Chenaló, Chis., (EFE).- El Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Alberto Brunori, pidió hoy a México acabar con la impunidad y garantizar justicia para las víctimas en el 12 aniversario de la matanza de Acteal, en el estado de Chiapas.
Brunori calificó la masacre de 45 indígenas en 1997 a manos de un grupo paramilitar en Chiapas, como "el hecho más cruento de la historia reciente de México" y afirmó que ningún estado puede olvidar una masacre de este tipo.
El representante de la ONU participó hoy en el acto de conmemoración de la matanza de Acteal, donde fueron asesinados a tiros 15 niños, 21 mujeres y 9 hombres.
El diplomático dijo que su presencia es "para reiterar la solidaridad de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos con las víctimas de la masacre, las y los sobrevivientes, sus familiares y seres queridos".
"45 muertos es un número relevante por no decir grave, evidentemente el olvido no se admite simplemente, ni aquí ni en ningún lado", señaló el representante de las Naciones Unidas.
Agregó que espera una respuesta de las autoridades mexicanas a su petición para esclarecer el caso que aún no esta cerrado.
"Espero evidentemente una respuesta? No he visto que se llegue a una sentencia firme, para la oficina no puede ser un caso cerrado, si se han cometido errores u omisiones en la investigación alguien tiene que pagar. Después de tantos años no he visto todavía a algún responsables de estos errores u omisiones", reiteró.
Los grupos participantes en la ceremonia demandaron el esclarecimiento y castigo para los responsables, después de que la Suprema Corte de Justicia liberó recientemente a 29 personas que habían sido señaladas por los sobrevivientes como participantes en la masacre, con el argumento de que hubo irregularidades en el proceso.
En su intervención el obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, considero una "burla y una vergüenza" que por "minucias legales" se haya exonerado a los responsables de "un crimen tan horrendo".
"Nos sigue doliendo lo que pasó el 22 de diciembre de 1997, y nos indigna que a pesar de su culpabilidad en lo hechos pasados aquí, algunos hayan sido liberados, amparándose en deficiencias jurídicas del procedimiento penal", indicó.
Sebastián Pérez Vázques de la agrupación Las Abejas a la que pertenecían las víctimas recordó que sus compañeros fueron masacrados cuando rezaban por la paz.
"Al dolor de la muerte y a la rabia de la impunidad se añade la burla de los jueces y dejan libres a unos asesinos como si fueran inocentes", dijo el líder indígena.
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