Bogotá, COlombia (El Tiempo).- Aunque no es experta en moda, tampoco es ginecóloga, la abuela mexicana Malinalli, de 58 años, revela que el uso de esta prenda le quita feminidad a la mujer.
"Nuestra vagina está en contacto con la madre tierra", con esta frase Malinalli argumenta su tesis.
En un conversatorio con 12 abuelas indígenas de siete países del continente, que participan en el Primer Encuentro Internacional de Culturas Andinas en esta capital, esta indígena, con 5 hijos y 10 nietos, invitó a las personas de su mismo sexo a volver a sentirse mujeres, y una forma es utilizar la falda para atraer toda la energía y sanación de la madre tierra.
"Al tener tapado y bloqueado con fibras sintéticas, ese punto por donde entra la sanación, entonces nuestros órganos genitales se empiezan a contraer y por eso ellos se dañan y por eso adquirimos enfermedades como el cáncer de útero, porque las fibras del pantalón demasiado ajustadas están comprimiendo nuestro aparato reproductor", explica Mamita Malinalli, como la conocen en México.
Vestida con un falda larga, una pequeña ruana y en su cabeza una cinta, los conocimientos ancestrales que compartió rodeada de hombres y mujeres que la escucharon con mucha atención, siempre están ligados a la madre tierra (Pachamama), como son todas las mujeres, aclara.
La identificación femenina que plantea desde su visión indígena apunta a que todas las mujeres, sin importar la edad y el tiempo, acudan a la falda. "Pero claro que usamos el pantalón para usos prácticos, pero se está convirtiendo en un uso común y entre más apretados, dicen las más jovencitas, nos vemos más sexi. Sin embargo, están dañando su salud de tal manera que hay jóvenes de 20 o 25 años de edad que están perdiendo sus úteros, están dañados sus ovarios y que tienen cáncer en el cuello de la matriz", agrega.
Sostiene que a los indígenas contemporáneos les ayuda a conservar el equilibrio personal, sus formas naturales de rezar y añade: 'Ya vimos que no es el pecado el que nos está favoreciendo, que tampoco es la culpa, más bien es reconocer nuestros errores y tener en cuenta el agradecimiento hacia lo que nos da la vida, hacia el creador y hacia la madre tierra'.
Esta mujer procedente de Ciudad de México y perteneciente a la tribu de los Nahuas se muestra partidaria de que todos los pueblos deben vivir en completa armonía. 'Nosotros somos mujeres y las hombres siguen siendo varones, yo no veo por qué tengamos que diferenciar que si somos de una o de otra sangre, somos hermanos y hermanas, hijos e hijas, abuelas y abuelos, todos somos hijos de un solo padre y de una sola madre'.
Para la abuela Malinalli, la mujer de hoy debe empoderar su esencia femenina, para educar a sus hijos infundiendo el amor y el respeto hacia la mujer, 'pero los hombres nos deben perdonar cuando nosotras fallamos'.
Califica a las mujeres mexicanas como luchadoras, que están ocupando cargos en todos los sectores de la sociedad. 'La mujer en estos tiempo ha avanzado mucho en las luchas de los pueblos indígenas, algunas por dar a conocer su opinión murieron, pero otras seguimos en pie de lucha', advierte y aclara que las antiguas tradiciones que los indígenas heredaron de sus abuelos tienden a florecer.
"Ahora el mandato es que salgamos a decirles a todos los pueblos de América que es el tiempo de que surja y florezca nuestra cultura, que resurjan nuestras formales naturales de rezar".
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