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5 sep 2009

Belleza colonial e indígena de México

Saltillo, Coah., (Vanguardia).- “Oaxaca tiene todo, es un Estado mágico y ninguno más puede competir en temas de turismo porque somos los primeros”. Así de segura se muestra Beatriz Rodríguez, la secretaria de Turismo, al preguntarle por qué los turistas deben elegir este Estado situado en el sur de México. Para ella, su tierra, el quinto Estado más grande del país, que ocupa el 4.8 por ciento de la superficie total, posee “un encanto diferente, el sabor de provincia que muchos han perdido y que hace que los turistas se enamoren”.

Al hablar del mes de abril, cuando estalló la epidemia, Rodríguez recuerda cómo, “después de venir de un crecimiento muy importante” en términos turísticos se toparon de golpe con cancelaciones y ocupaciones hoteleras del 15 por ciento. Las perspectivas de la Secretaría a comienzos de año eran crecer el dos por ciento con respecto a 2008, año en el que visitaron el estado 4.3 millones de viajeros que dejaron una derrama económica de 7.3 millones de pesos.
Aunque la situación ya “casi se ha normalizado del todo”, la epidemia causó que se vean menos turistas europeos (los terceros en visitar el país después de estadounidenses y canadienses), que se caracterizan por “planear con tiempo sus vacaciones”. Por ello sus perspectivas son hoy más modestas y esperan “alcanzar los números de 2008 o incluso mejorar un poco”. En opinión del secretario de Salud, Martín Vázquez, el peligro ya pasó y los visitantes que acudan a Oaxaca “pueden estar tranquilos”, porque ya se ha comprobado que “podemos convivir con el virus”. “Oaxaca es un destino turístico seguro que tiene todo en hospitales, clínicas necesarias para que no haya problemas”, aseguró.

EL ESTADO MÁS INDÍGENA

Oaxaca es el estado de México con mayor diversidad étnica y lingüística y en el que hay un mayor porcentaje de población indígena. En el actual territorio conviven 16 grupos étnicos de los 65 que hay en México y casi dos millones de habitantes de los 3.5 que tiene el Estado son indígenas (6 cada 10 oaxaqueños). Por ello no es de extrañar que haya zonas que parezcan detenidas en el tiempo y que muchos municipios, 428 de los 570 que tiene, se rijan por el sistema de usos y costumbres. Con este sistema, que reivindica la conservación de las tradiciones, la población se organiza no por partidos políticos sino por una forma de gobierno representada por la asamblea popular, la máxima autoridad indígena. Además, en algunos pueblos incluso se utiliza el trueque como moneda de cambio en los mercados y sus habitantes todavía hablan en las lenguas indígenas.

En opinión de la secretaria de turismo, “es muy interesante que en el siglo en el que estamos todavía se sigan viendo cosas como el trueque” y, añadió, “es atractivo que puedas ir a la comunidad y ver cómo la gente vive”. Esta enorme riqueza étnica y cultural que se mantiene año tras año hace que los visitantes de Oaxaca puedan disfrutar de fiestas tan tradicionales como las de Los Lunes del Cerro, en las que tiene lugar la popular fiesta de la Guelaguetza.
“Guelaguetza” significa “acto de regalar” y es precisamente eso, un espectáculo celebrado los dos últimos lunes de julio en el que pueblos de las siete regiones oaxaqueñas regalan al público sus bailes, sus costumbres y sus artesanías.

UN ESTADO COMPLETO

“Oaxaca tiene una gama (de atractivos) muy interesante y variada y por ello los turistas pueden venir a la capital, que tiene una arqueología inmensa y una gastronomía como pocas de la República, y también pueden ir a playas maravillosas como Puerto Escondido o Huatulco”, apunta Rodríguez.

La UNESCO reconoció en 1987 la zona de monumentos históricos de la ciudad de Oaxaca y las zonas arqueológicas de Monte Albán y Mitla como lugar patrimonio de la humanidad. Dentro de la capital, los turistas pueden visitar monumentos como la Catedral, un hermoso templo del siglo 16 de estilo barroco dedicado a la Virgen de la Asunción, o lugares como el siempre bullicioso Zócalo (la plaza principal). El templo de Santo Domingo de Guzmán es otro de los edificios principales de la localidad, un conjunto arquitectónico realizado por los dominicos, junto al que se sitúa un exconvento, hoy convertido en museo.

Además de las ruinas de Monte Albán y Mitla, en los alrededores de la capital también se encuentran destinos tan interesantes como el municipio de Santa María del Tule, en el que se encuentra el árbol del Tule, el más ancho del mundo. Y ya en la costa los turistas pueden encontrar paradisíacas playas como las de Huatulco o Puerto Escondido, y otras zonas menos conocidas que preservan aún la belleza natural de las costas.

No es la primera vez en los últimos años que el turismo, la segunda fuente de ingresos para los habitantes de Oaxaca, sufre de forma dramática. En 2006 se vio afectado por unas protestas de profesores de escuelas públicas que derivaron en un grave conflicto social que mantuvo en vilo a la ciudad durante seis meses y por el que estuvo cerca de dimitir el gobernador del estado, Ulises Ruíz, después de que una veintena de personas fallecieran en las manifestaciones y 1.3 millones de alumnos sufrieran graves retrasos en sus estudios. Pero hoy parece que las aguas turbulentas de epidemias y conflictos sindicales están más calmadas y por ello el Estado más tradicional de México reclama su espacio como un lugar ideal para perderse.

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