Tuxtla Gutiérrez, Chis., (La Jornada).- Hace 40 años, el papá de Ronald López Gómez, indígena tzeltal originario de la comunidad Chicomujá, municipio de Oxchuc, intentó estudiar en un centro de educación superior de esta entidad, "pero había mucha discriminación y no pude". Por el contrario, Andrés López Gómez logró que su hijo formara parte de la primera generación de egresados de la Universidad Intercultural de Chiapas (Unich), que consta de 449 estudiantes, la mayoría provenientes de zonas indígenas del estado.
"El racismo en México persiste, y no faltó quien dijera que lo que construíamos era un espacio muy lujoso para este sector social, pero decidimos construir un espacio digno", comentó el rector de la Unich, Andrés Fábregas Puig.
La Unich, ubicada a las faldas de las montañas de San Cristóbal de las Casas, no es una universidad para indígenas, sino un espacio intercultural que debió transformar los modos tradicionales de construir el conocimiento, donde se privilegia el pluralismo, explicó Andrés Fábregas.
Reseñó que el primero de diciembre de 2004 "me entregaron la universidad, que era en ese momento sólo un proyecto en papel. Tuvimos que aprender cuál era el concepto de universidad intercultural, trabajamos en un inicio en aulas prestadas, sin equipo. Fue un periodo difícil, pero en sólo cuatro años logramos construir un espacio digno".
Ronald López fue uno de los tres indígenas de la comunidad que estudiaron en la Unich. A sus 24 años se recibió de licenciado en comunicación intercultural. "Tengo la aptitud de trabajar con grupos indígenas, hablo tzeltal y tzotzil, yo los puedo ayudar. Ya trabajo un fondo regional indígena", dijo.
Sus padres, Andrés López Gómez y Anita Gómez Santiz, acudieron a recibir la carta de pasante de su hijo. "Estoy lleno de alegría, espero que sepa aprovechar y haga algo bueno para la sociedad", comentó Andrés.
"Me gustó que mi hijo se haya preparado. Los pobres y los ricos tenemos la misma cabida; hace 40 años yo quise estudiar, pero había discriminación y no pude. Ahora me siento orgulloso porque mi hijo no va a ser un pobre indígena. Sólo con estudio sale uno avante", señaló.
Fábregas Puig explicó que con el egreso de la primera generación de estudiantes, empieza un seguimiento del mercado de trabajo para ellos. Son 449 jóvenes, 55 por ciento indígenas, y más de 50 por ciento mujeres que estudiaron una de las cuatro licenciaturas que se ofrecen: lengua y cultura, desarrollo sustentable, turismo alternativo y comunicación intercultural.
"Es la primera vez que egresan masivamente estudiantes indígenas. Las comunidades de donde son originarios ya tuvieron un primer impacto: se apoderaron del proyecto universitario, lo ven como propio, ahora falta ver el mercado de trabajo", dijo Fábregas Puig.
Para el próximo ciclo escolar, la Unich abrirá tres nuevas unidades en Yajalón, Las Margaritas y Oxchuc. Se espera atender en ellas y en el plantel de San Andrés un promedio de 4 mil estudiantes en cada ciclo.
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