Ciudad de México, DF., (La Jornada).- Los obispos de una docena de diócesis fronterizas nacionales y de Estados Unidos –de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Texas– señalaron que el acuerdo migratorio y el cese del hostigamiento a los indocumentados debe formar parte de la agenda bilateral de los gobiernos de México y del país vecino.
Luego de realizar durante varios días una jornada –convocada por el papa Benedicto XVI– a favor del migrante y el refugiado en sus respectivas diócesis, que enfrentan problemas comunes, se pronunciaron por un proyecto que permita a los migrantes tener mejores condiciones de vida, así como reformas a las leyes en la materia.
Además, reconocieron que la ayuda que prestan a este sector de la población, por medio de las casas de migrantes que operan en todas las diócesis fronterizas, es insuficiente ante la creciente problemática y el aumento en el número de deportaciones.
En el documento surgido de esta jornada, los prelados de ambos lados de la frontera ofrecen total respaldo a la reciente declaración del presidente de la Comisión Episcopal de Migración de Estados Unidos y obispo de Salt Lake City, Utah, John Wester, quien apremió a los presidentes de ambas naciones a cooperar en una mejora de la situación de los migrantes en los dos países.
“Pedimos una protección especial y humana para estos migrantes, sea cual fuere su procedencia; una legislación más a favor de ellos y el pleno respeto de sus derechos humanos, que no se ven reducidos ni perdidos por su condición de personas sin documentación”, señala la carta de los prelados, reunidos hace unos días en la iglesia de San Juan del Valle, Texas.
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