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4 ago 2009

Piden lluvia en ceremonia maya


Por Valerio Chan Chi, corresponsal

Peto, Yuc.-
En Tahdziu, Chacsinkin y Tzucacab se han estado realizando ceremonias de Cha’-chaac para pedir que las lluvias se regularicen.

Anastasio D'Zul Novelo, propietario del rancho Montana, dijo que la ceremonia para pedir lluvia es ancestral pues en el antaño había cosechas, debido a las lluvias a diferencia de ahora que todo se está olvidando, por lo que ésta ocasión organizaron esta actividad junto con sus hijos.

La ceremonia que estuvo a cargo de A`men Francisco Chic Tzacum, quien rezó a los vientos a los Balames , señores del monte, a Jesucristo e hizo entrega de las ofrendas.

Tradicionalmente el cha’ chaac es una ceremonia solemne en el que participan varios campesinos aledaños al lugar, que es un campo de la milpa.

Para esto reúnen lo que va a servir o utilizarse de manera organizada y cada campesino llevará su ofrenda, un pavo, gallina o equivalente, masa de maíz, pepita molida y miel de abeja (xunan-cab).

Familiares y amigos acuden al acto por lo que se prepara mucha comida a los que se les da con generosidad.

El día especial, desde temprana hora abren un hueco en la tierra, para enterrar los pibes(en maya tut); otros cortan leña y unos más colocan numerosas piedras para el calentamiento, se buscan hojas del conocido j-bob que servirá para envolver los pibes.

En tanto las mujeres sacrifican pavos, los cocinan y otras preparan el G’ool (masa cocida desleída con carne y recado).

En tanto los hombres se encargan de preparar los pibes con nueve capas de masa aplanada como tortilla, cada capa se cubre con pepita molida, se envuelve con la hoja y se amarra, luego se entierra en el lugar que previamente ya esta calentado.

Otro complemento es el sacaa-j que se ofrenda que es una especie de pozole con cascarilla de maíz, se pone en cocimiento sin cal y se endulza con miel.

También se prepara otra bebida silvestre, el balche-j. Este licor es de una corteza de una planta silvestre que se remoja con aguamiel durante tres días y se sirve en jicaritas.

El encargado de entregar la ofrenda es el mem, quien junto con otras personas se encarga de confeccionar el altar donde se asentaran los manjares que se ofrecerán al Dios Chaac.

En la misma se siembran cuatro horconcitos al que ponen sus atravesaños formando una mesa y en cada pata se amarra un niño de 10 a 12 años que imitaran por momentos el croar de los sapos para llamar a la lluvia. Estos permanecerán en el lugar hasta que termine la ceremonia, pero recibirán la mejor alimentación, el mem invocara a Eolo (Dios de los vientos y la lluvia en Grecia), por los cuatro puntos cardinales en lengua maya.

Así mismo hay otra comida que es el Chokkob misma que se realiza con el menú de las aves se revuelve con el G’ool hasta quedar a la medida y se sirve en hojas de J-bob y los dedos funcionan para comer.

Estos alimentos que se ofrendan son protegidos con palmas de huano por si El Dios Chaac envía la lluvia, en los chuyubes (rueda con bejuco) están las bebidas como es el saca-j y en otra el balche.

Anastasio D'Zul, señala que los campesinos están olvidando estas tradiciones como son las primicias que es la ofrendar el producto y dar gracias y la perdida de la tradición provoca que se vaya perdiendo el valor cultural, ya que es una tradición de los antepasados.

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