Aguascalientes, Ags., (La Jornada Aguascalientes).- Los niños se convirtieron en conductores de los cuentos, en la representación de títeres escenificada por la compañía Dos obras y un modelo ayer en el Teatro Morelos. De la Ciudad de México vienen estos titiriteros con dos sencillos cuentos. Los personajes se asomaban por encima del teatrillo para relatar cuentos de la tradición indígena mexicana y establecieron un diálogo con los pequeños del público.
La función, en el marco del XII Festival de Títeres llenó el teatro con los dos cuentos que escenificaron. El primero, Apolonio y Bodoconio, cuenta un día satírico en el rancho de una familia. Bodoconio es un niño que no va a la escuela y su padre, Apolonio, le encarga cuidar un costal de chabacanos. El niño, en lugar de cuidarlos, se los come. Además, el niño nunca comprende las instrucciones de su padre. La solución al problema de esta familia pasa por mandar a Bodoconio a la escuela. Durante la representación, los chiquillos del público estuvieron de acuerdo en que hay que ir a la escuela y así lo expresaron en el diálogo que establecieron con los personajes del escenario.
Tío Conejo fue el segundo cuento de la compañía de títeres. Pablo Papas es un sembrador que planta unas semillas, las riega y después del trabajo invertido logra que crezca una zanahoria. En eso, llega el Tío Conejo, astuto y pillo, a robarse la zanahoria. Para lograr su cometido tiene que embaucar a unos niños que le alcanzan en astucia y no permiten que el conejo cumpla su labor. Por más que el Tío Conejo se inventa historias y mentiras no logró convencer al honesto público para que le dieran el beneplácito para robarse la zanahoria.
Los cuentos de la tradición oral indígena de los titiriteros están basados en dos kyogen del siglo XV y vienen cargados de moralejas de honestidad con las cuales los niños del público se sintieron identificados.
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