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16 ene 2009

Organizaciones lanzan campaña de información sobre tradiciones y costumbres

Los Ángeles, Estados Unidos (La Opinión).- Organizaciones que trabajan con inmigrantes indígenas en California iniciaron una campaña de información sobre los usos y costumbres que continúan vigentes entre algunas comunidades oaxaqueñas viviendo en este estado, y que generan casos como el de Marcelino de Jesús Martínez, dado a conocer hace unos días.

Martínez, indígena de 36 años de edad, quien se comunica en lengua triqui ya que no habla inglés y no domina el español, fue detenido en la ciudad de Greenfield al ser acusado de intentar "vender" a su hija de 14 años a la familia del novio de ésta, un joven también triqui de 18 años. De acuerdo con la acusación, presuntamente realizada por el padre del novio, el "precio" solicitado habría sido una dote consistente en cervezas, carne y dinero en efectivo.

Tan pronto se supo sobre el caso, algunos medios de comunicación difundieron que el hombre habría intentado cambiar a su hija por cerveza, hecho que ha sido negado por el acusado y su familia, y que busca ser esclarecido tanto por las autoridades de Greenfield como por las organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes indígenas.

Ayer, a través de un comunicado el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) y el Centro Binacional Para el Desarrollo Indígena Oaxaqueño (CBDIO) hicieron un llamado al público para que se considere la diversidad y las costumbres de las comunidades indígenas en este caso en particular.

El texto explica la práctica de la comunidad triqui que consiste en que al momento de que una mujer es pedida en matrimonio, los padres piden una "dote" a la familia del pretendiente que servirá para cubrir, entre otros gastos, la celebración de la boda.

De acuerdo con Rufino Domínguez, director ejecutivo del CBDIO, la familia del joven pidió a los Martínez la mano de su hija, tal como se acostumbra en las comunidades triquis. Se habló de la celebración de la boda y para tal efecto fue solicitada la comida y la bebida.

Por lo que respecta a la cantidad monetaria, Estela Ramírez, trabajadora comunitaria del CBDIO e indígena triqui, explicó a este diario que esa es una costumbre con la que se busca asegurar el futuro de los hijos que pueda procrear la pareja en caso de que el hombre decida abandonar a la mujer después de casados, situación que se registra con frecuencia en dichas comunidades.

"Los medios de comunicación no se han preocupado por abordar esta parte del caso y se han limitado a emitir ‘juicios aislados y malas interpretaciones’, dijo por su parte Domínguez.

La versión que sobre el asunto maneja el CBDIO es que los Martínez pidieron a la pareja esperar un poco dada la juventud de la chica, pero que los jóvenes se fueron a vivir juntos de cualquier manera. El padre de la joven presentó una denuncia a la policía; las autoridades detuvieron al novio por ser mayor de edad, y en respuesta el padre del novio hizo la acusación en contra de Martínez. Por el momento los miembros de ambas familias se han negado a dar declaraciones a la prensa.

"Nosotros creemos que se tiene que aplicar la ley, pero tiene que haber un entendimiento más minucioso sobre el contexto en el que se realizan estas acciones", comentó Gaspar Rivera-Salgado, coordinador general del FIOB. "Hay una gran diferencia entre fincarle a un indígena triqui cargos de tráfico y trata de humanos, cuando en realidad se trata de un matrimonio arreglado, que desafortunadamente aún es una práctica común en esas comunidades y que, como indígenas, nosotros desaprobamos, pero que está muy lejos de ser una ‘venta’", comentó.

Oaxaca es uno de los estados más diversos de México, en el cual conviven 16 pueblos y comunidades indígenas, cada una con idioma propio y costumbres distintas. De esas comunidades, grupos que han emigrado masivamente a California a partir de finales de la década de los ochenta son los mixtecos, los zapotecos, los chatinos y y los triquis, siendo este último grupo el de más reciente migración, y por tanto el que enfrenta mayores problemas de comunicación, ya que un gran número de ellos no habla inglés ni español, sólo la lengua triqui.

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