígenas, como tomas de carreteras, tomas de alcaldías, comunidades autónomas, movimientos armados”, agregó la especialista en temas relacionados con las culturas nativas.
Bonfil Sánchez hizo énfasis en que parte de esa desigualdad y discriminación tiene que ver con la falta de políticas encaminadas a vincular las culturas indígenas con las tradiciones en las localidades desarrolladas, al considerar que los pueblos nativos “nos están diciendo que no podemos seguir en pleno siglo XXI manteniendo una situación de tanta desigualdad con una población que tiene más de 500 años sin acceso a la tierra, sin acceso a los servicios, sin acceso a los derechos políticos y sin acceso a un mínimo de bienestar, pues hace falta cumplir las leyes, que el derecho que nosotros reconocemos en la Constitución y en las leyes llegue a todos. Nuestra Constitución abre con un artículo que dice que todos somos iguales, pero no es cierto, México es uno de los países más desiguales de América Latina, y a medida que pasa el tiempo, la brecha se hace más grande, lejos de reducirse”.
Entre las cifras desalentadoras, dijo Bonfil Sánchez, se puede mencionar que un niño indígena tiene cuatro veces menos posibilidades de sobrevivir que un niño que nace en una ciudad en la que cuenta con todos los servicios, ya que casi el 90 por ciento de los indígenas vive debajo de la línea de la pobreza, lo que debería ser alarmante para las autoridades, que aún conociendo el problema se mantienen impunes, agregó.
“Nosotros que presumimos de nuestras culturas indígenas, que presumimos de nuestro legado, tenemos hoy a 12 millones de personas que no pueden sobrevivir y ése es un conflicto básico”, reviró la especialista.
En torno a la situación de las mujeres que indiscutiblemente son un género discriminado en México, según Bonfil Sánchez, las que pertenecen a culturas indígenas ven más vulnerada aún si integridad, por lo que instó también a trabajar en favor de este género.
“Las mujeres indígenas viven muchas desigualdades, y la primera es ésa, por ser indígena, pero la otra, que es igual de importante, es por ser mujeres. En todo México las mujeres son ciudadanas de segunda, y las mujeres indígenas lo resienten mucho más porque en condiciones de pobreza eso significa menos oportunidades de ingreso, menos acceso a la tierra, menos oportunidades de tomar decisiones y muy poca autonomía personal y eso nos pasa a todas, porque tienes que pedir permiso para salir, para entrar, para ir, para estudiar, para trabajar y para tomar cualquier tipo de decisión en tu beneficio, y eso también ha generado conflictos en la familia y en la comunidad, que se tienen que tomar en cuenta desde las políticas públicas, porque no se pueden obviar, y el pensar que no existen es como reproducirlos”, mencionó.
La manera de solucionar esas diferencias y de comenzar a crear una cultura de igualdad, en la que todas las políticas estén encaminadas a generar un ambiente de cordialidad, sin importar creencias, tradiciones o rasgos físicos, dijo, es mediante la omisión de comentarios ofensivos o bromas, calificadas por Bonfil Sánchez como de mal gusto, en las que se hace referencia a los pueblos indígenas.
“Somos una sociedad terriblemente racista y no lo reconocemos, pero en los insultos, en las bromas, en nuestra propia imagen, estamos haciendo eco de una cultura de discriminación. Tenemos que darnos cuenta de cuando una broma no es tan broma, cuando tenemos dichos que son ofensivos para mucha gente, así como ‘no seas indio’, lo que quiere decir ‘no seas ignorante’, ‘no seas bruto’, ‘no seas corriente’, ‘no seas naco’ y ese tipo de cosas son sumamente racistas y cuando tratamos de despreciar el color de la piel, los rasgos físicos, caemos en eso, que es una cosa muy curiosa porque este país es un país profundamente mestizo y somos todos bastante parecidos y donde pareciera que no hay razas, finalmente sí hay una distinción.
“Lo primero que tenemos que hacer es reflexionar sobre cuáles de nuestras conductas son discriminatorias o por lo menos que permiten la discriminación”, agregó.
Sobre el deterioro que ha tenido la sociedad mexicana, con el que se ha visto incrementado el índice de delincuencia organizada, ya sea la que se presenta en asesinatos o simplemente en aumento a la violencia, Bonfil Sánchez aseguró que éste podrá disminuir en el momento en que tanto ciudadanos como autoridades coordinen esfuerzos para trabajar en equipo.
“Hace falta una cultura de derechos, hace falta recuperar una conciencia de comunidad. Estamos muy individualizados y sólo nos importa lo que nos pasa y a quien queremos y si no caminamos juntos no vamos a llegar a ningún lado. Realmente como sociedad no funciona que unos pocos estén bien y la mayoría esté mal, es algo que nos pega en calidad de vida, que nos pega en seguridad, en pobreza y en riqueza interior. Yo creo que hay una mejor situación interna cuando uno sabe que está trabajando con los demás, no en contra y es algo en lo que debemos reflexionar”, concluyó.
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