Ciudad de México, DF., (Milenio).- Aparece ahora la Constitución Política en la lengua que hablaron Nezahualcóyotl y Cuauhtemoc, el idioma indígena vigente en muchos territorios del país al ser hablada por alrededor de dos millones de personas.
La edición de Amatlanahuatili Tlahtoli Tlen Mexicameh Nechicolistli Sentlanahuatiloyan se realizó con el propósito de saldar una de las múltiples deudas que se tiene con los pueblos originarios, así lo reconocieron, durante su presentación, senadores de la República, historiadores y traductores.
El historiador Miguel León-Portilla, en su calidad de consejero de Comisión Especial encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana del Senado, se dirigió en náhuatl a los indígenas descendientes originarios de esta tierra.
“Reconozco que hoy es un gran día, un día de gloria porque gracias a la iniciativa de la historiadora Patricia Galeana y a la decisión del Senado se traduce la Carta Magna a una lengua indígena, la lengua más hablada. Espero que la Constitución se traduzca por lo menos a las lenguas más importantes —mixteca, zapoteca, otomí y purépecha—, aunque ya sabemos que fue traducida desde 1917 a la lengua maya, yucateca”, destacó el recién galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Aun cuando México tiene una larga historia constitucional, que partió con la Constitución de Cádiz de 1812, pasando por las de 1824 y 1857, hasta llegar a la Carta Magna de 1917, dijo que fue hasta el año de 1992 cuando se reconocieron los derechos de los indígenas, con la reforma al artículo 2º constitucional, que estableció que México es un país pluriétnico, pluricultural y plurilinguístico.
Al finalizar la entrega de diversos ejemplares de la Carta Magna en náhuatl a los representantes de diversas comunidades indígenas del Estado de México, Puebla y el Distrito Federal, por parte de Carlos Navarrete Ruiz, presidente del Senado, el doctor en historia Miguel León-Portilla subrayó que se está luchando para que los indígenas que son la raíz más honda de México, tengan su lugar.
Giros idiomáticos
La historiadora Patricia Galeana indicó que al editar el texto constitucional en náhuatl, se intenta “saldar una de las deudas que tenemos con los pueblos de estas tierras, base de nuestra identidad nacional”. Recordó que algunos estados de la República como Hidalgo, Puebla y Veracruz han traducido su Constitución estatal al náhuatl, pero en el caso del Estado de México se tradujo al mazahua, al otomí y al matlatzinca
“Al crearse la comisión senatorial para las actividades de nuestros centenarios, se estableció como prioridad buscar la participación de las comunidades indígenas. En este sentido iniciaron los trabajos para traducir la Carta que rige la convivencia de todos los mexicanos a las lenguas indígenas.”
Dos años le llevó al escritor indígena Natalio Hernández traducir la Constitución a la lengua náhuatl —que coeditó el Fondo de Cultura Económica—, debido a que en cada comunidad cambian los giros idiomáticos.
“Me vi en la necesidad de crear nuevas palabras entre otras: diputado, palacio, legislador, juez, ciudadano y muchos otros conceptos que aparecen en el vocabulario… el trabajo no está concluido, es apenas el inicio de un largo camino. Es necesario que lo conozcan nuestros hermanos náhuatl-hablantes para que lo enriquezcan y se lo apropien para ejercer todos sus derechos.”
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