Las lideres participantes en la reunión previa al VI encuentro de mujeres indígenas de las Américas, que se celebrará en México el próximo diciembre, coincidieron en criticar la violencia que supone el maltrato familiar, los abusos sexuales, los conflictos armados, los desplazamientos forzosos, el racismo o la discriminación en los servicios sociales básicos.
La presidenta del Centro de Culturas Indígenas de Perú (Chirapaq), Tarcila Rivera, expresó a Efe la necesidad de visibilizar todas las formas de violencia contra la mujer y de que los programas de erradicación de esta lacra no se concentren solamente en la violencia doméstica.
En este sentido, Rivera explicó que hay otras muchas situaciones en las que se violan los derechos de las mujeres indígenas, como ocurre, dijo, en los conflictos desatados por la propiedad de las tierras.
En el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer, la responsable de Chirapaq señaló que muchas mujeres latinoamericanas no tienen acceso a espacios donde se puedan denunciar las violaciones y defender sus derechos.
También criticó la ausencia de estadísticas desagregadas en relación a la mujer indígena, si bien destacó que este colectivo ha mejorado su acceso a las tecnologías de la información, lo que les permite reaccionar cada vez más en contra de los abusos de poder.
En Perú, afirmó, el crecimiento de la explotación minera y maderera en la Amazonía y los Andes, unido a la baja calidad de la educación, hace que las jóvenes no tengan posibilidad de encontrar un empleo digno y acaben siendo víctimas de la trata de personas.
Por su parte, la indígena venezolana Librada Pocaterra dijo a Efe que las mujeres de América Latina han fortalecido su presencia internacional, ya que han aprendido a utilizar los instrumentos jurídicos disponibles con el apoyo de las agencias especializadas de las Naciones Unidas, aunque les falta actuar más en sus propios países.
"Las situaciones en Colombia, Chile y México nos trastocan a todas", indicó Pocaterra, por citar tres de los países "más conflictivos" de la región
En la comunidad Wayuu de Venezuela, a la que pertenece, Pocaterra aseguró que el machismo ha aumentado y que sus integrantes han tenido que aplicar el derecho propio de los pueblos indígenas ante la tardanza de la justicia ordinaria, mediante la conversación o la llamada de atención.
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