Ciudad de México, DF., (OEM).- Son los indígenas las víctimas principales de los tratantes de personas, no sólo con fines sexuales, sino incluso laborales, advirtió Luis González Placencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, quien consideró que México no enfrenta un problema de racismo, sino que "tenemos un problema de clasismo".
Agregó que lo anterior se expresa en las actitudes discriminatorias que se dan en torno a personas que tienen menos oportunidades y menos recursos en general, independientemente de su condición racial. "México es un país pluriétnico, por lo tanto es difícil hablar de racismo como tal, creo que hay otras variables. Y en el caso del DF eso se expresa igual con estas poblaciones que son poblaciones que no tienen acceso a los satisfactores básicos.
Entrevistado en el marco de las memorias del Cuarto Congreso Nacional de Organismos Públicos Autónomos, el responsable de la CDHDF, al hacer una valoración sobre la discriminación que se da en agravio de los grupos étnicos, consideró que la situación en el Distrito Federal es la misma que se da en todo el país. "Me parece que la situación de los indígenas es una situación de desventaja", dijo.
Sobre la necesidad de garantizar el acceso a la justicia a los grupos marginados, en especial a los autóctonos, precisó: "No se respeta en todos los casos el derecho que tienen a que haya un traductor para que les explique claramente qué es lo que está pasando".
Hay, desde luego, otro nivel de afectaciones que no es tan violento, pero que es de todas manera muy importante que tiene que ver con el reconocimiento de su identidad, con la participación que deben tener en la elaboración de sus leyes, en el reconocimiento de sus instituciones que son autóctonas; "en fin, yo creo que con los indígenas tenemos todavía muchos pendientes", reconoció.
En lo que corresponde a la responsabilidad de las autoridades en la Ciudad de México, con relación a ese tema, aclaró: "Pues sí, efectivamente el Distrito Federal alberga a un número importante de comunidades autóctonas y otras más que no siendo originarias del Distrito Federal se han asentado aquí por diversas razones; y todavía creo que es importante entender cuál es la lógica, cuál es la dinámica con la que funcionan estas comunidades para poder empatar, digamos, los derechos de todas las personas con los que ellos tienen como comunidades específicas".
Desechó la posibilidad de una falta de voluntad política de parte de las autoridades para resolver los problemas que se presentan entre los grupos aborígenes, y destacó: "No necesariamente, precisamente hemos estado involucrados en un proceso con Sederec, con la propia ALDF, pues se consulta con diversas comunidades indígenas para lo que será la ley que sobre la materia que emitirá la Asamblea en el futuro próximo."
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