La funcionaria afirmó que la emergencia actual de expresiones literarias de los pueblos originarios está nutriendo con una visión estética más diversa, fresca y universal a la literatura mexicana.
Entre las aportaciones más importantes de la creatividad literaria de los pueblos originarios citó sus contenidos abstractos, simbólicos, metafóricos, lúdicos y, sobre todo, el rescate de la tradición de la literatura oral, uno de los mayores tesoros de la literatura universal.
La maestra Gallart habló en la ceremonia de clausura del Seminario Taller de Creación Literaria en Lenguas Indígenas Mexicanas, en la que también participó Ambrosio Velasco, director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Seminario Taller de Creación Literaria en Lenguas Indígenas Mexicanas fue organizado por la DGCP del Conaculta y la División de Educación Continua de la FFyL-UNAM, con la participación de 19 escritores indígenas en 12 lenguas prehispánicas.
Los autores literarios -poetas, novelistas, cuentistas, cronistas, ensayistas- recibieron en el Seminario-Taller conocimientos y experiencias de nivel académico en materia de disciplinas estéticas, historia, géneros y corrientes literarias del canon clásico universal al posmoderno.
Participaron las poetas zapotecas Irma Pineda y Claudia Guerra; Ruperta Bautista y María Enriqueta Lunez (tsotsiles); los narradores tsotsiles Juan Benito de la Torres, María Rosenda de la Cruz y José Leopoldo Hernández y el cuentista totonaco Manuel Espinosa.
También el cronista chinanteco Eleuterio García, el narrador tzeltal Marceal Méndez y los poetas Heriberto Prado (mazateco), Domingo Alejandro (yokot"an), Domingo Santiago (purépecha), Juan Hernández y Gustavo Zapoteco (nahuas), Leona Santos (teenek) y Fermín Carrasco Hernández.
Los maestros del seminario-taller de Creación Literaria en Lenguas Mexicanas fueron David Ochoa, Bertha Couvert, Lilian Camacho, Alfredo Ruiz y Carlos Pineda, coordinados por Roberto Villamil.
El director de la FFyL, Ambrosio Velasco, celebró la presencia de los escritores indígenas en la UNAM, como una expresión distinguida y aventajada de la interculturalidad nacional, de la que la máxima casa de estudios del país se siente orgullosa. Sigue Las literaturas indígenas/dos/orgullosa. . Rindió homenaje a fray Alonso de la Veracruz, cuyo nombre lleva el aula magna de la FFyL de la UNAM donde se realizó la ceremonia del seminario-taller, "como uno de los pioneros de la defensa de los derechos indígenas y de la interculturalidad de México en el siglo XVI".
Ambrosio Velasco reveló que la máxima casa de estudios creó en 2006 la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales que se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Centro Peninsular de la UNAM en Mérida, Yucatán.
La clausura del seminario-taller incluyó la entrega de reconocimientos a los 19 escritores mexicanos, la lectura de poemas escritos durante el curso y un concierto de música a cargo del dueto rarámuri Malawi a"li sewa, integrado por Martín Chávez y Clorinda Palma, y el dúo zapoteco formado por Tlalok Guerrero y José Gil.
Nueve de los poetas que participaron en el seminario-taller leyeron en sus respectivas lenguas un fragmento del poema Que hable la palabra, del escritor mazateco Juan Gregorio Regino, quien es subdirector de Desarrollo de las Culturas Indígenas del Conaculta.
Una de las estrofas del poema dice: que se escuche la voz de la tierra/ que hable el corazón/ que hable el pensamiento/ que no pida permiso la palabra/ que fluya aquí, ahora.
Una de las canciones interpretadas por el dueto rarámuri de Chihuahua Malawi a"li sewa, de la autoría de Martín Chávez, dice: En el mundo sólo hay un árbol/ a el que pertenecen todas las culturas/ Las raíces son las lenguas/y sus ramas son la música, el canto, las letras/ la danza, la gastronomía y los deportes.
La poeta tsotsil de Chiapas María Enriqueta Lunez leyó en su lengua materna el texto Creación. La versión en español es la siguiente:
creó la incertidumbre en los sueños, En un lenguaje oculto, inentendible. El hombre se siente creador de la poesía, sin embargo, es ella la que nos crea con sus dioses buenos y malos. Escribimos versos y cantos sumergidos en el espanto. Hay días en que uno no cree En lo que escribe.
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