Chetumal, Q.Roo., (El Universal).- Yasuri Sac-Nicté Pool Mayorga, maya de 22 años, perdió a su hijo en un parto prematuro y ahora duerme en prisión. La madrugada del 12 de octubre, la joven acudió de urgencia al hospital materno de Chetumal para que la atendieran por una hemorragia. Minutos antes había muerto su bebé de casi siete meses de gestación.
Madre soltera de una niña de año y medio, y de un menor de 5 años, fue acusada y recluida en el Centro de Readaptación Social de esta capital por homicidio doloso calificado, delito que se sanciona hasta con 30 años de cárcel, según el Código Penal de Quintana Roo.
La Procuraduría de Justicia la consignó por la muerte del neonato en su vivienda en la comunidad rural de Sabidos, municipio de Othón P. Blanco.
Yasuri vivía con su madre y sus dos pequeños hijos. Ahora sus familiares dejaron el pueblo para ir a Chetumal y estar cerca de ella. En un recorrido por el poblado se constató que su casa, con paredes de palos de madera y techo de palma, está abandonada.
Sabidos se fundó en 1942 y cuenta con 2 mil habitantes. La agricultura es la principal actividad, por lo que no hay suficiente oferta de empleo para las mujeres, salvo una empresa de papaya hawaiana, la pizca de picante y el corte de zacate palapero.
Sac-Nicté tenía un embarazo de más de seis meses y tres semanas, según la averiguación previa que se le inició, pero la madrugada del lunes 12 ingresó al Hospital Materno Infantil Morelos, sin que precisara que había perdido al bebé.
Este suceso fue notificado a la Policía Judicial y en la investigación presuntamente se encontró al neonato muerto en el patio de su vivienda. Juan Antonio Alcocer Basto, director de Averiguaciones Previas de la zona sur, dijo que en la necropsia se comprobó que “el bebé vivió y respiró”. Las indagatorias atribuyen que la joven le privó de la vida, lo que se persigue por tratarse de homicidio doloso calificado.
“No le brindó atención médica a su hijo, ni dio aviso a la autoridad de lo ocurrido. Lo único que dijo en el hospital es que pasó un coágulo de sangre”, insistió. Dijo que de acuerdo con la investigación, había ocultado su embarazo durante todo este tiempo.
Días antes a su detención, la joven había cambiado de lugar algunos muebles en su casa, lo que provocó la hemorragia y el aborto involuntario, explicó la legisladora Luz María Beristáin Navarrete, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el Congreso local.
“Es la primera víctima de la ley a favor de la vida que impulsó una legisladora priísta”, aseveró la diputada perredista, quien agregó que “nadie puede garantizar que pretendía matar a su bebé, (ella) no tiene ese tipo de conductas, ni tenía la oportunidad para hacerlo y lo único que nos muestra a la sociedad es que las mujeres van a sufrir la injusticia de esta ley” aprobada.
“Estoy convencida de que no lo provocó, fue un accidente; porque conozco a la familia y sé que están cometiendo una injusticia, puso en peligro su vida y afuera tiene dos niños que mantener”.
El Tribunal Superior de Justicia informó que le asignaron defensoría de oficio a través de la abogada particular Gabriela Rojo, quien es considerada promotora de los derechos de las mujeres en el sur del estado.
Será hasta hoy cuando asuma el caso, una vez que haya revisado el expediente. Adelantó que por experiencia propia, “muchos de estos casos se cometen por errores, sin dolo”.
La litigante prometió analizar la posibilidad de que exista libertad bajo caución.
La abogada Gabriela Rojo promovió ante un juzgado local un grupo de 72 amparos contra la reforma al artículo 13 constitucional de Quintana Roo, que protege la vida desde la concepción. La audiencia constitucional de ese caso será en breve.
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